miércoles, 4 de diciembre de 2013

Experiencia de un Comité Vecinal: 3ª sección de Tlatelolco (1999-2003)

Por Antonio Fonseca


De izquierda a derecha: Cristina Mercado, Francisco Jímenez, Blanca Patricia Gandara, Arturo Mendez, Minerva Rosales, Eugenia Ruiz, Antonio Fonseca, Luvia Thomson, Catalina Garcia.

Formalmente se estableció el 2 de agosto de 1999 y determinamos hacer reuniones semanales obligatorias todos los lunes de 20 a 22 horas para organizar al comité donde pudimos intercambiar puntos de vista con los vecinos de la Tercera Sección, recibir solicitudes y quejas, todas las reuniones eran abiertas.

Para darle un perfil al comité, asimismo obtener un diagnóstico de la situación de nuestro entorno y de los 31 edificios, nos dimos a la tarea de entablar diálogo directo con los vecinos en grupos o zonas de edificios. Se realizaron para tal fin 10 recorridos y reuniones sabatinas donde obtuvimos información del grado de organización vecinal, inquietudes comunales, puntos críticos de los servicios, así como deficiencias y búsqueda de mejoras en el equipamiento urbano.
En cuanto a la organización de vecinos en sus edificios podemos decir que en aquel momento el grado de organización era muy variable, incluso en algunos casos, no existía. Sólo mencionaremos algunos ejemplos de desorganización donde había problemas y otros ejemplos de problemas de seguridad:

El edificio Baja California no estaba organizado, el comité vecinal realizó muchos llamados a reuniones hasta que los vecinos reaccionaron, y lograron de manera firme, su organización que finalmente se estableció nombrando al administrador por módulo.

Un problema muy serio era la presencia de ratas, por un lado la cercanía con la tolva (lugar donde se concentra toda la basura de la Unidad)  y por otro la banqueta frente al edificio Baja California tenía una gran cantidad de hoyos. La subdelegación atendió nuestra petición fumigando y cuando hubo presupuesto para banquetas se le dio prioridad a ésta.

Por otro lado, un módulo del edificio Sitio de Cuautla estaba en completo abandono, tenía quizá años sin realizarse la limpieza en áreas comunes, tampoco tenía alumbrado y servicio de elevadores, por cierto una vecina que vivía sola por tener frio y carecer de servicios en su departamento encendía una fogata en la estancia del mismo, esta persona fue atendida y canalizada para su apoyo psicológico por la subdelegación. Aquí también apoyamos promoviendo la organización vecinal.

Otro servicio que tenía mucha corrupción y graves desviaciones era el servicio de Seguridad Pública, la Delegación Cuauhtémoc tenía contratada Policía Auxiliar, sólo para la Tercera Sección con 72 elementos que se distribuían en 3 turnos de 12 por 24. En este periodo (1999-2003) hubo tres comandantes, el primero José Ángel González Almazán que llevaba muchos años, pero se detectó que estaba coludido con una gran banda dedicada robo a casa habitación, integrada por vecinos de la Tercera Sección, fue cesado y la banda fue desmembrada.

Llegó otro comandante que tenía otro tipo de corrupción, enviaba a algunos policías que laboraban en Tlatelolco a otras partes de la ciudad, cobraba este servicio a la empresa o persona que contrataba dejando desprotegida a la Unidad. Fue denunciado por los propios policías ante el comité vecinal y también fue cesado.

El último comandante de la Policía Auxiliar que nos tocó en este periodo fue el segundo oficial Felipe Chávez Morales con quien iniciamos un programa construyendo una red de vecinos vigilantes. Esto fue interrumpido ya que por ser buen elemento se le comisionó al Centro Histórico.
Finalmente, Dolores Padierna delegada en Cuauhtémoc en ese momento realizó un convenio con Marcelo Ebrard, así tuvimos 36 elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) que vigilaban el horario de 7 a 19 horas la Unidad desde Reforma hasta la calle de Lerdo durante 8 meses. Coincidiendo con la terminación de gestión de la jefa delegacional, disminuyó el índice delictivo en la zona.

Otro ejemplo, el comité vecinal participó al lado de muchos vecinos de la Tercera Sección y de la colonia Morelos para resolver un añejo problema que reiteradamente solicitamos colocar semáforos en Paseo de la Reforma a la altura de la calle de Constancia, por los múltiples accidentes, desgraciadamente muchos fatales. Finalmente, después de cerrar Reforma por parte de los vecinos de ambas colonias las autoridades tomaron en cuenta la petición.
La lista de ejemplos podría ser muy larga pero, lo importante de esta experiencia es que el comité actuó como nosotros determinamos y siempre nos mantuvimos en diálogo permanente con los vecinos, nunca nos comportamos como correa de transmisión de las decisiones de la Delegación Cuauhtémoc, manteniéndonos independientes de los partidos políticos.

Tampoco tuvimos la supervisión del Instituto Electorial del Distrito Federal (IEDF), el objetivo de todos en el comité vecinal siempre fue buscar mejorar los servicios delegacionales y la calidad vida de la zona y eso nos mantuvo unidos. Partimos de la idea que en una comunidad organizada, el diálogo y la tolerancia, siempre puede contribuir encontrar las  mejores soluciones a los problemas. A pesar de ser plural, jamás se dividió o hubo enfrentamientos entre sus integrantes.

