fotografía antes del 27 de junio (izquierda) y fotografía después del 27 de junio 2010 (derecha)
Por Graciela Hernández R.
La noche del sábado y la madrugada del domingo 27 de junio se puede bautizar como “noche infernal” o “hecatombe nocturna” quien pensó que podría disfrutar un sueño pleno después de una jornada semanal, una vez más se equivocó; porque fuimos sorprendidos los habitantes de los edificios Vicente Riva palacio, Ignacio Ramírez, Miguel Hidalgo, entre otros edificios comprendidos en el tramo del Eje Guerrero entre Manuel González y Flores Magón.
Se trataba de los sicarios de la construcción una maquina de gran tamaño y sus pinzas que enterraban en el pavimento levantando el asfalto de un carril contiguo al que va en contraflujo, camiones de volteo en los cuales se acarreaban los arboles degollados hasta el piso y con una altura considerable.
Aproximadamente unos 50 árboles en ambos lados, pulmones que estuvieron aquí durante unos 20 o 30 años y de un solo tajo quedaron en la orillas desoladas, solitarias sin esos bellos ejemplares, que protegieron de la contaminación, que dieron sombra y que por las tardes se mecían con el aire de un lado a otro, ya han muerto por instrucciones de manos asesinas que solo pretenden llenar los bolsillos con el famoso Metrobús que para nada es indispensable en este lugar. Porque comunicados lo estamos y muy bien.
Más aun también no podían faltar las escandalosas patrullas c/sus torretas encendidas, ambulancias sobre Manuel González y el batallón de granaderos a lo largo de toda la calle c/sus toletes a la altura de la cintura y sus protecciones por sus era necesario su servicio.
¿Quién podía hacer algo ante esta prepotencia y abuso de autoridad, que duro hasta las 5 de la madrugada?
Pero cabe mencionar que por las ventanas de los mencionados edificios hubo aquel “vecino valiente” que al ver este triste panorama se sumo a la rechifla de muchos con “mentadas de madre” por lo menos.
Gracias por su atención.
Las obras hoy
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