Aurelio Cuevas (Sociólogo)
En un entorno metropolitano donde predomina el anonimato, el individualismo extremo y la atomización social es urgente la promoción de los valores basados en la solidaridad y la confianza mutua para impulsar una identidad colectiva en el barrio, vecindario o zona habitacional.
En nuestra unidad habitacional han surgido muchos intentos por remontar ese esquema de relaciones humanas frías, distantes y desangeladas en busca del impulso a proyectos colectivos locales. Max Mendizábal, en su libro El movimiento vecinal en Tlatelolco (publicado en 1984), apunta: “Los funcionarios vienen y se van nosotros permanecemos aquí”, describiendo así la gran separación existente entre dos mundos: el de la política y sus instituciones y el de la vida del habitante común de la ciudad.
Tlatelolco ha sido escenario del nacimiento, perduración y declive en distintas épocas de iniciativas de prensa comunitaria, impulsadas por diferentes personas o grupos al calor de diferentes coyunturas. Algunas de las publicaciones más recordadas con sus respectivos promotores son: Trinchera Tlatelolca (Sergio Alcázar), Unidad Urbana (Max Mendizábal y José L. Escobedo), El Tlatelolca (Cuauhtémoc Abarca y Gerardo Arreola) y Nueva Ciudad (M. Mendizábal), todas publicadas entre los años 70’s y 90’s.
Sin embargo, debido a su escaso tiraje, su deficiente distribución o su irregular periodicidad, las mismas no fueron ampliamente conocidas por sus moradores; aunque cabe decir que publicaciones como Nueva Ciudad (1992-1997) circularon más fuera que dentro de la Unidad.
Vivir en Tlatelolco –en sus dos épocas- es la experiencia más reciente de una publicación surgida en esta zona habitacional durante los últimos diez años, e impulsada por varios vecinos interesados –incluido el que escribe estas líneas- en dignificar nuestro entorno territorial. Si bien nos unen lazos de amistad lo que predomina es nuestro interés por dar voz a los habitantes de esta parte de la capital y de otros lugares de la misma con problemáticas similares. Los esfuerzos realizados hasta ahora llevados a cabo no han perseguido ningún fin partidista, lucrativo o religioso.
También este medio informativo persigue romper con la imagen de Tlatelolco alimentada por los medios de comunicación amarillistas (TV, prensa nacional, etc.), centrados en informar acerca de crímenes, asaltos, tragedias domésticas y cosas similares acaecidos dentro de la unidad habitacional. Así, Vivir en Tlatelolco sigue la línea trazada por los periódicos que le anteceden en el sentido de impulsar el conocimiento de esta zona, de su historia, su cultura y sus luchas en pos de generar una identificación y cariño de los residentes hacia el lugar donde viven.
Por último, pero no menos relevante, es que este órgano informativo persigue ser un espacio de expresión de los residentes de Tlatelolco con la mira de generar una identidad colectiva y una mejor calidad de vida de los mismos. Estos objetivos son las dos principales razones de ser de toda publicación local o comunitaria, ya que busca una comunión de intereses entre los avecindados en una zona o espacio con características singulares en la gran ciudad. Enhorabuena pues todo proyecto que se mueva dentro de tales coordenadas.
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