lunes, 26 de junio de 2017

Homenaje al Dr. Mireles

Por Alejandro Mario Fonseca

William Henry McCarthy, mejor conocido como Billy the Kid o Billy el Niño (23 de noviembre de 1859 - 14 de julio de 1881), fue un vaquero estadounidense que acabó creando una leyenda al convertirse en un forajido. A lo largo de su corta vida utilizó distintos nombres, como William H. Bonney, Henry Antrim o Henry McCarthy.
Llegó al condado de Lincoln en el estado de Nuevo México donde vivió únicamente cuatro años, comenzando por ser vaquero y acabando por ser uno de los pistoleros más famosos del territorio. Se le consideró responsable de la muerte de 21 hombres, aunque sólo se han probado 9 de ellas, de las cuales 5 ocurrieron en tiroteos en los que intervinieron otros hombres junto a él (por lo que no se sabe si fue autor o no de dichas muertes), 2 en defensa propia y otras 2 durante una de sus fugas de la cárcel.
Esto es lo que todos sabemos, más o menos, acerca de la vida del famoso adolescente criminal. 21 asesinatos entre los 14 y los 21 años de edad, hoy en día nos parecen  algo monstruoso, pero también excepcional y paradójicamente no falto de virtudes.


Dr. Mireles

El bandido adolescente
A ver a ver ¿cómo está esto último? Pues resulta que cayó en mis manos una hermosa novelita que se llama El bandido adolescente, escrita por Ramón J. Sender, un exiliado de la Guerra Civil española, que en 1948 se estableció en los Estados Unidos, donde trabajó como profesor de literatura en diferentes universidades. También practicó el periodismo de investigación: El bandido adolescente es una de sus más interesantes obras.
Lo que hace Sender es describir con concisión periodística la vida del “niño criminal”, pistolero apasionado y brutal que va dejando a su paso una estela de muerte y zozobra. Con un estilo sobrio y seco el autor también logra realizar de paso un profundo análisis psicológico de sus personajes, regidos por las dudosas reglas de la ética del héroe.
Y es que Billy nunca mató a traición ni con ventaja, siempre de frente y con algún motivo; siempre actuó con alguna causa justificada. Incluso sus asesinatos más interesantes, fueron aquellos que hizo, aunque por venganza, también  por justicia: los de la banda que había matado a Mr. Tunstall, un empresario ganadero inglés que se había ganado su confianza y para quién Billy trabajaba como guarda espaldas.
Desesperados vs gánsteres
Se trata de un profundo estudio de la condición humana. Billy se convirtió en un desesperado al que le tocó representar la ley natural en una región de un país en un tiempo en el que el derecho escrito apenas existía. Billy era la encarnación del instinto social que precede históricamente en todos los pueblos al establecimiento de alguna clase de orden jurídico: el rifle hacía la ley y a veces esa “ley” era casi razonable.
En aquella época en el suroeste de los Estados Unidos la gente llamaba desesperados a los hombres que trataban de escapar de sus perseguidores después de haber hecho alguna fechoría grande. Se trata de la influencia de los mexicanos por aquellas tierras: desesperado es el término que alude a alguien violento. Es aquél al que los yanquis llamaban y todavía lo hacen, un gánster. En inglés expresan con esa palabra la peculiaridad social del hombre. Un gánster es un hombre del gang, es decir de la pandilla.
En cambio un desesperado es una definición moral y además un tipo de criminal individualizado e individualista. Hay que distinguir entre el gregario violento y el verdadero héroe solitario que va y viene sin compañía entre el cielo y la tierra: ese era el Kid.
Lo grupos de autodefensa
La novelita de Sender también nos ofrece un interesante trasfondo filosófico. Y es que la filosofía no tiene por qué ser algo alejado del arte de vivir, de la vida cotidiana. El objetivo de toda filosofía es ayudarnos a ser más humanos, más sabios, más fuertes, más bondadosos.
Desde niños, los que fuimos educados en una familia católica, nos enseñaron que el bien sólo existe en la pluralidad de las acciones buenas y de  las buenas intenciones; lo que con el tiempo hemos dado en llamar virtudes.
Una virtud es nuestra forma de ser y de actuar humanamente, es decir, nuestra capacidad de actuar bien. Y toda virtud es la cumbre entre dos vicios, la cima de una montaña entre dos abismos: la valentía de Billy de Kid estaba entre la cobardía y la temeridad. El Kid fue empujado por la circunstancia que le toco vivir hacia la temeridad, lo que nunca le quitó lo valiente.
Mutatis mutandis, estimado lector, ¿dónde ubicaría usted a los grupos de autodefensas que han surgido en nuestro país en las regiones más golpeadas por el crimen organizado? Claro que en el bando de los desesperados. Los gánsteres son los que están del otro lado, encabezando las bandas delictivas, aliados con los malos políticos.
Dr. Mireles
 Desde esta humilde columna rindo un modesto homenaje al Dr. José Manuel Mireles Valverde (Michoacán, 24 de octubre de 1958)  médico, activista y combatiente mexicano, exlíder y fundador de los Grupos de Autodefensa Comunitaria que lucharon en contra el cártel de los Caballeros Templarios en el estado de Michoacán, México.
Mireles emergió como una figura importante dentro de las milicias de autodefensa durante el otoño del 2013, cuando los grupos de autodefensa estaban luchando contra los Caballeros Templarios en los municipios de Tierra Caliente en Michoacán.
Mireles describió su motivación para participar en los grupos armados de autodefensa como derivada del abuso de los Caballeros Templarios contra él, su familia, y la brutal decapitación de algunos vecinos, lo cual le hizo tomar las armas en defensa de su comunidad de Tepalcatepec.
El 27 de junio de 2014, Mireles fue detenido con otras 45 personas en Lázaro Cárdenas, Michoacán por las autoridades mexicanas por violar la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos de México. El gobierno se había comprometido a detener a civiles que estaban armados y no formaban parte del Cuerpo de Policía Rural.
Esta acción ocurrió una semana después de una entrevista de televisión en Canal 13 que se vio interrumpida como consecuencia de una llamada telefónica de ordenar la terminación de la entrevista, en la que Mireles estaba denunciando la participación del presidente de México, en las irregularidades de Michoacán.
En 2016, Mireles presentó al gobierno y a su familia una declaración en video publicada en los medios de comunicación social, en la que dijo: «Quiero pedir disculpas, a través de este mensaje, al gobierno mexicano y a sus instituciones oficiales y no oficiales y a sus estructuras nacionales por no respetarlas con palabras o acciones, por ofenderlas con mis omisiones y desobediencia civil». Los cargos contra él fueron rechazados por el Procurador General, sin embargo, Mireles permaneció en la cárcel.
Después de casi 3 años en la prisión, el 11 de mayo de 2017 un juez federal le concedió la libertad tras pagar una fianza de 30 000 pesos y se le condicionó a no salir del estado de Michoacán ni del país. (Cfr. Wikipedia)

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