sábado, 22 de marzo de 2014

Hacia la nostalgia…

Recordando la Unidad Tlatelolco


Por Amor Pérez Matus

Jardín de "La Pera" en Tlatelolco

Un saludo con gusto y con esa clase de orgullo amoroso que, aprisionado en el pecho,me acompaña desde 1966 y que aflora al reconocer,refrendar y compartir una gran parte de la conformación de mi identidad y mi sentido de pertenencia a la gran comunidad tlatelolca.

En mi sentir y a mi entender,la  gran importancia de Tlatelolco no sólo radica en el hecho de haber confluido ahí tres culturas que nos determinan.Tampoco ,solamente por haber constituido un proyecto arquitectónico de vivienda novedoso para la época o, uno social y de reurbanización que exigía el crecimiento  de la Ciudad de México y sus desigualdades; ya que albergaría a una parte significativa de habitantes de la ciudad;así como a importantes flujos migratorios provenientes de estados de la República y otros países.

Otros acontecimientos  - muy conocidos por todos – que confieren considerable significación a Tlatelolco, han sido,por un lado, el lamentable y reprobable producto de las acciones represoras gubernamentales en 1968 y,por otro,las consecuencias y la tristeza heredadas por los sismos de 1985. Tlateloco persiste... 

El habitarlo y caminarlo,por miles y miles de personas, también lo han marcado de por vida.Hombres,mujeres,niños  y mascotas le hemos impreso el sentido especial que lo caracteriza.

Tlatelolco y nosotros, nos hemos aportado historia.Hemos consolidado, irremediablemente, un amor hacia él. Un pedacito de su historia y otro de la nuestra,nos hemos regalado,sin siquiera pensarlo,sin siquiera saberlo.

Es ese el momento en que se integran su historia y la nuestra, al reconocer con conciencia  que lo preponderante que ha ocurrido mientras habitamos Tlatelolco, ha sido la cimentación de nuestro propio sistema de valores y creencias,al  interactuar en un espacio enorme y partido en tres,en el que aprendimos a convivir humanamente a implementar y apropiarnos de valores innumerables como el respeto,la amistad, el amor,el orden y la solidaridad.Afirmo, pues ahí, personalmente,en mi infancia,adolescencia y juventud,conocí a amigos entrañables con quienes mantengo comunicación afectuosa.Conocí,además y no menos entrañables,a amores con los que paseé por parques y andadores.
Ahí jugué en las áreas construidas para dicho propósito,patiné en las pistas,asistí  a escuelas y clubes en los que particularmente,me desarrollé en grupos culturales y en actividades propias de clubes deportivos.

Disfruté, en todo momento,la Plaza de las Tres Culturas y el Jardín de Santiago Tlatelolco.
Igualmente, asistí a marchas y festivales,al Cine Tlatelolco,estrené la Ruta 3 del Metro.Llevé a cabo, pues, esas y muchas otras actividades que, estoy segura, han definido,mi identidad y mi vida.

Por lo pronto insistiré en que Tlatelolco y nosotros,nos hemos regalado historia;historia que conmueve y conduce a la nostalgia.

Que estén bien y felices.

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