Alejandro Mario Fonseca
En mi última colaboración comentaba
el aniversario de la Matanza del 2 de Octubre de 1968 en Tlatelolco. El
acontecimiento puede ser enfocado de muchas maneras, yo intenté darle un toque
de belleza a mis comentarios, citando el poema La limpidez de Octavio Paz.
Y resulta que no faltó quien de mis
amables lectores, le resultara “grotesco” (¿ridículo?, ¿absurdo?), así me lo
dijo; el que yo me hubiese atrevido a hablar de un acontecimiento histórico tan
importante apoyándome en un “reaccionario como lo fue Octavio Paz”. (Uuffffff).
No es la primera vez que me pasa. Ya
en otras ocasiones he tenido problemas, y no sólo con lectores sino también con
amigos, porque no les gusta que cite poemas o ensayos de Octavio Paz.
¿Qué pasa? ¿Por qué sucede esto? La
respuesta está en la ignorancia de la obra del poeta que ha caracterizado a
nuestro pueblo, sobre todo a la ignorancia de una buena parte de la “izquierda
mexicana”.
Y con todo respeto, insisto en lo que
siempre les he dicho, que a Octavio Paz hay que leerlo con calma y con un
diccionario en la otra mano. ¿Por qué?, pues porque además de que su prosa y su
poesía son hermosas (exquisitas), su
vocabulario es muy rico y extenso.
La inminente desaparición del PRI |
Renuncia
como embajador en la India
El poeta era embajador en la India y
cuando se enteró de la matanza de Tlatelolco, por indignación, por rabia, pero
sobre todo por vergüenza, inmediatamente renunció al cargo.
El periódico francés Le Monde documentó el hecho dedicándole
media página el 14 de noviembre de 1968. En una larga entrevista el poeta
expone las razones de su renuncia. Usted puede encontrar en Internet una
reproducción que hizo la revista Proceso
(24/09/95).
Embajador de México en la India desde
hace seis años, el señor Octavio Paz, escritor, poeta, autor entre otros textos
del Laberinto de la soledad,
renunció a su cargo para protestar contra el tiroteo de fusilería del 2 de
octubre en México.
Le preguntamos cómo era que había
tomado esa decisión.
Dijo: desde hace mucho tiempo me encontraba cada vez más en desacuerdo no tanto con la política exterior de México, sino con su política interior.
Dijo: desde hace mucho tiempo me encontraba cada vez más en desacuerdo no tanto con la política exterior de México, sino con su política interior.
Pensaba, y
muchos otros pensaban como yo, que el sistema actual iba a modificarse y que el
progreso de la Revolución Mexicana podría seguir. Dicho de otra forma, que el
país era capaz de hacer su autocrítica.
¡Oh!,
ciertamente no era yo demasiado optimista. Pero creía que México disponía de
fuerzas vivas, a pesar de que, en los últimos diez años, estas fuerzas habían
sido eliminadas o absorbidas poco a poco mientras se instalaba una burocracia
en el poder.
El PRI un
obstáculo para el desarrollo de México
El partido,
originalmente revolucionario, se convirtió de hecho en una máquina
administrativa que constituye ahora un obstáculo para el desarrollo moderno de
México.
Ahora
bien, si uno tenía todo el derecho del mundo de esperar que el PRI (Partido
Revolucionario Institucional) pudiera renovarse, esa esperanza se volvió
absurda después de los acontecimientos del 2 de octubre.
Entonces, remató el poeta, la única solución es separarse del gobierno
y criticarlo desde fuera.
Y a la pregunta de cómo interpretó el
choque trágico del 2 de octubre, respondió: fue
un acto de terrorismo.
Es preciso decir que no se trataba de una rebelión, ni siquiera de una manifestación, sino de un mitin pacífico.
Es preciso decir que no se trataba de una rebelión, ni siquiera de una manifestación, sino de un mitin pacífico.
Ahora bien,
que yo sepa, el derecho de reunión no ha sido todavía prohibido por la
Constitución Mexicana. Por otra parte, no había huelgas, como fue el caso en
Francia. Tampoco había un partido de oposición que amenazara al poder.
Fue un acto
de terrorismo
No se
trataba en forma alguna de una situación revolucionaria susceptible de
justificar un llamamiento al ejército. La
intervención de éste fue pura y llanamente un acto de terrorismo por parte del
Estado.
¿Cómo fue, en su opinión, que México llegó a
eso?
Las explicaciones políticas y sociológicas son complementarias. Después de la Revolución, hubo una especie de tregua y la expresión de esa tregua fue el PNR, partido que defendía al pueblo y a la Revolución.
Las explicaciones políticas y sociológicas son complementarias. Después de la Revolución, hubo una especie de tregua y la expresión de esa tregua fue el PNR, partido que defendía al pueblo y a la Revolución.
El cambio de nombre de ese partido explica muy
bien los cambios que se dieron en el país. El partido, que era nacionalista,
con tendencias populares radicales no muy precisas, se convirtió en Partido de
la Revolución Mexicana.
Durante
esa fase, el lado revolucionario tenía todavía su importancia. Fue el periodo
de la expropiación de las sociedades petroleras, de la ayuda a la República Española,
del asilo otorgado a Trotsky y, sobre todo, de las reformas.
Finalmente,
se llegó al Partido Revolucionario Institucional. La “nación” desaparece. La
palabra “revolucionario” se vuelve un adjetivo y una máscara. La única cosa que
queda es la institución, es decir el sistema, la burocracia.
Se requiere
la desaparición del PRI
Durante
estos 30 años de estabilidad, el país se desarrolló. Se crearon una clase media
y una clase obrera. Esa última, es verdad, ha sido mediatizada por los líderes
políticos y sindicales.
También se
dejó hipnotizar a cambio de un poco de bienestar. Por lo tanto es la clase
media, sobre todo los estudiantes y los intelectuales, los que hoy piden una
verdadera participación política.
La
revolución del PRI creó las condiciones económicas y sociales que permiten la
democracia. Pero para que se dé esa democracia se requieren reformas que exigen
la desaparición del PRI y del poder personal otorgado a cada presidente de
México durante seis años.
¿Desaparecerá
también el gran poder del presidente en turno?
¿Qué tal? Todo esto lo dijo nuestro
nobel de literatura hace 50 años. A Octavio Paz, insisto, hay que leerlo con
calma y si es necesario hasta con lupa, con lupa de investigador. Cuando lo
releo me sigue sorprendiendo la claridad de su pensamiento político: su
lucidez.
Y si, lo más probable es la
desaparición del PRI. El desmantelamiento de la corrupción pasa también por
quitarle al PRI los colores de nuestra bandera, que se apropió cínicamente
desde sus inicios. ¿El PRI agoniza? Ya veremos.
Pero la desaparición del PRI no
garantiza nada. Los mexicanos todavía corremos el peligro de que AMLO mantenga
un gran poder personal como presidente y de que MORENA se convierta en el nuevo
PRI. Espero que no suceda.
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