viernes, 8 de junio de 2018

Óptica Ciudadana CAOS CHILANGO

Por José Luís Hernández Jiménez
Dado que las aspirantas y los aspirantes (¿así se dice?), a Jefe de Gobierno de la CDMX, carecen de diagnóstico sobre la problemática capitalina, y quizá por ello, nada sustancial  proponen al respecto, permítanme obsequiarles uno, ¿va?:
La soluciones que se requieren son sencillas y concretas. A los gobernantes en turno se las hemos soplado en su mera face, una y otra vez, al menos  desde los años setentas. Por ejemplo, para  combatir la grave contaminación ambiental, el infernal tráfico vehicular de la capital y otros problemas relacionados, hay que desalentar el uso del automóvil particular y fomentar, mejorando en mucho, el transporte colectivo.
Pero los servidores públicos de alto nivel, se han hecho patos ante tales calamidades y sus graves consecuencias, como el daño  a la salud de la gente, sobre todo en sus vías respiratorias y en el funcionamiento de su cerebro.
Lo que han promovido con sus políticas públicas, es el culto al automóvil, dándole preferencia y abriéndole paso en las grandes ciudades. Para beneficiar al automóvil y todo lo que dicen que representa, han abierto y ampliado calles, destruido colonias completas – con sus consiguientes desalojos  de multitudes, por supuesto – para construir los hoy famosos Ejes Viales en la CDMX. Antes habían construido el Circuito Interior, la Calzada de Tlalpan, el Viaducto Miguel Alemán, y el hoy, permanentemente atascado, Periférico. Igual, siguen construyendo puentes vehiculares, distribuidores viales y similares. Todo, han dicho, “para agilizar el tráfico”. Pero, obvio, han fracasado.

Caos víal en la CDMX
Luego, con el mismo argumento, construyeron los llamados Segundos Pisos sobre periférico. Por cierto, una de las suspirantes a gobernar la capital, fue la (ir) responsable de supervisar la construcción de esta inútil obra, cuando ella era la Secretaria del Medio Ambiente, lo cual fue una doble contradicción pues su cargo la obligaba a combatir la contaminación no a fomentarla; y porque el encargado de las construcciones, el Ing. Cesar Buenrostro, titular de la Secretaria de Obras y Servicios del gobierno capitalino, fue marginado de esa labor. Y ahora dicha candidata, ¡quiere gobernarnos! ¡Pobres chilangos! ¡La iglesia en manos de Lutero!
Imagínense, mis estimados, que en ese afán de promover el uso del automóvil, priorizándolo sobre el uso del transporte público, hubo un Jefe de Gobierno del DF – de 2000 a 2005 – cuyo primer acto de gobierno fue ¡inaugurar una concesionaria de venta de automóviles! Luego, durante todo su período, presumió su supuesta modestia utilizando siempre para sus traslados, un auto nuevo de la marca de dicha concesionaria, un Suru blanco. 
       
En este aspecto, insisto, ya no se distingue quién  gobierna peor, si el PRI, el PAN o la mal llamada “Izquierda”. 
Cada rato, el gobierno capitalino, pone el grito en el cielo, por los altos grados de contaminación ambiental, “que no se daban antes”, dicen. Y declaran que hay “contingencia ambiental”. Entonces, en 2016, endurecieron el “Programa Hoy No circula”. Además, del incremento vehicular echaron la culpa a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya que”con los amparos otorgados por ella, a automovilistas inconformes, regresaron a la circulación diaria, a 600 mil vehículos”.    
Lo cierto es que, nuestras HH autoridades capitalinas, insisten en vernos la cara de algo feo. Porque la realidad nos dice que los altos grados de contaminación, se dan de manera cotidiana en la capirucha, ¡300 días al año!; los otros 65 casi no hay contaminación porque ocurren fuertes vientos que, afortunadamente, todo lo limpian. ¿Qué por qué me atrevo a contradecir a nuestras sacrosantas autoridades?  Cualquiera puede responder.  Lo único que hay que hacer es entrevistar a los pasajeros que, por vía aérea,  entran y salen de la gran Ciudad de México. Todos les dirán que la ciudad, no se ve desde un avión arribando, por la gruesa nata de contaminación que la cubre.  
O si les sirve un testimonio personal, y cualquiera lo puede constatar, he de remitirlos a mis subidas semanales, corriendo, al Cerro de la Estrella, en Iztapalapa. Desde arriba de esa montaña, no se distingue, como antaño, la gran ciudad. Vamos, no se mira ni siquiera la propia delegación Iztapalapa, por tanta contaminación.

Luego, a las autoridades capitalinas  se les ocurrió aprobar un nuevo Reglamento de Tránsito  el cual, además de violatorio de varios derechos ciudadanos y ser un instrumento que esquilma los ingresos de los conductores, tiene por objetivo “evitar las muertes por accidente de tránsito”, para lo cual prohíbe circular con alta velocidad. Una disposición de risa loca, pues la velocidad promedio en la capital es de 16 Km por hora; Y con dicho Reglamento la hacen más lenta. Y entonces… ¡aumentó la contaminación ambiental! Y la corrupción, por las denominadas Fotomultas.       
Luego nos salieron – la Comisión Ambiental de la Megalópolis - con otra solución mágica, como surgida de una chistera. Resulta que endurecieron más el Programa Hoy No Circula. Dijeron que con ello iban a dejar de circular un millón de vehículos cada día. Pero temporalmente; solo durante 3 meses. Y que por ahí va la solución. Pero no.

