jueves, 4 de diciembre de 2014

Voces de Tlatelolco: A principios de los 60´s ...

Por Edgar Ramos Magaña


                                            A principios de los 60s... Mi madre y el suscrito en el estacionamiento del Arteaga.
A principios de los 60´s, fue tirada la casa donde vivíamos en la colonia Guerrero, por la ampliación de la avenida Reforma, mi padre por ser empleado de gobierno, fue beneficiado, con un departamento en Tlatelolco, siendo este en el Edificio 4.

Sin embargo por cuestiones de trabajo, cambiamos a radicar en 1962 a la ciudad de Xalapa, Ver. Tenía en ese entonces 5 años y el departamento quedo al cuidado de un tío, que en ese entonces era soltero y cuando veníamos de vacaciones, llegábamos a edificio 4, cuando regresamos de nueva cuenta a radicar a la ciudad a mediados del año de 1968 y siendo 7 hermanos, mi madre y padre, este busco un financiamiento y adquirió un departamento en el edificio José Ma. Arteaga y dos hermanos mayores y mi abuela materna, quedaron a vivir en el 4 y el resto en el Arteaga, ahí empezó la verdadera aventura, a terminar la primaria en la Francisco Medina Ascencio en la 3ª unidad. Me sentía en un mundo de ensueño, los negocios, los andadores donde paseaba en mi bici, los juegos de béisbol en la explanada del Arteaga,el cine que nos quedaba a un costado, que más podíamos pedir.
Fuimos testigos de la construcción de la estación del metro Tlatelolco, y desde una de las ventanas del departamento, vimos como sacaron esqueletos y vasijas de barro y otras cosas de los antiguos tlatelolcas.

También fuimos testigos de la terrible matanza en la unidad el 2 de octubre, salimos a la 4 PM. De ver un hermano hospitalizado en el centro médico nacional y ningún taxista nos quería traer a Tlatelolco, uno que nos trasladó hasta Insurgentes y Manuel González, nos dijo que iban a matar estudiantes, como lo supo? De ahí caminamos hasta el Arteaga y antes de llegar a la avenida Guerrero, empezamos a oír el tableteo de las ametralladoras, vimos pasar policías, soldados, inclusive vimos como una tanqueta atropello a una mujer que había salido del cine, mi madre nos protegía como podía y llegamos al departamento, se oía el correr de gente, gritos, nosotros en el medio de la sala, muy asustados, mi padre andaba fuera de la ciudad, cortaron la luz y el teléfono, que terrible noche y que triste recuerdos, hasta 4 días después pude regresar a clases y aun se veían zapatos tirados en la explanada de las 3 culturas, supimos que cuando empezó la balacera, cerraron las puertas de la iglesia a miles de personas que buscaron refugio.
Luego llegaron los días de secundaria en la 83 de Lerdo y Nonoalco, como no acordarme de los huaraches que comíamos en la esquina contraria, las visitas a comprar la despensa al centro Mercantil, el salón los Ángeles y tanta historia en esos lugares.
Posteriormente me lance a la aventura, a trabajar en distintas partes de la república mexicana, pero mis padres y hermanos continuaron viviendo en Tlatelolco y cada que tenía vacaciones, era obligada la visita a mis padres y a mi lindo Tlatelolco.
El terremoto del 85, yo vivía en Monterrey y fui testigo de ese famoso telediario de Lourdes Guerrero, cuando trate de marcarle a mama, ya no había líneas, tardamos dos días en poder comunicarnos y como trabajaba en Pemex, juntamos ayuda en Cadereyta NL. Y la trajimos a Tlatelolco 4 o 5 días después del temblor, que terrible tragedia, el departamento del Arteaga, resultó muy dañado, por lo cual mis padres tuvieron que emigrar por un año en lo que reparaban el inmueble, que increíble fue ver tirado el Nuevo León y más que sabíamos que tenían años de pedir a las autoridades competentes, que repararan el edificio, que ya presentaba inclinación peligrosa (el Arteaga, también presenta una inclinación hacia el este), nunca les hicieron caso y ver tantos edificios dañados en la metrópoli, fue de verdad de miedo.
Mis padres fallecieron el 15 de enero y 15 de febrero de 2004 después de vivir juntos por 54 años, y una hija mía y una hermana quedo a vivir en el Arteaga y otro hermano en el 4, y ya en el 2011, se casó mi hija y fue la última vez que fui a Tlatelolco, como que ya sin mis padres, no es lo mismo, sin embargo queda en mi memoria, los buenos recuerdos de mi infancia y adolescencia en Tlatelolco.

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