Por Ignacio Arellano Mora
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Don Esteban |
Don Esteban, como siempre atendiendo y conviviendo con los tlatelolcas, principalmente, con los primeros vecinos que llegaron al Conjunto Urbano, que ahora en su mayoría son adultos mayores, y también con algunos jóvenes. Por el transcurso de la mañana y tarde platican e intercambian rápidamente diversos temas, ya sea de actualidad o chismes de última hora de Tlatelolco. Don Esteban es una “hemeroteca parlante” viviente.
Al pie del “puente rojo”, bueno, hoy el “puente de piedra”. Es fácil de ubicar el puesto de periódicos, que está entre los edificios Los Galeana y Matamoros y el área de juegos infantil, precisamente, ahí donde se encontraba una gran resbaladilla de forma de un cohete ¿quién no lo recuerda?, es uno de tantos símbolos de Tlatelolco. Muchos recuerdos para los niños de aquella época. Así es, no te puedes perder la oportunidad de platicar con Don Esteban.
Desde un inicio, el padre de Don Estaban vendía periódicos, revistas, libros, es decir, todo tipo de información. Actualmente, en su módulo de lámina de color blanco exhibe los diarios nacionales y la revista mensual “Vivir en Tlatelolco”, entre otros.
En el expendio de periódicos y revistas, Don esteban nos platicó que “todos lo conocen ahora como el puesto de periódico del Puente de Piedra. Más que nada por la referencia del puente peatonal y ahora ya es más famoso por el Metrobús. En su momento, andaba los rumores que querían tirar el puente y los tlatelolcas protestaron. Pero realmente nos conocen aquí por el “Puesto de Piedra”, ese es realmente el nombre”.
En el interior del módulo, semi alumbrado, nos platicó que antes del sismo del 85 que “la gente tenía otro nivel intelectual, más alto. Era gente que tenía una preparación, más o menos, académica. Eso es lo malo que se perdió ese tipo de personas, que sí tenía tanto económicamente como académicamente, otro nivel de vida”.
¿Usted lo percibe por la compra de periódicos y revistas?
“Sí, porque en aquel tiempo, la gente, su poder adquisitivo era bueno. Sí eran buenos consumidores. Ya después cuando vino la nueva gente como que…sí bajo bastante el poder de compra de las gentes que ahora viven”.
Muy pensativo, señaló que “los habitantes compraban todo tipo de periódicos, por ejemplo, en aquel tiempo era el Excélsior, el Universal. Respecto a las revista, compraban bastantes “Vanidades”, “Muy Interesante”. Sí compraban, tenían buen nivel”.