Por Alejandro Mario Fonseca
El sábado
nos enteramos de la muerte del Comandante Fidel Castro. No pude dejar de
sentirme triste: fue junto con el Che Guevara uno de los héroes de mi juventud.
No fuimos pocos los que creímos en el sueño de Fidel, fue y me atrevo a decirlo
sin empacho, la guía, la razón, la motivación de mi generación: el movimiento
estudiantil del 68, estuvo inspirado en gran medida en la Revolución Cubana.
Sin embargo
Fidel se eternizó en el poder. Poco a poco fue eliminando a todo aquél que le
hacía sombra y su liderazgo muy pronto se convirtió en una dictadura. Sacrificó
la libertad por la “igualdad”; sacrificó la democracia por una ideología de
Estado.
Cuando los
rusos, tras la caída del muro de Berlín dejaron de apoyar a Fidel, todo se vino
abajo. El apoyo de los venezolanos Hugo Chávez y Nicolás Maduro ha sido
insuficiente, sobre todo porque no contaron con solvencia moral. Fidel Castro
murió sin llegar a ver su sueño, su utopía, hecha realidad.
Fidel Castro Ruz |