jueves, 10 de noviembre de 2016

La República Imperial atacará de nuevo

Por Alejandro Mario Fonseca
La política es compleja, no es fácil entender cómo opera. La mayoría piensa que es una actividad obscura, nefasta, engañosa y abusiva. Y si lo es, pero no necesariamente.
Y es que nuestros políticos en su mayoría no son confiables. No lo eran y ahora lo son menos gracias a las redes sociales. Ahí están esas multimedia portátiles que en México llamamos celulares, que se han convertido en un instrumento clave para desenmascarar a los malos políticos.
Pero si hoy en día todo se sabe ¿por qué ganó Trump con todos sus defectos? Racista, prepotente, mentiroso, misógino, inculto, etcétera, ¿por qué ganó?

Donald Trump Presidente de USA

¿Qué es la política?
Norberto Bobbio, un sabio politólogo que me encanta por su lucidez, decía que la política es el complejo proceso mediante el cual en una comunidad humana se forman las decisiones imperativas que la guían.
Y sucede que la decisión por excelencia de toda comunidad es la elección de sus dirigentes, sus representantes, sus gobernantes: aquellos que van a administrar los bienes de la comunidad.
En las comunidades pequeñas, en los pueblos y municipios, el proceso electoral suele ser sencillo ya que son más o menos homogéneas. Pero en la medida en que la comunidad es más grande y diversa, las cosas se complican mucho ya que sus intereses también son diversos e incluso contrapuestos.
Y precisamente los Estados Unidos son hoy por hoy la comunidad más compleja y diversa del mundo entero. Es más, son una comunidad de comunidades en la que conviven prácticamente todas las razas, todas las religiones, una gran variedad de niveles culturales; y en la que podemos encontrar también disparidades económicas extremas. Además el endeudamiento, la violencia y las drogas también son sus principales problemas.

El auge del capitalismo del desastre
Pero los Estados Unidos también son un imperio mundial, en crisis, pero todavía un imperio. Naomi Klein, una valiente periodista canadiense escribió La doctrina del shock, publicado en español por Paidós en el 2014. En este libro nos muestra la otra cara de la globalización: la historia no oficial del capitalismo del libre mercado.
En su texto Klein nos muestra el lado obscuro, guerrero, depredador y violento de algunos líderes norteamericanos. Ella va al lugar de los hechos y nos narra la historia mundial reciente, en la que la intelectualidad neoliberal, las agencias de investigación y la intervención armada, allanan el camino para que los conglomerados industriales, comerciales y gubernamentales, aprovechen los desastres, las guerras y la inseguridad del ciudadano.
Sus ejemplos son muchos, desde la dictadura de Pinochet y las de Argentina y Uruguay en los años 70, hasta las intervenciones más recientes en Irak y Afganistán; pero también los desastres naturales como los tsunamis y los huracanes. Klein y su valioso equipo de periodismo de investigación van al lugar de los hechos y le dan la palabra a las poblaciones civiles diezmadas, sometidas por los “nuevos” dueños del mundo.

La alternativa al capitalismo depredador son los demócratas ilustrados
En mis artículos anteriores he intentado dar un panorama del lado virtuoso, positivo del capitalismo, del liberalismo, que en la actualidad está en transición hacia una democratización del capital, gracias a la conjunción de la revolución del Internet y las energías renovables.
Al Gore, Barack Obama y Hillary Clinton se inscriben en ese grupo de políticos ilustrados que se contraponen (con todas las reservas de  lo que significa hacer política en una república imperial), al capitalismo depredador de los Bush y de los Trump. Los demócratas ven hacia el futuro, los republicanos hacia el pasado.

El ocaso de la República Imperial
Y con esto último,  estoy introduciendo el concepto de república imperial, término acuñado por el politólogo francés Raymond Arón, que en México conocimos gracias al ensayo  El Espejo Indiscreto que Octavio Paz publicó en la revista vuelta en 1974. Y aquí está la clave para comprender por qué ganó Trump.
Como la Roma antigua, los Estados Unidos son un impero hacia fuera y una república democrática hacia dentro. Eso les ha permitido mantener en muy buenas condiciones de bienestar social a una amplia franja de la clase media, lo que no significa que  su preparación intelectual sea necesariamente elevada. En esencia son consumidores mediocres y llevan ya muchos años siéndolo.
Sin embargo, el modelo, llamémosle capitalismo depredador o república imperial, está en crisis y ya no da para mantener satisfecha a una creciente clase media consumista. Y esto último es lo que Trump promete. El problema es que nunca ha dicho cómo le va hacer. Pero si lo ha insinuado: más guerras, más desastres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario