lunes, 7 de mayo de 2018

Devolverle a México su capacidad creadora

Alejandro Mario Fonseca
En la mitología política mexicana el 5 de mayo de 1862 es una fecha especial, no fue un mito, fue realidad: las fuerzas armadas mexicanas al mando de mi general Zaragoza “se cubrieron de gloria”.
Fue un combate librado en las cercanías de la ciudad de  Puebla, el resultado una victoria importante para los mexicanos ya que con unas fuerzas consideradas como inferiores lograron vencer a uno de los ejércitos más experimentados y respetados de su época.
Pese a su éxito, la batalla no impidió la invasión del país, sólo la retrasó, sin embargo, sería la primera batalla de una guerra que finalmente México ganaría. Los franceses regresarían al siguiente año, con lo que se libró una segunda batalla en Puebla en la que se enfrentaron 35 000 franceses contra 29 000 mexicanos (defensa que duró 62 días), y lograrían avanzar hasta la Ciudad de México, lo que permitió establecer el Segundo Imperio Mexicano.
No voy a aburrirlo aquí contándole lo que usted ya sabe, prefiero hablar de la otra batalla, la de las ideas, esa de la que se habla poco pero que todavía está vigente, la de los liberales contra los conservadores.
Es una batalla mundial que trasciende las fronteras de toda nación y que se originó en Europa. Puede que tenga sus raíces profundas en la Grecia antigua, o todavía más allá, en Babilonia o en Egipto. Se trata del enfrentamiento entre dos grandes deidades, entre dos grandes ideas: libertad vs conservar.
Extraordinaria coicidencia





Noticias del Imperio
Sí usted lee Noticias del Imperio de Fernando del Paso va a descubrir que tanto Juárez como Maximiliano eran dos grandes liberales. Es una lástima que los conservadores mexicanos hayan engatusado a Maximiliano para que viniera a México en calidad de intruso, de emperador impuesto; muy bien pudo haber venido, primero como turista y ya luego enamorado de México, como un asesor político a contribuir con el proyecto modernizador del presidente Juárez.
Es una delicia releer las conversaciones que sostenía Don Benito en la intimidad con su secretario Ezequiel Chávez. No solamente era un gran liberal, sino que contaba con un profundo respeto por la naturaleza, por la vida: además de haber sido un gran humanista, se anticipó cien años al pensamiento ecologista profundo.
Por su parte Maximiliano no cantaba mal las rancheras, venía de los círculos de la filosofía liberal más avanzados de Europa. Pero bueno, veamos a manera de homenaje a estos dos grandes personajes de nuestra historia, algunas perlas de sabiduría progresista, liberal. Es decir, las ideas básicas del pensamiento moderno.
La primacía de la razón; el papel esencial de la ciencia, y de manera más innovadora de la técnica; la afirmación del derecho a la libertad y la felicidad humanas; y el rechazo a una explicación providencialista de la historia.
El proyecto de la Ilustración proponía el triunfo de la razón humana sobre la base de un nuevo conocimiento científico, moral y estético. El presidente Benito Juárez lo tuvo muy claro.

¿Por qué fracasó la República Restaurada?
Por desgracia el proyecto de modernidad de la República Restaurada de Juárez y de Lerdo fracasó. Muy pronto con el porfiriato dio paso a la ideología positivista de las élites dominantes; y ya después del terremoto revolucionario, a la ideología justificatoria de la plutocracia del PRI gobierno, que ha cobrado un nuevo aliento gracias a sus invitados de última hora del PAN y del PRD.
¿Pero porqué fracasó el proyecto liberal de Benito Juárez? esa es la pregunta que se hace el poeta Octavio Paz en uno de sus más célebres ensayos Las Ilusiones y las convicciones.
 Se trata de un ensayo político que Paz dedica a Don Daniel Cosío Villegas y  que resulta de suma utilidad para entender por qué nuestro país no ha podido convertirse en una nación moderna: México era una sociedad desequilibrada.
A una Constitución liberal, a una vida democrática, a una libertad pública e individual ilimitada, a un interés apasionado en la cosa pública, a una vida política, en suma, sana, robusta y libre, no correspondía una economía vigorosa.
Después de más de medio siglo de guerras civiles y extranjeras el país se había empobrecido; en cincuenta años habíamos destruido las riquezas acumuladas durante los tres siglos de Nueva España.
Además la desigualdad social y la ignorancia y pasividad populares: ¿cómo preservar la democracia en un país de campesinos indigentes y analfabetos y en que la clase media era minúscula? A la República Restaurada le faltó una base económica y una clientela popular.

Extraordinaria actualidad de los ensayos políticos de Octavio Paz
Se trata del  obituario de Paz sobre Cosío: Las ilusiones y las convicciones  publicado en la revista  Plural, nada menos que en abril de 1976. El año de la sucesión presidencial que marcaría el inicio de la corrupción desenfrenada, año en que José López Portillo llega al poder presidencial.
Así que Paz va más allá que Cosío Villegas, e incluye el proyecto liberal, el positivista del porfiriato y el de la Revolución de 1910, como variantes de la misma idea. Los une el mismo propósito y la misma voluntad: convertir a México en una nación moderna.
Con la Independencia se opera la gran ruptura con la sociedad tradicional novohispana. El país cambia de rumbo a pesar de la oposición de las clases acaudaladas y, después de 1867, con su colaboración y complicidad. Los sucesivos planes de modernización han sido verdaderas camisas de fuerza que han deformado nuestra cultura sin cambiar ni nuestra sociedad ni nuestras almas.
Paz concluye su ensayo con una reflexión sobre la extraordinaria complejidad de la historia de nuestro país. Retomando a Vasconcelos propone un esfuerzo de reflexión que formule otro proyecto de modernización, no para cambiar a nuestro país, sino para devolverle su capacidad creadora.

Extraordinaria también la coincidencia de AMLO con Octavio Paz
Paz murió en 1998 y no le tocó ver la debacle completa, pero con la llegada del proyecto neoliberal de Salinas de Gortari, no le cambió una sola coma a sus ensayos políticos, que revisó y republicó varias veces.
Pero en este 2018 la salida aparece como una luz en la oscuridad. Y es que el Nuevo Proyecto Alternativo de Nación que propone Andrés Manuel López Obrador las coincidencias con el análisis y las conclusiones del gran premio Novel de literatura son impresionantes.
Se trata de devolverle a México su capacidad creadora mediante la construcción de un acuerdo nacional que haga de la honestidad una forma de vida y de gobierno.

Ya llegó el momento en que nuestro país empiece a despojarse de las camisas de fuerza que impiden el verdadero desarrollo: la desigualdad, la pobreza, la corrupción, la impunidad, la violencia y la inseguridad.

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