sábado, 12 de octubre de 2013

¿Cómo celebrar el 12 de octubre, por mucho tiempo llamado Día de la Raza?

Por Jorge Moheller

Hermosas mestizas mexicanas.
Tradicionalmente se ha hecho, confrontando nuestras raíces europea–mestiza de celtas, iberos, alemanes, moros y demás- con la indígena – igualmente mestiza, de nahuas, otomís, cahitas etcétera-; e ignorando la evidente herencianegra–también cruce de  familias africanas-. Es decir, se hanegado entre sía las culturas que nos dieron origen.

         Por años se afirmó que había “descubierto” Anahuac –o América como la nombraron-, un grupo de mercachifles, con Colón a la cabeza; ¡como si los anahuacanos no se auto-miraran a diario en su cultura! Y últimamente por reacción, cada 12 de octubre se ha venido denostando la inegable herencia hispánica, por un indigenismo que tiene más de “pose” que de convicción.

         Ante ello, propongo que los mexicanos celebremos asumiendo en lo individual, la riqueza ideológicaque dejaron 100 o más mestizajes. Que nos veamos por ejemplo –como es-, en un “amar como árabe, filosofar como náhuatl, bailar como bantú, guerrear como visigodo: vestir coloridamente como otomí…”

         Y que asumiendo tales raíces, sin sobreponer una a la otra, definamos nuestra particularidad; o personalidad colectiva de lo mexicano a la que  dieron origen.

         Celebrar el Día de la Raza ello es, como si la mexicanidad fuera un guiso exquisito, donde se saborea éste en sí, y ningún ingrediente resulta más importante que los otros, para logrartextura y  sabor…

         (Porque de seguir pensando que una raíz es más importante que la otra, estaremos con el ser nacional –e individual- roto, dividido entre absurdas jerarquías de origen;y sin nacionalidad).

         Por lo anterior, ¡Que viva la Raza!

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