La problemática en las áreas verdes en Tlatelolco

Por Efraín Damián Carlos Ramírez



La sugerencia del Gobierno del DF es que los vecinos atendamos áreas verdes, otros vecinos ya
estan  pensando en contratar vigilancia porque tampoco el gobierno quiere asumir su responsabilidad.
Fotografía: Antonio Fonseca



No se necesita ser un gran observador para darse cuenta de las condiciones en que están las áreas verdes de nuestra unidad. Según la revista National Geographic de febrero de 2005 -donde sacan un buen artículo titulado Código Postal: Tlatelolco-, “únicamente el 28 % de la superficie total de Tlatelolco fue destinado a viviendas”, el restante lo ocupan áreas comunes y jardines, es decir, el 72 %, en una extensión ligeramente menor a un millón de metros cuadrados, divididos en tres supermanzanas.

Y es que todavía hasta hace veinte años había alrededor de 80 jardineros para las tres secciones, más una cuadrilla de apoyo de cerca de 15 hombres para suplir a los que se iban de vacaciones o para darle a la unidad una inmejorable apariencia por la visita de algún alto personaje; hoy en día quedan casi 15 jardineros para las tres supermanzanas, y además, los que quedan, tienen esos veinte pesados años de más y es que algunos de ellos ya no están en condiciones para laborar.

Es indiscutible que no se dan abasto. No se puede tener toda la unidad con el pasto bien podado, los arbustos recortados (ya no digamos con figuritas de animales), los arboles saludables (sin el muérdago que ya ha terminado con la vida de varios arboles de buen tamaño y que además se cae con grandes ramas sobre lo que esté abajo). Podan aquí y ya creció allá, y así nunca se pueden ver los parques y jardines en condiciones mínimamente decorosas.

Podemos sumarle incluso la falta de cultura cívica por parte de los habitantes y transeúntes que no los cuidan. Hace tiempo uno ponía un pie dentro de una jardinera y ya tenías el silbato de un policía pitando para que te salieras de inmediato, hoy sólo falta que algunos metan su carro, pues motos ya he visto. También están los que sienten que su departamento tiene jardín propio y hasta malla o cerca le ponen al jardín que está frente a sus ventanas. Las personas no entienden cosas básicas entre los bienes públicos y los privados, peor aún, ya no distinguen el sentido común.

En entrevista, un jardinero mencionó que en aquellos entonces las bodegas tenían suficiente herramienta para dar servicio, y que ahora con lo que le dan para el refresco por trasplantar de alguna maceta al jardín las hortalizas de algún o alguna vecina, con eso le compra las refacciones a la podadora de césped. Son pocos, poca herramienta, gente adulta, y una gran extensión por trabajar.

Pero vamos más lejos. La Secretaría del Medio Ambiente tiene una estrategia llamada Plan Verde, con la cual sin duda tiene buenas propuestas, pero hay una, que bien podemos ejemplificar aquí en Tlatelolco (en otros lugares del D. F. también) que incluso algunos artistas apoyan y con la que debemos tener cuidado.

Sucede que el gobierno está tratando de que las personas tomemos una “cultura ambiental” y en está propuesta, el Gobierno quiere que cuidemos, nos responsabilicemos y nos pongamos en mutuo acuerdo algunos vecinos para tener un “espacio verde” a nuestro cargo, con lo cual estoy de acuerdo en contribuir, pero de auxiliar a encargarme de podar, sembrar, sanar, etcétera, etcétera; se necesita ser muy ingenuo… mejor habría que preguntarse entonces ¿Qué pasó con esas 80 plazas de jardinero que el gobierno de alguna forma tiene allí sin trabajadores? ¿Quién las está cobrando? Me despido desde la exuberante y decadente selva Tlatelolca.