viernes, 19 de abril de 2013

Tlatelolco Verano del 68, la nueva mirada a una generación



Por Miguel Angel Márez Tapia*

El día de hoy llega a las carteleras de la zona metropolitana del país, la película Tlatelolco Verano del 68 del director Carlos Bolado. Comparto la mirada de la critica de cine, Claudia Llaca, al mencionar que  “la masacre de estudiantes del 2 de octubre de 1968 permanece aun como tema tabú en nuestro país, por lo que desde Rojo amanecer (Dir. Jorge Fons, 1989), no se escuchaba la balacera de la plaza de las Tres Culturas en una sala de cine”. Rojo amanecer fue el único intento cinematográfico que introdujo los trágicos acontecimientos en la Plaza de las Tres Culturas (no siendo un formato documental, interpretado por los actores Héctor Bonilla, María Rojo, Eduardo Palomo, Demian y Bruno Bichir) por la censura férrea que mantenía el Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde el gobierno.
Película Rojo Amanecer (Versión completa en Youtube) 

Tlatelolco Verano del 68 también cuenta con el aporte de Fernando Sariñana, en dupla con Bolado narran una secuencia de eventos transcendentes dentro del movimiento estudiantil, el filme recurre a un cliché clásico, una historia de amor (Romeo y Julieta) que se introduce dentro de la historia central del movimiento. Este recurso narrativo podrá ser polémico para el público crítico y activista con importante documentación sobre el 68 porque intenta dar una atmósfera más dramática a la trama pero precisamente aquí está la acción efectista del filme, haciendo que cumpla parte de su objetivo, el 2 de octubre no se olvida, ya que está retratado desde el inicio hasta el fin del largometraje.

 Los actores Cassandra Ciangherotti y Christian Vázquez, protagonizan el nuevo filme
La película está dirigida para todo público, preferentemente para quienes tienen poco conocimiento del tema, en particular un público joven. Aún cuando no aporta un dato histórico nuevo, sí introduce algo significativo, la condena directa y lapidaria contra la figura de Gustavo Díaz Ordaz, magistralmente interpretada por Roberto Sosa, la caricaturización de Luis Echeverría como lacayo del presidente, la confabulación del gobierno mexicano a través del Batallón Olimpia para la materialización de la matanza.

El problema de la película es usar el título “Tlatelolco”, ahí está el detalle sutil que es una ausencia, de varias, en el filme. Sariñana cuida la ambientación de los personajes y locaciones filmadas a partir de planos cortos para después usar escenas reales panorámicas de esa época, pero precisamente la Plaza de las Tres Culturas es el único espacio que no es trasladado a 1968, se muestra el Tlatelolco actual con columnas después del sismo de 1985, quitando el impacto que tuvo el 2 de octubre oponiéndose  a la opulencia de una Ciudad Tlatelolco recién inaugurada, un espacio simbolizado por el poder del gobierno de Díaz Ordaz y que fue apropiado por el movimiento estudiantil, esta correlación no existe en el filme, sino más bien lo asocia a las Olimpiadas, lo que es una deuda del filme, porque aún se mantiene una pregunta por responderse desde muchos ángulos: ¿Por qué el movimiento estudiantil del 68 decidió apropiarse Tlatelolco? 
*Antropólogo

1 comentario:

  1. Chafisima ese detalle de la película de grabar sobre la fachada actual de columnas cuando hasta por medios digitales pudieron haber simulado la fachada de "marcolita" que deoraba la vista del edificio.

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