miércoles, 16 de septiembre de 2015

Editorial 95 A 30 años del Terremoto de 1985

En 1985 la ideología individualista exacerbada todavía no había penetrado en la sociedad mexicana y mundial. El gobierno fue rebasado por  la población quien tomó en sus manos el rescate de los vecinos atrapados entre los escombros después de los derrumbes ocasionados por los sismos de 1985. La solidaridad internacional también fue impresionante.
Búsqueda de sobrevivientes Edificio Nuevo León Tlatelolco.
No todo fue apoyo incondicional, también hubo conductas antisociales las casas de campaña, medicinas, cobijas, medicinas, víveres etc.  enviados desde el exterior del país y de nuestros propios compatriotas fueron repartidos o se quedaron en muchos casos entre los servidores públicos  y por eso propios y extranjeros decidieron enviarlo directamente a los damnificados directamente, pero ocurrió también que algunos líderes de los damnificados se apropiaron indebidamente de estas “ayudas” y también a la hora de la reconstrucción de Tlatelolco hubo algunas desviaciones en especie o en dinero también para los “vecinos que las supervisaban”.

Hoy la solidaridad parece una cuestión sino desaparecida por lo menos disminuida; recientemente han ocurrido múltiples tragedias, accidentes o asesinatos de diversas magnitudes incluso actos de corrupción o impunidad de gran escala  y aparentemente no hay una reacción de la ciudadanía acorde a los hechos.

Cultura de protección civil es otra de nuestras carencias a 30 años de que se instituyó tiene muy pocos resultados, sigue siendo en muchos casos ideas poco inteligentes las opciones por ejemplo: algunos vecinos piensan que si tiembla sería solución  subir a la azotea si se vive en pisos altos o al mismo tiempo que tiembla salir corriendo del edificio aunque se viva en pisos relativamente altos. Y si, existen contradicciones, los vecinos no creen en los protocolos o indicaciones de que hacer en caso de sismo.

Otro problema que recorre los edificios de Tlatelolco es el miedo y la inseguridad  que en muchos casos paraliza o bloquea a los vecinos de ahí que se tengan comportamientos equivocados o inexplicables, pero lo cierto es que el miedo nos vuelve vulnerables.

La solución según estudios es que nos apropiemos de las áreas comunes dentro y fuera de los edificios que habitamos es decir hacer uso de andadores y pasillos así como recuperar los cuadros como lugares naturales de encuentro vecinal. También sería adecuado el uso de los deportivos preferentemente por los tlatelolcas, el próximo delegado Ricardo Monreal Ávila tiene la palabra.
La situación económica que al parecer se avecina nos obliga a organizarnos para aprovechar cualquier acción posible para mejorar nuestro entorno y los edificios que habitamos. Invitamos a todos los tlatelolcas a que participen en nuestra publicación en cualquiera de nuestras plataformas en facebook, twitter, escríbenos a nuestro correo vivirentlatelolco@hotmail.com .

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