Alejandro Mario Fonseca
La 4T de AMLO sigue dando frutos, frutos podridos, aunque no
son de su gobierno, sino de los anteriores. El último probablemente sea el más
podrido de todos: la detención del Secretario de Defensa del expresidente Peña
Nieto: el general Cienfuegos.
A Cienfuegos se le acusa de aprovecharse de su puesto como
titular de la Sedena, entre 2012 y 2018, para ayudar al cartel dirigido por Juan Francisco Patrón Sánchez, el
‘H-2’ o ‘El Chico’, una célula de la organización delictiva de los
Beltrán Leyva a la que las autoridades estadounidenses califican como
“extremadamente violenta”.
El apoyo del entonces general secretario no fue gratuito. A
cambio de sobornos contribuyó a
que el ‘H-2’ traficara “miles de kilogramos de cocaína, heroína, metanfetamina
y marihuana a los Estados Unidos, incluida la ciudad de Nueva York”,
según se desprende de la acusación de la Fiscalía. (Cfr. Aristeguinoticias.com).
Que yo me acuerde, públicamente no se sabía nada de este
personaje desde mediados del mes de abril del 2016, cuando en medio de una
avalancha de malas noticias sobre corrupción, violencia, impunidad… Cienfuegos
pidió disculpas al pueblo de México.
Y en efecto, en un hecho inédito en las fuerzas armadas, el
general Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional, ofreció una
disculpa pública por el video donde se observaba a dos soldados torturando a
una mujer: “En nombre de todos los que integran esta institución, ofrezco una
sentida disculpa a toda la sociedad agraviada por este inadmisible evento”,
expresó.
El Ejército metido en
política
En ese entonces la Unidad Especializada en Investigación de
Delito de Tortura (UEIDT) investigaba 313 casos de tortura, de los cuales 147
son averiguaciones previas y 166 son actas circunstanciadas.
Sólo de 2012 a febrero de 2016 la Visitaduría de la
Procuraduría General de la República (PGR) tuvo una carga de trabajo de 249
averiguaciones previas por tortura en las que estaban involucrados 391 servidores
públicos, de los cuáles 200 pertenecían a la propia PGR y a la Policía Federal.
Se trataba de noticias cotidianas, es decir ya no nos
sorprendían: ya llevábamos largo rato con esta cantaleta. Lo que realmente fue noticia fue el reconocimiento del general
Cienfuegos de que el ejército cometía errores. Ahora la diferencia es que ese
tipo de noticias involucran a personajes del más alto nivel gubernamental.
Haciendo un poco de historia, probablemente la herencia más
grave de la primera década de vida independiente de nuestro país sea la de un Ejército
metido en política.
Para entender esto, es útil la conclusión a la que llega
Pareto en su Tratado de sociología
general: esta es que las diversas agrupaciones sociales que constituyen a toda
sociedad, están estructuradas de acuerdo
a las habilidades de sus miembros para ejecutar funciones sociales necesarias;
estas habilidades pueden perfeccionarse mediante su continuo ejercicio, de lo
contrario decaen.
Después de la Guerra de Independencia lo que sucedió con la
élite militar criolla, fue que rápidamente se mezcló en las diversas facciones
políticas: su actuación fue cada vez más política y menos militar.
Los fracasos de la defensa, primero de Texas en 1836, después
la guerra con Francia en el 38 y finalmente contra la invasión norteamericana
en el 47, encuentran su mejor explicación, más que en la penuria económica o en
la forma en que se entendía el federalismo, en la debilidad del ejército
mexicano.
Operación Padrino
Y si, desde entonces el Ejército mexicano se ha estado viendo
involucrado en política, y últimamente en política de la mala, de la que hay
que erradicar. Según un reportaje de Jesús Esquivel para el semanario Proceso, hoy en día la cosa está muy
grave:
El exsecretario de Defensa Salvador
Cienfuegos –detenido el jueves 15 en el aeropuerto de Los Ángeles–
proporcionaba a narcotraficantes información sobre operativos militares e
investigaciones de inteligencia, señala el encausamiento judicial iniciado en
contra del general.
Funcionarios del Departamento de
Justicia revelaron a Proceso que entre las pruebas que lo incriminan destaca la
grabación de una conversación telefónica que sostuvo con líderes de la
delincuencia organizada.
El arresto de Cienfuegos y su
anunciado enjuiciamiento son parte de la “Operación Padrino”, una investigación
que puede derivar en la captura de otros altos mandos militares e importantes
políticos mexicanos.
Así que el horno no está para bollos, si la detención de
García Luna, jefe de seguridad de Calderón fue detenido por acusaciones muy
parecidas, ahora la detención de Cienfuegos involucra directamente a Peña
Nieto. Además de que el proceso también se está llevando a cabo en los Estados
Unidos.
Esquivel abunda: A
principios de este año funcionarios del Departamento de Justicia de Estados
Unidos confiaron a Proceso y a un periódico estadunidense de
circulación nacional la existencia de la “Operación Padrino”, como bautizaron a
la investigación por narcotráfico contra Cienfuegos.
“Contamos con una
grabación interceptada que implica directamente al general (mexicano) con el
tráfico de drogas”, expusieron en su momento fiscales federales a
este semanario y al rotativo estadunidense.
¿El imperio nos domina?
La pesquisa sobre las
supuestas relaciones de Cienfuegos data de hace por lo menos 10 años o más
cuando el militar estaba asignado a la IX Región Militar en Acapulco, Guerrero,
y se corrobora con imputaciones recientes en el periodo 2015-2017, cuando fue Secretario
de Defensa durante el gobierno de Peña Nieto.
Cienfuegos fue
arrestado el pasado jueves 15 en el aeropuerto internacional de Los Ángeles,
California, por autoridades federales de Estados Unidos con base en el
expediente judicial que en su contra tiene la Corte Federal del Distrito Este,
en Brooklyn, Nueva York.
No sé hasta dónde llegue todo esto, pero lo que si me queda
muy claro es que la geopolítica, tanto para mal como para bien es una limitante
para la 4T de AMLO. Y hasta donde yo puedo apreciar, el grueso del Ejército mexicano
está con él.
Sí, la justicia nos viene del imperio, pero a río revuelto
ganancia de pescadores: lo más interesante es que el affaire Cienfuegos muestra
que nuestros frutos malditos se pudren del otro lado y aquí en México lo que le
queda a AMLO es cosechar votos. Ya llegarán los tiempos de los frutos benditos,
hay que tener paciencia.
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