lunes, 28 de mayo de 2018

Óptica Ciudadana: MIS PROPUESTAS

Por José Luis Hernández Jiménez
Insisto: si no se resuelve el principal problema de nuestro país - la injusta  distribución de la riqueza - los mexicanos seguiremos condenados, por los siglos de los siglos, a ser una nación amolada, tercermundista, pobre. ¿Por qué? Porque además, es la causa de otros grandes problemas nacionales, la pobreza, el desempleo y el subempleo, el bajo poder de compra de los salarios, la inseguridad, la corrupción, la emigración, etc., cosa que ni los mismos suspirantes por la Presidencia de la República, parecen entender.
Vuélvalo a repetir: El 80 por ciento de la población – 96 millones de mexicanos – sufre algún grado de pobreza; Y solo el 20 por ciento - 28 millones - tiene más que resuelto su problema económico. Y en los dos extremos están, los de muy arriba, 16 multimillonarios en dólares y, los de muy abajo, 9.4 millones de personas que no tienen ni en qué caerse muertos, o sea, los “pobres extremos.

Pero en sus dichos y textos, los cuatro candidotes citados, hablan de combatir la pobreza, con la misma  receta que ha fracasado desde el siglo pasado – ¡existen 15 mil programas de “desarrollo social”! - , la Asistencia Social, disfrazada de Desarrollo Social. Y del principal problema del país, casi nada dicen. Lo que hacen es pregonar que la corrupción y la inseguridad, etc., etc.

¿Por qué nada sustancial proponen al respecto, los cuatro fantásticos? Hay tres posibles respuestas: a) Porque son parte del sistema económico vigente, ya que todos ellos, se han beneficiado del mismo, y a tal problema, lo ven como algo “normal”; b) Porque le temen al gran capital y a sus principales representantes y a lo más que llegan es a descalificarlos; c) Por simple ignorancia.        
Por los motivos que se quieran, nada proponen. Por eso, insisto en las siguientes  10 sugerencias que tienden a solucionar el multicitado problema y verdadero  peligro para nuestro país: la injusta distribución de la riqueza. Se trata de cambios para ir convenciendo, consensuando, explicando, construyendo, un México menos desigual:

