martes, 22 de enero de 2019

Actuar con responsabilidad ante el huachicol

Alejandro Mario Fonseca

La “guerra del huachicol” se torna muy difícil y delicada. El día de hoy domingo 20 de enero, el diario Reforma destacó a ocho columnas la “incapacidad” del ejército para contener a un pueblo enardecido: Tlahuelilpan en el estado de Hidalgo. Vale la pena desmenuzar la noticia.

No obstante haber llegado horas antes que los pobladores al sitio de la fuga en el kilómetro 226 del ducto Tuxpan-Tula, los soldados no pudieron evitar la ordeña ni dispersar a los habitantes del pueblo antes de la explosión.

La noche del sábado la tragedia había cobrado la vida de 76 personas y además de otros 71 heridos, casi todos de extrema gravedad. ¿Quién fue el responsable? A primera vista el pueblo mismo.

Los soldados sí pusieron orden, querían detener a la gente, pero era mucha gente. Nada más que somos necios. Si querían poner orden pero no se pudo. La gente no obedecemos, se burla uno de ellos. Comentó un albañil de la colonia San Primitivo de Tlahuelilpan.


Actuar con responsabilidad ante el huachicol
Fuente Ovejuna
Fuente Ovejuna es una obra de teatro del Siglo de Oro español del dramaturgo Lope de Vega. Está considerada, con Peribáñez y el Comendador de Ocaña y El mejor alcalde, el rey, uno de los tres dramas "municipales" que constituyen lo mejor de su vasta obra dramática.​

Fue compuesta en tres actos hacia 1612-1614 y publicada en Madrid en 1619.​ Tomada de un hecho histórico, la trama se desarrolla en el pueblo cordobés de Fuente Ovejuna en tiempos de los Reyes Católicos (1474-1516).

El drama se presenta con un protagonista colectivo, el pueblo, como en la Numancia (1585) cervantina o en Los persas de Esquilo. Como ocurre con gran parte de los dramas de Shakespeare, el Fuente Ovejuna de Lope ha llegado a conseguir categoría de símbolo, el del prototipo iconográfico-teatral de "la unión del pueblo contra la opresión y el atropello".

Escrita entre 1612 y 1614, desde la perspectiva del siglo XVI, Fuente Ovejuna aparece como una obra de contenido social y reivindicativo, en la que se representa la rebelión del pueblo llano, unido ante la tiranía y la injusticia en el contexto histórico del Renacimiento.

Un análisis superficial muestra el esquema de un conflicto social entre poderosos y oprimidos. En un triángulo representado por tres personajes (Fernán Gómez, Laurencia y Frondoso), el desencadenante de la acción es la violación de Laurencia, prometida de Frondoso, en un acto de brutal feudalismo del comendador Fernán Gómez.


Un trasfondo político
Según la Wikipedia varios analistas de la obra observan que tras el pretexto del abuso sexual del Comendador mayor de Calatrava, la rebelión tiene como fondo la lucha del partido de Juana la Beltraneja con los partidarios de Isabel la Católica.

La tesis elemental es que el pueblo no se propone cambiar el sistema social, tan solo quiere justicia y dado el panorama decide tomarse la justicia por su mano, confiando en que la autoridad real avale su acción.​

La clave de su triunfo final es la unidad de todo el pueblo. No hay ningún vecino que, aun siendo sometido a tortura, delate al autor directo de las muertes. Ante la pregunta repetida del juez, la respuesta siempre será la misma:

¿Quién mató al Comendador? Fuente Ovejuna, Señor. ¿Quién es Fuente Ovejuna? Todo el pueblo, Señor.

El amor cristiano de Frondoso por Laurencia frente al deseo lascivo del Comendador, es el argumento de peso que permite a Lope hacer creíble su interpretación del hecho histórico, con la llegada de los Reyes Católicos, que restablecen el orden y reconocen la justicia popular. La comedia se cierra con un apoteósico final feliz entre vítores a los reyes y gritos contra la tiranía. La realidad histórica que provocó el suceso era menos romántica.


Solidaridad como trasfondo filosófico
Un análisis más profundo revela propuestas arraigadas en la tradición del "pueblo soberano", capaz de desafiar todos los poderes institucionales y vencerlos con la fuerza de un arma tan ancestral como pacífica: la solidaridad.​

Dicho en lengua que entiendan todos los públicos, o sea con palabras del propio Lope de Vega:​

Haciendo averiguación del cometido delito, una hoja no se ha escrito que sea en comprobación; porque, conformes a una, con un valeroso pecho, en pidiendo quién lo ha hecho responden: Fuente Ovejuna.

Esta interpretación filosófica, que también tomé de la Wikipedia, nos ofrece una clara explicación de porqué el ejército mexicano se vio rebasado en la tragedia de Tlahuelilpan.

Sencillamente la turba enardecida obligó al repliegue de los soldados. Así que está clarísimo que el gobierno federal que encabeza López Obrador está actuando con suma cautela, con una prudencia extrema.

“El pueblo no se equivoca” se cansó de repetir AMLO durante su campaña por la presidencia. Y lo que estoy diciendo no es un intento de justificar un hecho a todas luces criminal. No, pero se trató de casi todo un pueblo involucrado.

Y esto sucedió al día siguiente en que el poder legislativo aprobó la reforma constitucional que le da legalidad a la Guardia Nacional, misma  que muchos críticos y expertos ven como la preservación de la impunidad militar.


¿Responsabilidad de quién?
Así que AMLO está obligado a ser muy cuidadoso con las acciones de las fuerzas armadas. Pero además, y aquí viene lo más importante, de ninguna manera se trata de un “pueblo criminal”. No es el pueblo de Tlahuelilpan el culpable de la tragedia.

Seguramente y espero que así lo demuestren las investigaciones, se trató de una acción más de sabotaje. Y en una operación planeada el pueblo fue utilizado, a sabiendas de que ni el ejército ni las policías podían reprimirlo.

La apuesta del crimen organizado sigue siendo perforar los ductos no para ordeñarlos sino para prolongar el desabasto y obligar a la opinión pública a presionar al gobierno para que suspenda el operativo en su contra.

Y en el caso que nos ocupa, debido a un desafortunado accidente se llevaron al pueblo entre las patas. Y ya para finalizar, insisto en algo que ya he comentado en otros escritos: si algo tiene que cuidar el gobierno de la Cuarta Transformación, es la responsabilidad.

Parafraseando a Max Weber en uno de sus aforismos más lúcidos, que también es un diagnóstico sumario del sino político que vivimos los mexicanos en la actualidad dice: “El político debe tener amor apasionado por su causa; ética de su responsabilidad; mesura en sus actuaciones”.

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