martes, 1 de octubre de 2013

Las pensiones en México

Por Victor Sanjuan González

Foto: Antonio Fonseca: Sistemas de pensiones grandes IMSS e ISSSTE,

A pesar de la barbarie que se vivió en nuestra revolución, está trajo sus frutos. En la cadena social de nuestro país, los eslabones más frágiles son los sectores obrero y campesino. Los grandes juristas plasmaron sus derechos tanto de asociación y de propiedad comunal en la Constitución. Durante siglos los trabajadores fuimos observados como clases sociales inferiores. Sólo existían los ricos y los pobres.

Y fueron los trabajadores, los que más aportaron al país en los últimos 80 años con el valor agregado de su trabajo y de sus ahorros. Cuando hemos tenido la oportunidad de viajar, generalmente lo hacemos por carretera, por ferrocarril (cuando existía) o por avión. Y en estos trayectos observamos grandes autopistas, redes interminables de Torres de Transmisión de luz, centrales eléctricas, hospitales y obras hidráulicas, refinerías y otras y bastas infraestructuras. Y quizá alguna vez nos preguntamos; ¿Cuánto costaría esto? Y ¿de dónde saldría el dinero? La respuesta es sencilla, en una gran proporción de los ahorros de los trabajadores.


Las autoridades que han estado al frente de nuestro país, dispusieron de estos ahorros  para la construcción de la infraestructura ya descrita. Actualmente contamos en el país con un poco más de 100 sistemas de pensiones, entre ellos; IMSS, ISSSTE, PEMEX, CFE, LyFC, TELMEX, ISFAM, 32 estados de la república, universidades autónomas, etc.   En los que los trabajadores aportan directamente parte de su salario a los fondos de reserva para ese fin. Datos oficiales y valuaciones actuariales, arrojan que la deuda por pensiones ya rebasa el 100% del Producto Interno Bruto, que representa tres veces la deuda pública total y diez veces la base fiscal del país. (Según funcionarios del IMSS) Afortunadamente tenemos una excepción,  existe un fondo de reserva al que se respetó sin extraerle un centavo de sus recursos económicos; me refiero al fondo de reserva para los magistrados de la suprema corte de justicia.

En esta trampa, fraude o desaseo están involucrados personalidades de diferentes sexenios como Secretarios de Hacienda, de Energía, de Salud, de Educación, de Trabajo y Previsión Social, etc. Líderes sindicales a quienes les permitieron ensuciarse las manos, para evitar que pidieran cuentas y sobre todo guardaran silencio.

En el entorno global sucedió lo mismo. Ante esta adversidad el capitalismo le exigió al estado que le entregara a los bancos nuestros ahorros y le piden a los trabajadores que deben aportar más, cobrar menos y trabajar más. Evitan hacerles cuentas claras a los trabajadores y no les devuelven sus ahorros y los señalan como los miserables pedigüeños de esta tragedia.

La Constitución nos da la oportunidad de rescatarnos a nosotros mismos. Hemos diseñado un sistema de jubilaciones para todos los trabajadores mexicanos, administrado por nosotros mismos. En el  que cabemos todos; tengan seguridad social formal o no. En este sistema el individualismo lo hemos hecho a un lado. El estado y los bancos dicen; para robarles ¡júntalos! Y para trabajar ¡sepáralos!, ¡ah! Y, ¡que no piensen! . . .

El pacto por México sigue su camino. Reformas Laborales, Financieras y fiscales. Y nuestros ahorros se diluyeron y desaparecieron. Los ilustres pensadores del derecho elevaron jurídicamente a los más débiles para tratar sus asuntos de frente con sus patrones y sus compañías. En estas reformas ni nos ven, ni nos oyen. A diario se presentan trabajadores a solicitar su pensión y se encuentran con requisitos y nuevas normas que les restan hasta el 60% de sus ingresos, en otros casos terminan demandando a la autoridades porque según estas no reúnen los requisitos. ¡Respetémonos a nosotros mismos! Y velemos por los que vienen detrás de nosotros.   Pongamos en nuestras manos nuestra seguridad económica. . . .

Para que no se ocupe el desamparo de los vienen atrás de nosotros!

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