1.  Actualmente el desarrollo de nuestro país se mide – como en gran parte del planeta – con el Producto Interno Bruto (PIB), que es la suma de la riqueza que se produce entre todos, en un año.  Mi propuesta es que el propósito nacional, no sea el PIB, sino el BIP, es decir, Bienestar Interno Bruto. Se trataría de crear riqueza para el bienestar de todos los habitantes del país, no solo de crearla por crearla o para que ésta se reparta a ver cómo.    
2. El objetivo principal de nuestro banco central, el Banco de México,  es el de lograr el mínimo de inflación. Y lo ha hecho muy bien. La inflación en México es muy baja, comparándola con la que había en los años 70´s y 80´s, o con la que hay en muchos otros países. La inflación, hay que recordarlo, es como un indicador del aumento de los precios de mercancías, productos y servicios que se ofrecen en el país. Tenemos pocos aumentos de precios, otra vez, comparándolos con los aumentos de años pasados o de otras naciones. El problema es que en ese gigantesco esfuerzo, se han llevado entre las patas, el no aumento del precio de la principal mercancía, es decir, el precio de la mano de obra, o sea, del salario. Por eso los salarios son muy bajos y su poder de compra es más bajo aún.
De ahí que, en el mismo sentido que en el punto 1, habría que modificar el principal objetivo del Banco de México, que hoy es el de mantener baja la inflación, por el de garantizar que haya bienestar económico real entre toda la población.  
3. Se requiere una Reforma fiscal mucho más ambiciosa que la recién aprobada; que atienda coherentemente, lo ordenado por el artículo 31 constitucional: Son obligaciones de los mexicanos IV).-“Contribuir para los gastos públicos….de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes”. Es decir, deben pagar más impuestos los que más ganan, y menos los que menos ganan. Hoy no es así. Para lograrlo es indispensable, hacer realidad los siguientes puntos.   
4. Hay que transparentar la riqueza. La Constitución obliga a los mexicanos, en su artículo 36, “a registrar su propiedad…..en el catastro de la municipalidad…….”. Pero resulta que en el Registro Público de la Propiedad, solo se registran los bienes inmuebles. La otra propiedad, la que no es inmueble, no se registra, es decir, no es pública. La riqueza debe ser públicamente conocida. ¿A qué le temen los que se oponen a ello, sienten vergüenza los ricachones, la clase política encumbrada?
5. La riqueza en México se esconde tras dos parapetos legales – los ilegales son el lavado de dinero y el uso de prestanombres – las S.A. y el Secreto Bancario. ¿Por qué las acciones de una empresa son “anónimas”? Quienes invierten en una empresa no son fantasmas, son personas de carne y hueso, con nombre y apellido. ¿Por qué se esconden en el anonimato? No hay razón ni motivo coherente para hacerlo. Por ello, las acciones de las empresas deben ser nominativas, con el nombre y apellido de sus propietarios, No anónimas. Algo parecido sucede con el “secreto bancario”, que, afortunadamente ya no es tan secreto, pues el SAT bien que sabe.
Si hubiera un Registro Público de la Riqueza (RPR), cualquier ciudadano podría hacer las consultas necesarias para conocer la riqueza de quien sea. Si la riqueza  es bien habida, ¿cuál es el problema? En el Congreso se han dado propuestas en este sentido. Pero la mayoría de los legisladores, de todos los Partidos, se han opuesto a aprobar algo así, alegando “seguridad”; “¿Y si los ladrones se enteran?”, se preguntan preocupados. Pues precisamente, digo yo, esa preocupación obligaría a potentados y políticos encumbrados, a hacer algo efectivo contra la delincuencia y la inseguridad pública.         
6. Lo anterior nos debe llevar a introducir en nuestra cultura nacional, la idea de que debe haber límites a la riqueza; no a la riqueza en sí, sino a la gran riqueza. Puede haber millonarios, pero no multimillonarios. Y menos en dólares. En este sentido, una nueva reforma fiscal debe incluir un “impuesto especial a la gran riqueza”, con objetivos precisos, orientados a terminar con los rezagos sociales. Por ejemplo, que a nuestros 16 multimillonarios en dólares, se les cobre un impuesto especial para terminar pronto, con la extrema pobreza.
7. Dos medidas concretas, prácticas, que no son costosas, y que pueden resolver en gran medida el problema del desempleo y del subempleo, son la de establecer la semana laboral  de 40 horas, con pago de 48, en las grandes y medianas empresas y en los gobiernos. Todos los involucrados, y otros más, saldrían ganando con esta medida: Los trabajadores con horario “recortado”, podrían descansar más. Una parte de los desempleados y/o subempleados, podrían ser contratados para suplir las horas vacías y, probablemente, muchas más, para cubrir las llamadas horas extraordinarias o para abrir otros turnos. Las empresas trabajarían más y ganarían más.
8. La otra medida para abatir el desempleo y el subempleo, es el apoyo efectivo a las micro y pequeñas empresas. ¿Por qué a ellas? Porque son las que más trabajadores contratan. El 95 por ciento de los empleos formales en México son gracias a este tipo de empresas. Digamos que existen 12 millones de microempresas y de pequeñas empresas. Si se les da un apoyo especial, para que puedan contratar cada una de ellas, a un trabajador adicional, habría pronto, 12 millones de empleos formales más.
9. En este esfuerzo  para combatir con eficacia el principal problema del país, la injusta distribución de la riqueza, también hay que combatir el bajo poder de compra de los salarios. ¿Cómo? Para empezar, adoptando como meta del país, a corto plazo, el cumplimiento de lo que dice al respecto la fracción VI del apartado A del artículo 123 Constitucional: Los Salarios Mínimos Generales, deberán ser SUFICIENTES, para satisfacer las necesidades de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos.
Si hoy se cumpliera dicho precepto, el monto del salario mínimo, debería ser del orden de los 600 pesos por jornada laboral, y no los 83 vigentes. Pegado con esto, es de acatamiento inmediato la máxima de “a trabajo igual, corresponde salario igual”. Es decir, parejo para todos y todas. Hoy no se cumple en gran medida, con las mujeres.                        
10. Debe desaparecer la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CNSM). Dicha Comisión es casi un elefante blanco que nos sale carísimo, porque sus componentes no cobran un salario mínimo sino mucho más (150 mil pesos al mes, el Presidente de la CNSM). Su trabajo principal, consiste en realizar estudios sobre el salario. Pero esta labor también la llevan al cabo el INEGI y el CONEVAL. Y su otra única función principal, la fijación de los montos de los Salarios Mínimos Generales y Profesionales, la puede realizar la Cámara de Diputados.
Y que de paso aprueben una Ley o Catálogo de Salarios Máximos. Así como hay Salarios Mínimos, que haya Salarios Máximos, para ambos bandos, el público y el privado. Hoy existen Presidente Municipales que ganan más que don Peña Nieto.
Ahí están mis propuestas para atacar frontalmente, al real peligro para México, y que es el principal problema del país, la injusta distribución de la riqueza, causa de los principales males del país. A ver si alguno o algunos de los suspirantes por la Presidencia de la República, se anima a retomarlas. ¿O cómo ven, estimados cuatro o cinco lectores?             
Notitas: Una.- Dos.- Que, aclaro, las 10 sugerencias anteriores, no son inéditas, pues se han puesto en práctica en varias naciones; y con buenos resultados. Dos.- Que una onceava sugerencia es abaratar nuestra democracia. En lugar de gastar, como este año, 28 mil millones de pesos en el proceso electoral, que solo se gasten 8 mil millones. Por ejemplo, que a los Partidos se les asignen 3 mil millones de pesos, en lugar de los 12 mil que les están dando. Y los 20 mil millones sobrantes bien alcanzarían para apoyar efectivamente a las microempresas. Tres.- Que ahora sí, hay que empezar a echar ojo, mucho ojo, para decidir por quién votar, pues ya solo faltan 37 días para el día de la jornada electoral. Cuatro.- Que al respecto, si hay algún candidato o candidata muy cuestionado (a), pues no se les da el voto y ya. Mejor evitar, previniendo, que a instancias de poder, arriben verdaderos destroyer e ignaros, como muchas veces ocurre. Cinco.- Que no olviden que mi libro, “Cuando correteábamos utopías”, se presenta el viernes 1 de junio, en Pachuca, Hidalgo. Seis.-  Que este servidor, tiene el hábito de hacer ejercicio diario, combinando el Tai Chi, el Kung Fu, el Chikung y el Atletismo en su modalidad de carreras de fondo. Con esta mala costumbre tiro la polilla constantemente y me ahorro gastos médicos. ¿Y ustedes cuándo, estimadas y estimados? Si quieren les enseño. ¡Anímensen!
México, CdMx, a 24 de mayo del 2018.

No hay comentarios:

Publicar un comentario