martes, 8 de julio de 2014

A once años de iniciar esta publicación ¿Qué ha cambiado en Tlatelolco?

Por Alejandro Castillo

Las áreas comunes se van privatizando por quienes las usan para estacionar motocicletas, autos, diablos, bicicletas, extensiones de escuelas en la foto: Candy Land edificio Queretaro.

1.- Algo irrefutable es que quienes iniciamos esto, somos ahora un poco más viejos y un mucho más necios.

2.- Se multiplicaron las motocicletas circulando en muestras banquetas irónicamente llamadas “andadores”.

3.- Hoy el aire huele un poco más a excremento canino. Lástima que quien debiera hacer un censo sobre cuántos perros hay en Tlatelolco, no realice este obligatorio ejercicio, por lo menos para conocer el tamaño del problema; los vecinos únicamente percibimos que son muchos más que hace once años, y una cantidad considerable de sus dueños son espantosamente irresponsables y NO RECOGEN LAS HECES DE SUS ANIMALES, y así nos regalan algunas enfermedades y este aroma fecal, que caracteriza nuestro entorno.

4.- Los vecinos escandalosos, causantes de enfermedades de tipo nervioso de muchos tlatelolcas que no pueden dormir por causa de sus ruidosas fiestas, continúan sus desmanes sin que sean sancionados por alguna autoridad.

5.- Las áreas comunes se van privatizando por quienes las usan para estacionar motocicletas, autos, diablos, bicicletas, extensiones de escuelas (caso Candy Land),etc.
No hemos podido entender que “común” es de comunidad, que es de todos y de nadie en particular.

6.- Hay un deterioro en el equipamiento urbano. En algunos casos es incomprensible que no se actúe para corregirlo. Ejemplo: Frente al edificio Michoacán hay un letrero recostado sobre un árbol que, señalando con una flecha hacia el cielo, dice: “Plaza de las Tres Culturas”.
 Así permanece desde hace muchos años, a unos pasos de la Dirección Territorial.

7.- Algunos estacionamientos son negocios particulares en espacios de áreas comunes.
Los deportivos han sido privatizados por el gobierno delegacional, pues sólo entras con credencial, previo pago, por supuesto.

8.- En seguridad pública seguimos careciendo de una policía profesional que conozca los problemas de Tlatelolco. En estos once años ha habido muchísimos asaltos, algunos con asesinato de por medio, sin que haya un plan efectivo para solucionar este grave problema.

9.- Hay un deterioro físico: Antenas de tv por cable, pegadas como sanguijuelas a los edificios; paredes grafiteadas y, recientemente, un gigantesco anuncio publicitario en el edificio Veracruz.
Todo esto cambia la visión estética de la Unidad, pero el mayor deterioro es social y tiene mucho que ver el hecho de no sancionar a los vecinos que cometen faltas a la Ley Condominal,  pues la policía, que debería vigilar el cumplimiento de las leyes, o no las conoce (cosa que sería muy grave), o las conoce y hace caso omiso (cosa que sería más grave aún).

10.- Lo que sí ha cambiado es el estatus económico de algunos tlatelolcas: gracias a la Revolución Democrática, hoy tenemos algunos vecinos (o ex), que entendieron la máxima de la cultura política a la mexicana: “Dios mío, yo no te pido que me des, sólo ponme donde hay…”
Y agarraron, y les gustó tanto que hoy brincan de puesto en puesto, de partido en partido, y se pasean en sus autos y camionetas de lujo… ¡Felicidades camaradas! por entender que: “Vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”.

11.- Estamos acostumbrados a recibir tan poquito de los funcionaros públicos, que cuando cumplen con sus obligaciones, y hacen ostentación de ello, les agradecemos y ¡hasta les aplaudimos!...

12.- Mencionamos únicamente a los de la Revolución Democrática porque su partido gobierna la Delegación Cuauhtémoc, pero ni azules, ni tricolores son diferentes a los amarillos, en el arte de transformar presupuestos públicos en riquezas privadas.
¡Gracias por la aceptación durante estos once años!

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