Alejandro Mario Fonseca
A Octavio Rodríguez Figueroa
Leí con desazón, ese estado de intranquilidad o tristeza en
que se encuentra una persona a causa de una alteración física o moral, el
último artículo de mi amigo Octavio Rodríguez, en el que propone que los
gobiernos del mundo deberían exigirle a China una indemnización por los males
que está causando el covid-19.
Siento desazón porque conozco bien a Octavio y sé que es un
hombre honrado, que toda su vida ha trabajado y que además se preocupa por
mantenerse bien informado y que sus críticas y propuestas las hace de buena fe:
él siempre dice su verdad.
Y en esta ocasión me atrevo a criticarlo porque si bien a
primera vista los chinos son “los responsables” de la pandemia ya que los
contagios empezaron allá; con esa lógica también México debería pagarle una
indemnización al resto del mundo por los males causados por la gripe A (H1N1)
de 2009-2010 que inició en nuestro país.
Lo que está en el fondo de la
crítica de Octavio, que insisto es de buena fe, es que los seres humanos
tenemos necesidad de culpar a alguien de cualquier mal que nos aqueja. Lo
hacemos inconscientemente. Esto lo estudió Freud con sumo detalle en El malestar de la cultura, pero ese es otro
tema.
Película: El color del espacio exterior |