Alejandro Mario Fonseca
Ya he hablado en esta columna del surgimiento del Tercer Sector como una respuesta al
creciente desempleo mundial causado por la robótica, la computación y las
telecomunicaciones.
Al disponer los trabajadores de más tiempo libre y
encontrarse los desempleados sin nada que hacer, existe la oportunidad de
aprovechar el trabajo no empleado de millones de personas en tareas
constructivas fuera de los sectores público y privado.
Los talentos y la energía pueden dirigirse a la
reconstrucción de miles de comunidades locales y a la creación de una tercera
fuerza que florezca la sociedad independientemente del mercado y del sector
público.
Un Tercer Sector
que ya se ha abierto paso en la sociedad norteamericana, europea y japonesa, en
actividades que van desde los servicios sociales hasta la salud, la educación e
investigación, las artes, los grupos de auto ayuda, la religión y la abogacía.
Parce obvio, pero hay que aclarar que se le llama Tercer
Sector porque es independiente tanto
de los gobiernos como de las empresas privadas. A dichas instituciones en la
actualidad les llamamos Organizaciones no Gubernamentales (ONG).
Las ONG en
México tienen antecedentes desde la época de la Conquista y la Colonia,
en la que a pesar del poderoso aparato gubernamental que existió en esos cuatro
siglos de dominación española, se fueron creando instituciones diversas que
funcionaron con alguna independencia
de los poderes de gobierno.
El altruismo y los
Santos
Pero eran muy distintas a las de ahora, su objetivo se
limitaba a la beneficencia en temas como la salud, la educación y la alimentación:
se trataba de instituciones altruistas.
El altruismo tiene dos
acepciones complementarias. La primera es ayudar o servir constructivamente
para vivir una experiencia positiva de empatía, se trata de una conducta
relacionada con la filantropía.
Y la segunda es el sacrificio o abnegación personal
en beneficio de otros. Según la Real Academia Española, el altruismo
proviene del francés “altruisme” y designa la “diligencia en procurar el
bien ajeno aún a costa del propio”.
El término altruismo se refiere a la conducta humana y se
define como la preocupación o atención desinteresada por el otro o los otros,
al contrario del egoísmo. Suelen existir diferentes puntos de vista sobre
el significado y alcance del altruismo o al de cuidar de los demás
desinteresadamente, sin beneficio alguno.
Por eso es que muchas de las beneficencias llevan el nombre
de algún Santo. Me viene a la memoria
San Roque, un Santo que debería de
estar de moda debido a la pandemia del covid-19.
El nombre de Roque significa “fuerte como roca”. No existe
acuerdo entre los historiadores sobre el año de nacimiento de San Roque. Según
la tradición, nació en Montpellier (actual Francia) hacia el año
1295, mientras que otras versiones lo trasladan al siglo XIV, entre los
años 1348 y 1350. La Iglesia Católica lo festeja el 16 de Agosto.
San Roque
En una biografía escrita en 1478 por el veneciano Francisco
Diedo se afirma que Roque era hijo del gobernador de Montpellier, Jean Roch de
La Croix. Quedó huérfano a los veinte años; entonces decidió vender todas sus
posesiones, repartir el dinero entre los pobres y hacer una peregrinación
a Roma con la intención de visitar los santuarios. En esa época se
desató una epidemia de peste que provocó gran mortandad en toda Europa.
Roque recorrió Italia y se dedicó a curar y atender
a todos los enfermos de la peste. La tradición popular decía que curaba a
muchos enfermos con solo hacer sobre ellos la señal de la cruz. A los que
morían, él mismo les hacía la sepultura, pues nadie más se atrevía a acercarse
a los cadáveres por el miedo a contagiarse de la peste.
En Piacenza contrajo la enfermedad; su cuerpo quedó
lleno de manchas negras y úlceras. Como no quería ser una carga para nadie, se
arrastró hasta las afueras de la ciudad para morir solo y se refugió en un
bosque; allí nació un aljibe de agua que le calmaba la sed.
Poco después, un perro llegó con un pan y se lo dio a Roque
para alimentarlo; esto ocurrió por varios días, pues el perro sacaba el pan de
la cocina de su amo, hasta que un día el amo decidió seguir a su perro y
descubrió lo que ocurría.
Entonces el amo del perro se encargó de cuidar a Roque y
curarle sus llagas. Cuando se recuperó, regresó a la ciudad, donde siguió
curando no solo a personas, sino también a animales.
Al parecer, falleció tras un largo periodo en prisión, pues
en una guerra que hubo en Montpellier lo confundieron con un espía y lo tomaron
prisionero. Además, tampoco quiso revelar quién era. (Cfr. Wikipedia).
Reflexión política
En el México de nuestros días el Tercer Sector ya no es el de las beneficencias, ha tomado la forma
moderna de Asociaciones Civiles. Se
trata de instituciones sin ánimo de
lucro y con personalidad jurídica plena, integradas por personas físicas
para el cumplimiento de fines humanistas en general.
Para entender cómo funcionan, la clave está en aquello de
“sin ánimo de lucro”, es decir, están inspiradas en las beneficencias del
pasado. Y el problema de fondo es que muchas de ellas no son más que un
disfraz, que esconde corrupción.
Sí, corrupción esa otra maldita peste que nos corroe y lo
penetra todo implacablemente. ¿Por qué? Pues porque son creaciones malditas en
las cuales, con el contubernio de las autoridades gubernamentales, los malos
políticos se enriquecen todavía más.
Es decir, la herencia colonial sigue vigente, ya que muchas
asociaciones civiles siguen dependiendo del subsidio estatal. Y el problema se
agrava cuando algunas de estas, si no es que la mayoría, son ficticias y
“laboran” en ellas (con altos salarios) familiares y amigos del jefe burócrata
ligado a ellas.
En gran medida la crítica de nuestro presidente AMLO a dichas
instituciones se debe a ello y al parecer lo más seguro es que también estemos
por ver una “limpia” en el Tercer Sector que involucre a ex funcionarios de los
más altos niveles, incluidos algunos de
los expresidentes.
Es una lástima que la filantropía auténtica, aquella que nos
habla de virtudes humanistas como la generosidad, misericordia y compasión se haya
desvirtuado a tal grado que sea necesaria la intervención del gobierno de la 4T
de AMLO. Ya veremos.
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