lunes, 21 de mayo de 2018

La decadencia de la clase política que nos gobierna

Alejandro Mario Fonseca
La guerra sucia contra Andrés Manuel López Obrador arrecia. Y si, nuestra clase política, bueno no toda pero si lo “más granado” de ella está atacando con todo al Peje.
Ahora se burlan de su edad mostrándolo como un “viejo decrépito”; y hasta han llegado al grado de  manipular lo más sagrado de nuestra cultura popular, la Virgen de Guadalupe, para atacarlo.
Lo más granado sería aquello que se considera lo mejor o lo más escogido entre otras cosas de su misma clase. Pero en este caso utilizo el término “lo más granado” aludiendo a lo peor de nuestra clase política, y por ello es correcto: los peores son los que la encabezan. ¡Vaya paradoja!
¿Qué no? Por favor amable lector vea el video publicado en las redes sociales por el vocero de José Antonio Meade, Javier Lozano en donde ofende a los adultos mayores. En dicho video aparece una joven que intenta decirle a su padre que ya no está en condiciones para manejar debido a su edad avanzada.
“¿Dónde se pone la llave?”, pregunta el hombre, a lo que su hija le responde “pa’ este carro ya no usa llaves”.
Cabe resaltar que en el video el personaje masculino intenta asemejar la voz y vestimenta de Andrés Manuel; claramente el material intentó cuestionar el estado físico de AMLO.
El video generó cientos de reacciones por parte de los internautas, por lo que Javier Lozano lo borró y luego envió una disculpa para quienes se sintieron ofendidos por el spot difundido. (Cfr. Regeneración).

Video de Lozano 

La guerra sucia extrema
Ya habíamos visto propaganda en la que presentaban a AMLO enfermo, gravemente enfermo, atendido por varios médicos especialistas, y ahora vino lo de su “decrépita vejez”.
Pero lo más grave vendría el pasado 19 de mayo, día en que se distribuyeron volantes apócrifos para golpear al Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), a la par de que se subieron también en las redes sociales de Internet:
“La Iglesia católica es parte de la mafia del poder”, dice en letras grandes la propaganda atribuida a MORENA. “No permitamos la manipulación que hace la Iglesia Católica a través del fanatismo y la utilización de diversos símbolos como el cuento de la Virgen de Guadalupe. Por una auténtica libertad religiosa e iglesias al servicio del estado”, continúa el mensaje.
A partir de la difusión, voces de Morena, incluido López Obrador, salieron a desmentir que se trataran de sus ideas.
Nosotros somos respetuosos y veneramos a la Virgen de Guadalupe y a Benito Juárez”, dijo el tabasqueño desde un mitin en Ciudad Guzmán, Jalisco.
Yo estoy muy consciente de que el pueblo de México tiene veneración por la Virgen de Guadalupe, como tiene veneración por Juárez, como tenemos los mexicanos veneración por las madres, como tenemos también los mexicanos mucha veneración por nuestra Patria”.
Entonces, no vamos nunca a ofender las libertades del pueblo. Nosotros estamos luchando para construir una auténtica democracia, no para hacer una dictadura; esto es parte de una campaña sucia, negra, vil, para desprestigiar al movimiento”, advirtió. (Cfr. Sin embargo.mx)

La manipulación de los valores religiosos más profundos
Ante todo esto y aunque sin pruebas, Yeidckol Polevnsky, la  presidenta del Comité Ejecutivo Nacional de MORENA, atribuyó los panfletos a integrantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de Acción Nacional (PAN).
“El PRIAN está desesperado, primero nos inventaron que éramos aliados de Rusia, luego de Venezuela, luego de Trump, ya no saben ni qué inventar”, señaló.
Y si, es lógico pensar que los responsables de las campañas del PRI o del PAN, o de los dos, ya desesperados por la contundencia de las encuestas, que le dan una amplia ventaja a AMLO, están cayendo en el error de tocar las fibras más profundas de la religiosidad del pueblo de México.
Y llegados a este punto, es inevitable recordar lo que pasó en los años 20 del siglo pasado. La Guerra Cristera, que fue el conflicto armado que se prolongó desde 1926 hasta 1929 entre el gobierno y las milicias de laicos, presbíteros y religiosos católicos que se resistían a la aplicación de la llamada Ley Calles, que pretendía limitar el culto católico en la nación.
La Guerra Cristera significó cerca de 300 mil muertos. Por fortuna a un siglo de distancia y gracias a la incipiente democracia, ya contamos con información objetiva para no caer en la trampa. La “gran cloaca está abierta” y seguramente pronto sabremos de donde salió el infundió.

Prudencia: la virtud de la política moderna
Por lo pronto, amable lector, lo que quiero compartir es una reflexión sobre la decadencia de la clase política que nos gobierna. Ya entraron en pánico, están aterrados porque todo indica que muy pronto perderán sus enormes ingresos y canonjías: han perdido hasta la más mínima prudencia.
La prudencia es una virtud de los antiguos casi olvidada en nuestros días. Esto se debe a la especialización de las ciencias modernas, pero sobre todo a las tecnologías de la comunicación que han traído consigo un espejismo de confianza exagerada.
  La prudencia debería ser la virtud esencial del quehacer político moderno. Es sinónimo de cautela, de previsión, e incluso de planeación: en suma, es responsabilidad. La prudencia no reina (la justicia y el amor tienen más valor), pero gobierna. ¿Qué sería de un reino sin gobierno?
No basta con amar la justicia para ser justo. Ni amar la paz para ser pacífico: además es necesario que haya una buena deliberación, una buena decisión, una buena acción. La prudencia decide y la valentía se ocupa de llevarlo a cabo.
Los estoicos, que se caracterizaron por su materialismo, su teodicea y por su rechazo a las pasiones y los deseos, consideraban la prudencia como la ciencia de las cosas que deben hacerse y de las que no deben hacerse.

La prudencia de AMLO
Después vendría Epicuro, para quien la prudencia era una ciencia para la toma de decisiones a través de la comparación y el examen de las ventajas y desventajas. Para él la prudencia decide qué deseos conviene satisfacer, y con qué medios, y remataba: es más valiosa que la propia filosofía y de ella provienen todas las demás virtudes.
La concentración de poder en el presidencialismo mexicano significa una gran responsabilidad. Y ante la debacle y el cambio de gobierno que se avecina, conviene exigirle a AMLO que se mantenga en la estrategia política que ha mostrado recientemente: la de la prudencia.
Y es que la prudencia, como vienen demostrando los políticos europeos y los demócratas estadounidenses,  es la más moderna de  las virtudes occidentales. O mejor dicho es la virtud que la modernidad hace más necesaria.

Bibliografía: Comte-Sponville, André; Pequeño tratado de grandes virtudes; Paidós; 1998.

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