martes, 18 de diciembre de 2012

2 de octubre de 1968, Tlatelolco no te olvido

Fotografía tomada entre los edificios Estado de Hidalgo y Chiapas en Tlatelolco

Por Ignacio Arelllano Mora*

En Facebook, “Amigo de Tlatelolco”, publicó este martes 2 de octubre, Flor Cendriers y Sally Von Der Meden, sus testimonios sobre los acontecimientos del 2 de octubre de 1968.

Al solicitarles autorización del texto para su publicación, Flor Cendriers resaltó, “pues me honra usted, ya que mi memoria sobre este acontecimiento no es propiamente mía, sino de mis familiares, sin embargo, de ninguna manera me opongo a que usted publique este texto”.

“Era apenas una pequeña niña de 3 años, cuando 7 estudiantes tocaron a la puerta de nuestro departamento en el edificio Hidalgo donde nos encontrábamos solos mi hermano mayor de 11 años, una de mis hermanitas mayores de unos 9 y yo, ya que mis padres se hallaban en el hospital por razones de salud de una de mis hermanas”, precisó.

Continúo, “de este episodio solo recuerdo que nos escondíamos bajo la cama y manteníamos las luces apagadas y mi hermanito se asomaba a través de las persianas para ver por las rendijillas lo que acontecía a escasos metros de nosotros, que vivíamos en un tercer piso de dicho edificio”.

“Dios y estos jóvenes nos salvaron la vida, a mis hermanos y a mí. Ya que ellos prontamente nos metieron a un ropero de una de las recamaras y ellos también se resguardaron en el departamento”, expresó.

Flor Cendriers agregó que “no sé que haya sido de ellos, pero en ese momento buscaban protegerse de las balas de los granaderos que sólo buscaban asesinarlos, sin ton ni son, al igual que a los que les protegieran”.

En nuestro caso, aclaró, “solo fue esto. No corrimos más riesgo en ese momento”.
Más adelante, dijo, “mi padre fue a buscarnos más noche aun con el riesgo de su propia vida en cuanto se entero de lo que estaba sucediendo”.

Mi memoria sólo evoca pocas cosas, recordó Flor Cendriers, “debido a mi corta edad en ese tiempo y sólo recupero las pláticas que con el tiempo se han sostenido sobre este triste evento”.

Durante todos estos años, comentó, “en los que viví mi juventud y mi edad adulta, han sido escasas las protestas de los jóvenes”.

“Algo marcó a todos ellos por esta matanza injusta. Ahora resuena de nuevo el vibrar de la juventud. Ojala que ya haya sido sanado su espíritu de justicia y rebeldía y retomen sus puestos y nos den muestras de su fuerza y energía. Y lo que nos corresponde a nosotros es no dejarlos solos”.

Este es solo una breve remembranza que les comparto con mucho cariño. 2 de octubre de 1968, en recuerdo a estos estudiantes, valientes intrépidos, y rebeldes a las injusticias de la tiranía del Gobierno. ¡¡¡No se olvida!!! Concluyó Flor Cendriers.

COMENZÓ A LLORAR, LA HABÍA METIDO EN EL CLOSET!!!

Mientras tanto, Sally Von Der Meden escribió: “ese día mi mami había salido “en una carrerita” a la tienda del ISSSTE que estaba en el edificio 10 (frente a donde yo vivía)”.

“Yo tenía 6 años, la mayor de 4 hermanos (5, 3 y 1 año). Cuando comencé a oír la traquicera, metí a mis hermanos abajo de la cama y me escondí con ellos”, dijo.

Mi mamá estaba en la caja de la tienda, botó la mercancía y corrió a la casa. Nos encontró escondidos, a mí protegiendo a mis dos hermanos, pero y ¿¿¿la pequeña??? Después de buscarla y llamarla, comenzó a llorar, la había metido en el closet!!!

En mi angustia por protegerla la escondí ahí y ¡¡¡no lo recordaba!!! Mi papá llegó más tarde, gracias a Dios sin contratiempo. ¡¡¡Y eso que nosotros estábamos al lado opuesto!!!

Cuántas experiencias hay de aquel fatídico día, cuántos seres se han diluido a través de los años…
Plasmemos y difundamos las experiencias posibles para armar el recuerdo de aquello que no debe pasar al olvido para poder seguir adelante…
  
*Periodista

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