viernes, 7 de noviembre de 2014

De cómo ingresé y me interesé en la comunidad de Tlatelolco

Por Mariano Rivera 

Francisco Martínez con El Doctor en la “Esquina del Conocimiento” en Flores Magón y Eje Central

Siendo un voyerista de libros, y al esperar el Trolebús que me llevaría al Centro, no pude resistir la tentación que me provocaron las portadas que se exhibían en aquel puesto de libros y que, he de confesar, me hacían desear que el Trolebús se demorara más. Con solo leer los títulos y ver las portadas uno puede echar a volar la imaginación y tener un primer diálogo con ellos. Todos se ofrecen ante uno como diciéndome: "llévame, tómame, hojéame, disfrútame." La competencia es grande pero siempre hay uno que resalta más de acuerdo a los gustos y preferencias que cada uno tenemos.Por andar saciando mi curiosidad perdí mi lugar en la fila y cuando por fin el Trole llegó no pude subir. Había pasado mucho tiempo aunque a mi me pareció poquito ya que estaba absorto en la contemplación de aquel festín de letras y papeles con cubiertas de todos colores. 

Así conocí a mi amigo Francisco Martínez y su proyecto la Esquina del Conocimiento que se me acercó para ofrecerme amablemente información sobre aquellos libros que estaba contemplando. Con el tiempo fui descubriendo a este gran hombre que te gana por su amabilidad y sonrisa franca y que tiene además una gran cultura exenta de toda soberbia. Me invitó a las tertulias literarias que "arma" los sábados y en donde se lee poesía, literatura y hasta se canta. Gracias a él he conocido a gente muy interesante y de mucha valía como el Capi, el Doctor, el Arqueólogo, el Músico, el Historiador, la Cantante, el Vendedor de café,  el Profe de cómputo, los Artístas gráficos, etc. 

Gracias a Francisco también conocí la revista Vivir en Tlatelolco que me pareció una muy original forma de involucrar a la comunidad para participar, informarse y formar lazos entre los vecinos. Sin ser habitante de Tlatelolco me pude identificar casi de inmediato con algunos de los problemas que trata. Me interesó mucho el potencial de este esfuerzo ya que además de informar, propone, denuncia e incluso educa y por esto trasciende los límites de Tlatelolco. Quienes vivimos en otras colonias, unidades habitacionales o barrios podemos aprender de este proyecto que de entrada nos ofrece un ejemplo de trabajo en equipo y unión de personas con diversos talentos que aspiran a un mejor entorno y convivencia. 

Felicidades a la Unidad Tlatelolco por sus 50 años, referencia histórica importantísima de la ciudad de México desde la época prehispánica, felicidades a la revista por el servicio que brinda en favor de la cultura de la participación y de la denuncia y que el espíritu que promueve se propague y modifique la indiferencia, apatía y resignación que a veces nos gana al ver los retos y problemas que una ciudad tan grande como la nuestra nos presenta.

Por último deseo mandar un gran abrazo y deseo de pronta recuperación a nuestro gran amigo Francisco Martínez quien al momento se encuentra delicado.

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