viernes, 21 de septiembre de 2018

Amor y Paz

Alejandro Mario Fonseca
Yo era todavía un niño cuando el Movimiento Hippie irrumpió primero en los Estados Unidos y muy pronto en el resto del mundo. Me enteré por los artículos y sobre todo por las fotografías que aparecían en la revista Life que llegaba a la casa.
Se trató del surgimiento de una manifestación contracultural  en la década de los años 60, que profesaba los valores de la anarquía, la no violencia, el pacifismo, la revolución sexual, la preocupación por el medio ambiente; y el rechazo al status quo capitalista y al materialismo occidental.
Originalmente el espíritu del Movimiento Hippie era opuesto al consumismo y profesaba la vida simple y desprendida, contraria a las tendencias homogeneizadoras del sistema. También se interesaría en la filosofía y las religiones orientales.
Se vinculó y muy pronto tuvo una gran influencia sobre expresiones artísticas y musicales. Además rompería con la moral sexual cristiana: el amor libre y el uso de drogas recreativas serían dos de sus máximas propuestas que hasta hoy en día siguen siendo polémicas.
En sus orígenes más profundos el Movimiento Hippie fue una corriente juvenil pacifista, enfrentada con la Guerra de Vietnam y con el gobierno estadounidense de la época, y su estilo de vida. Y aun cuando sus valores de lucha perduraron en las generaciones posteriores, muy pronto se vería absorbido por el sistema en los años 80.

Amor y paz

lunes, 17 de septiembre de 2018

La inminente desaparición del PRI

Alejandro Mario Fonseca
En mi última colaboración comentaba el aniversario de la Matanza del 2 de Octubre de 1968 en Tlatelolco. El acontecimiento puede ser enfocado de muchas maneras, yo intenté darle un toque de belleza a mis comentarios, citando el poema La limpidez de Octavio Paz.
Y resulta que no faltó quien de mis amables lectores, le resultara “grotesco” (¿ridículo?, ¿absurdo?), así me lo dijo; el que yo me hubiese atrevido a hablar de un acontecimiento histórico tan importante apoyándome en un “reaccionario como lo fue Octavio Paz”. (Uuffffff).
No es la primera vez que me pasa. Ya en otras ocasiones he tenido problemas, y no sólo con lectores sino también con amigos, porque no les gusta que cite poemas o ensayos de Octavio Paz.
¿Qué pasa? ¿Por qué sucede esto? La respuesta está en la ignorancia de la obra del poeta que ha caracterizado a nuestro pueblo, sobre todo a la ignorancia de una buena parte de la “izquierda mexicana”.
Y con todo respeto, insisto en lo que siempre les he dicho, que a Octavio Paz hay que leerlo con calma y con un diccionario en la otra mano. ¿Por qué?, pues porque además de que su prosa y su poesía son  hermosas (exquisitas), su vocabulario es muy rico y extenso.

La inminente desaparición del PRI

martes, 11 de septiembre de 2018

2 de Octubre de 1968: la vergüenza

Alejandro Mario Fonseca
Yo vivía en Tlatelolco, era un joven que recién había cumplido los 17 años, estudiaba en la Preparatoria No 9 de la Universidad Nacional Autónoma de México. En mi memoria quedó gravado ese año como el más intenso de mi vida.
Fue un año terrible pero también lleno de aprendizaje. Muchos jóvenes y viejos conocimos el miedo (incluso el terror), pero también el valor; el descuido (o la insensatez), pero también la prudencia.
Y así podría seguir hablando de las virtudes humanas y de sus contrapartes. Y es que la virtud es lo que nos define, es nuestra forma de ser y de actuar humanamente: es nuestra capacidad de actuar bien.
Pero las virtudes son complejas, son una especie de cima, de cumbre entre dos precipicios o abismos, entre dos lacras o vicios. El ejemplo más claro es el de la valentía que se halla entre la cobardía y la temeridad.
¿Fuimos temerarios los jóvenes que nos involucramos en el Movimiento Estudiantil de aquellos años? ¿Acaso fuimos insensatos o para decirlo suavemente descuidados por habernos arriesgado a perder la vida inútilmente?
El día de hoy, medio siglo después del acontecimiento, vale la pena hacer una reflexión sobre su importancia histórica. Porque el sacrificio sí valió la pena.  Pero quiero empezar esta colaboración de una manera menos dramática, menos melancólica e imprimirle una dosis de belleza, de estética. Así, que permitame usted amable lector citar a Octavio Paz.

2 DE OCTUBRE 1968 NO SE OLVIDA

Hay de trueques a trueques

Alejandro Mario Fonseca
“¿Por qué debería vivir?” le preguntó una estudiante a Steven Pinker. Planteaba la dificultad de encontrar un significado y un propósito en la vida, “dado que nuestra mejor ciencia debilita las creencias religiosas tradicionales acerca del alma inmortal”.
Pinker respondió de forma más o menos breve entonces y al final del libro concluye: “Cuando se aprecian en su justa medida, los ideales de la Ilustración son inspiradores, nobles, una razón por la que vivir”. En defensa de la Ilustración (Paidós 2018), su obra más reciente, está dedicado a argumentar esa respuesta.
No es una lectura para descreídos que buscan una fe en la que sustentarse, sino un largo romance que merece ser, y nunca fue, cantado. Se trata de un recorrido desde lo particular del individuo –sus defectos y debilidades, pero también sus ventajas y dones– hasta los logros que obtiene cuando se aplica a la tarea del florecimiento de la humanidad.
Usted acaba de leer los primeros párrafos del ensayo de Elena Alfaro Steven Pinker y la gran novela del progreso, recién publicado por la revista Letra Libres. Quise iniciar este escrito con esta cita, porque da en el clavo: los individuos (nadie se escapa) tenemos defectos y debilidades, pero también virtudes.

Trueque en San Pedro Cholula

lunes, 10 de septiembre de 2018

Óptica Ciudadana ALERTA AEROPUERTO

Por José Luis Hernández Jiménez
Sigo exigiendo, como desde hace cuarenta años, que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, “Benito Juárez”, AICM), salga de la capital del país. ¡Pero ya!  
¿Por qué? Porque el combustible que utilizan las aeronaves, es uno de los principales focos de contaminación ambiental; Porque la ubicación actual de dicha terminal, significa un riesgo latente en caso de un accidente (y ha habido varios desde 1979) para miles de habitantes de su alrededor; Porque el ruido de las aeronaves ha dejado  casi sordos a otras tantas miles de personas de las colonias circunvecinas; Y porque su capacidad planeada, 25 millones de pasajeros al año, ha sido rebasada desde hace décadas (en este 2018, son 45 millones de personas las que utilizan el AICM (¡90 mil pasajeros por día!), de los cuales 16 millones son extranjeros.

Aeropuerto de la CDMX