lunes, 27 de marzo de 2017

El nuevo periodismo mexicano

Por Alejandro Mario Foseca

Para los que estamos siguiendo con atención las fanfarronadas de Donald Trump, ya no nos sorprende nada: el mañoso es capaz de todo. Confieso que llegué a pensar que estaba loco. Pero no, se hace el loco. Y además de eso vive a la defensiva. A falta de oficio político el empresario depredador, narciso e ignorante, tiene que atraer los reflectores a como dé lugar: su mandato es un constante talk show.
Qué vergonzosa manera de tratar a Ángela Merkel la canciller alemana. Todos lo vimos, el helado ambiente entre los dos dirigentes quedó brutalmente en evidencia cuando los dos posaban para fotógrafos y camarógrafos en el Salón Oval y Trump evitó el típico y obligado apretón de manos.
Ante el insistente grito de los fotógrafos por el gesto, Merkel le preguntó a Trump si quería que los dos se dieran la mano, pero el gringo ni siquiera respondió. ¿Por qué? Porque Trump no es nada junto a una gigante de la política mundial. Así que el fanfarrón la despreció ante los ojos de todo el mundo: a falta de oficio diplomático el desprecio fingido.


Reforma. Periodico.
Democracia y prensa libre
Lo mismo está pasando con los medios periodísticos norteamericanos. Ya durante su campaña Trump había vetado al Washington Post una de las organizaciones de noticias de mayor prestigio en el mundo. Y es que el psicópata “paso que da, paso que la caga” y los principales medios, los más críticos y objetivos, CNN y  The New York Times, al igual que muchos otros, lo ponen en evidencia.
El conflicto con la prensa se torna muy delicado. Ya muchos comentaristas están hablando de la inminente caída del magnate. Y es que los medios de comunicación son tradicionalmente uno de los principales contrapesos del poder presidencial norteamericano. Es más, la prensa libre estadounidense es uno de los baluartes de la democracia liberal en el mundo.
Y es que la democracia norteamericana no cuenta con los recursos que son propios del régimen parlamentario europeo para acotar el poder presidencial: caída del Gobierno o disolución del Parlamento y convocatoria a nuevas elecciones. Sin embargo, cuenta con dos  instrumentos que le dan legitimidad constante: el sistema de encuestas y la libertad de prensa.


El Norte. Periodico
¿Y en México, cómo anda la prensa?
 La historia del periodismo mexicano, al contrario de la de los Estados Unidos, es reflejo de la falta de democracia. Floreció  durante el siglo XIX, periodo en que numerosos periódicos surgieron principalmente en apoyo de campañas y movimientos políticos. Figuras como los hermanos Flores Magón utilizaron la prensa para expresar sus ideas políticas.
Tras la Revolución se estableció la prensa industrial, caracterizada por mayores tirajes de ejemplares y redacciones con más trabajadores. Durante la mayor parte del siglo XX, predominó  un modelo de periodismo en gran medida subordinado al poder del gobierno federal a través  de subsidios gubernamentales, prebendas, amenazas, control sindical, concesiones y publicidad  entre otros mecanismos.
El “chayote” mexicano
De todos estas “herramientas” de control, el “chayote” (el sobre con dinero) es el más popular. Nos cuenta Manuel Ajenjo, en su columna de El economista, que Don Julio Scherer García le pidió a Elías Chávez, reportero que fue de la revista Proceso, pormenores y su opinión sobre la práctica del “chayote” para incluirla en su libro Los presidentes.
Chávez escribió: “El chayote florece a su máximo esplendor desde que Gustavo Díaz Ordaz institucionalizó su irrigación. Mientras el entonces presidente de la República pronunciaba un día de 1966 el discurso inaugural de un sistema de riego en el estado de Tlaxcala, entre los reporteros corría la voz: ‘¿Ves aquel chayote? Están echándole agua. Ve allá’. Allá, semioculto por la trepadora herbácea, un funcionario de la presidencia entregaba el chayote, nombre con el que desde entonces se conoce al embute en las oficinas de prensa. Tan popular se volvió que su entrega dejó de ser oculta”.
Pero continuando con esta breve historia del periodismo en México, no va a ser sino hasta fines del siglo XX, cuando a la par de la “apertura democrática” y de la “reforma política” de 1977, aparecerían algunos medios modernos.
Siglo 21. Periodico
El nuevo flujo de información: Internet
Y eso es lo que estamos viviendo en México: los inicios de un periodismo cívico, democrático y con responsabilidad social. Tal es el caso de diarios como La Jornada, El Norte, Reforma y Siglo 21. En otras palabras, lo que nos está tocando vivir, es una verdadera modernización del periodismo mexicano. Son muchos los medios que ya están siguiendo el ejemplo.
Pero hay otro factor sin el cual no puede ser entendido el cambio vertiginoso de la prensa mexicana: las nuevas tecnologías de  la información y la comunicación. Hoy en día todo se grava, todo se sabe; y todo se difunde de inmediato, en cuestión de segundos, gracias a la red de Internet.
Sin embargo, no hay que echar las campanas al vuelo, el fenómeno también trae consigo nuevos problemas. Como dijo Krauze en su columna del domingo 12 de marzo en el Reforma: “…la revolución informática está propiciando nuevos desarrollos y una creatividad sin límites, pero el vértigo que produce tiene un efecto paradójico: alienta una democracia directa sin las ventajas que el sistema tenía en la antigüedad (deliberación continua) y con su desventaja mayor, la reacción impulsiva, irracional, destructiva”.

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