Véanse datos sobre la cantidad de vehículos: En 1997, cuando eso que llaman izquierda arribo al poder en la capital, había 2 millones de vehículos circulando cada día. Para el año 2000, ya había 600 mil vehículos más. Para 2006, ya había 3 millones de vehículos circulando. Al finalizar 2012, la cantidad de vehículos ya superaba los 4 millones con 400 mil vehículos más. Para 2016, ya circulaban 4 millones 800 mil vehículos diarios. Y en este 2018, ya circulan 5 millones de vehículos. Y es que cada año, al parque vehicular  existente en la gran ciudad, se agregan 200 mil vehículos nuevecitos. Y todos contaminan eh.   
Es decir, la industria automotriz, está boyante, en jauja, muy prospera, multimillonaria. Claro, a costa de la salud de millones de personas. ¿Y los aliados de la industria automotriz, o sea, los gobernantes?  Muy campantes.

La solución es lograr desalentar sustancialmente, el uso del auto particular, mejorando al mismo tiempo, y en gran medida, el transporte público, es decir, el Metro, el tren ligero, el ferro metro, los trolebuses, los metrobuses, los grandes vehículos de los gobiernos (grúas, camiones de basura, …), las combis, los microbuses, los autobuses de la ex Ruta 100. Miles de todos estos automotores, parecen carcachas.
Urge sacar el aeropuerto de la capital pues es de los principales focos de contaminación ambiental. Hay que seguir mejorando la calidad de las gasolinas. Hay que alentar entre la población toda, la educación cívica y de tránsito. En mis tiempos, a los alumnos de las escuelas primarias nos ponían a dirigir el tránsito vehicular, para ordenarlo y para comprender la importancia del orden vehicular. Hoy, son los mismos profesores de las escuelas de ese nivel, los que, a la hora de ingreso y salida de alumnos simplemente, cierran la calle en donde se ubica la escuela, causando caos vial, pues ni avisan previamente de su acción.
El caos que padecemos, tiende a empeorar, ya que de los aspirantes a gobernar la CDMX, no se hace uno. Su respectiva mediocridad es evidente. Para colmo la realidad es más canija que todos los buenos deseos que ellos han expresado en sus “debates”. O ustedes, estimados cuatro o cinco lectores, ¿cómo la ven? (La situación eh)  CONTINUARA (4 PARTES)   
                                                           
Notitas: Una.-  Que inicia la cuenta regresiva: faltan 30 días para las elecciones. Ahora sí, hay que ir pensando por quiénes votar. Quizá sea mejor votar por personas, y no por Partidos pues en todos éstos, se han colado como candidatos todo tipo  delincuentes, gente mediocre y sin escrúpulos. Así que mucho ojo con ellos o luego no nos estemos quejando por tener Congresos formados solo por ignaros y levanta dedos. Dos.- Que igual, avísoles que cada vez más, en México y el resto del planeta, las “encuestas” tienden a “equivocarse”. Claro, las empresas encuestadores son un gran negocio, a los servicios de candidatos y Partidos. Tres.- Que uno de mis estimados cuatro o cinco lectores, y además muy informado, Víctor M. González, me regañó gacho con toda razón: la toma de posesión del nuevo Presidente, sigue siendo el 1 de diciembre. Cuando será el 1 de octubre, es hasta la siguiente elección presidencial, la de 2024. Me equivoqué y los mal informé (perdón) por no leer el artículo 15 transitorio del Decreto del 10 de febrero del 2014, cuando se modificó el artículo 58 constitucional. Cuatro.-  Que hoy, me dicen, es el “Día Mundial de lucha contra el tabaco”. Qué bueno que nos lo recuerden pues a mí siempre me da asquito y me marea el humo del cigarro y, por cierto, sigo de delicado pues noto que cada vez hay más zonas de la capital apestando a mariguana, y ….¡guácala de pollo! Cinco.- Que ante el aumento de aranceles al acero y aluminio nacionales, por parte del gobierno de los EU, más que gritos y sombrerazos, deberíamos, responder igual de fuerte: qué tal si a los centroamericanos que quieren llegar a ese país, los ayudamos efectivamente, a lograrlo. Nomás pa¨ que se le quite lo abusivo al tal Donald. Seis.- Que la Presentación número 44 de mi libro, “Cuando correteábamos utopías”, es este viernes 1 de junio, a las 18 horas en Pachuca, Hidalgo, en el salón El Girasol, sito en la calle de Venus 150, colonia Carboneros, cerca de la UAEH y de la iglesia de San Judas Tadeo. Por si gustan acudir. Siete.- Que reiteroles mí oferta mis estimados: si gustan les enseño Chikung o Tai Chi o Kung Fu. O los entreno para participar en el ya próximo “Medio Maratón del Día del Padre” (21,095 metros). Todo para que tengan salud plena. ¡Ash, lo que tengo que hacer con tal de que se animen a hacer ejercicio diario!           
Correo  E   hernandez-jimenez2012@hotmail.com   
Ciudad de México, a 31 de mayo de 2018.  

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