La lección que obtuvimos de esta experiencia: Se puede trabajar conjuntamente siempre y cuando no pongamos por delante nuestros intereses personales, de grupo o partido, sólo así avanzaremos en el rescate urgente y necesario de la Unidad Tlatelolco. ¿Ustedes que creen? ¿Se puede más separados?

2a Parte.


La huella del edificio Ignacio Manuel Altamirano. 2a. sección Tlatelolco.

Hoy la organización y cultura de los condóminos requiere de un nuevo diagnóstico para saber si hemos avanzado o retrocedido. Sabemos que la PROSOC es un instrumento que poco ayuda a los condóminos porque muchos de sus empleados practican la ley del menor esfuerzo o “nadan de muertito”, corrompen o son corrompidos, lo que la convierte en un elefante blanco más.
En el periodo que nos ocupa la PROSOC en el 2001 generó por iniciativa del jefe de gobierno del D.F., Andrés Manuel López Obrador, el Programa de Rescate de Unidades Habitacionales que aportó 400 pesos, cada año por departamento durante esos años que se aplicó en las áreas comunes de los edificios, cuando originalmente se pretendía por parte de la subdelegación territorial que sirviera para cambiar la tubería de agua potable de la Unidad, después de una polémica de los tres comités vecinales de la Unidad se destinaron los recursos para las áreas comunes al interior de los edificios y en muchos casos la decisión de que se hacía con el dinero de los vecinos de cada entrada.
Este hecho a primera vista parecía favorecer a los condóminos, pero en los hechos operaba como una política clientelar por parte de gobierno del D.F. con efectos positivos pero mucha carga negativa, promovía la simpatía hacia el gobierno, pero por otro lado,  los vecinos se negaban a pagar sus cuotas de mantenimiento siendo obligatorias para solventar los servicios en las áreas comunes.
En el Comité Vecinal Tlatelolco Oriente (3ª sección) se comentaba que el Fondo Nacional de Habitaciones Populares (FONHAPO) había dejando pendiente muchas áreas o espacios de la Unidad porque existía una indefinición en algunas áreas por ejemplo el edificio que hoy ocupa el DIF en la 3ª sección y que entonces se encontraba abandonado, asimismo la huella del edificio del edificio Oaxaca que se usaba como bodega o basurero.
FONHAPO nos aclaró lo anterior en un escrito fechado el 14 de marzo de 2000 y firmado por la Lic. Rocío Acevedo Morales Subgerente de Apoyo a Operaciones Residuales,  a petición del Comité Vecinal Oriente de la manera siguiente:
“…las áreas comunes y las huellas de los edificios que se demolieron a raíz de los sismos de 1985 en el Conjunto Urbano “Presidente Adolfo López Mateos” aun son propiedad de este Fideicomiso y están destinados al uso de los tlatelolcas exclusivamente como áreas verdes y de esparcimiento, pero desde la creación del conjunto, el mantenimiento y la vigilancia de estos espacios son responsabilidad del Gobierno del Distrito Federal.” 
“Asimismo le manifiesto, que por acuerdo presidencial y como consecuencia de la reconstrucción en Tlatelolco, el Fonhapo deberá de transmitir en donación pura, gratuita y simple todos aquellos predios, donde han sido edificados diversos edificios gubernamentales de asistencia médica, educativa y social labor que está en su etapa final, lo que permitirá que por exclusión todas las áreas restantes como vialidades, andadores, áreas verdes, explanadas y en general todas aquellas áreas que son parte integral de este Conjunto Urbano, sean donadas al Gobierno Capitalino.”
Hoy todavía existen algunas huellas por rescatar como son la del edificio Ignacio Manuel Altamirano,  Atizapán,  Churubusco, Guelatao, existen algunas dudas en muchos vecinos porque están subutilizados  o mal aprovechadas,  la huella del 20 de Noviembre donde hay un frontón y las dejadas por las Suites Tecpán en Reforma. ¿Qué se va hacer en esos espacios?
En relación al comercio en vía pública en el 2001 teníamos en la 3ª Sección 46 comerciantes en distintos puntos y horarios principalmente a la salida de la entonces Clínica 27 del IMSS, las escuelas y la parroquia de Santiago, todos incorporados al Programa de Reordenamiento del Comercio en Vía Pública del D.F. y siempre reiteramos nuestra posición de que tal número no debía aumentar, sino que debe irse reduciendo.
Incluso propusimos que fueran reubicados en el Eje Manuel González de lado de San Simón, se nos dijo por el subdelegado de ese momento que nosotros queríamos exportar comerciantes a otras colonias de este modo se señaló que tampoco Tlatelolco admitiría comerciantes de otras colonias y si habría alguno nuevo tendría que tener el visto bueno del comité vecinal oriente, y así se acordó pero al final de nuestra gestión el número se había reducido a 40 comerciantes en vía pública.

Podríamos mencionar varios problemas que enfrentamos a petición de los vecinos donde nos dimos cuenta de los vericuetos burocráticos a los que hay que hacer frente para obtener beneficios que el derecho social otorga a cada comunidad. Recurrir a las autoridades delegacionales, a la PROSOC, incluso del Gobierno del D.F., reuniones durante largos meses por ejemplo para resolver un problema de uso de suelo, de un albergue provisional (en local comercial de la 3ª Unidad en el edificio 15 de Septiembre) inadecuado, además insalubre, con habitantes con graves conductas antisociales finalmente fue clausurado y sus moradores reubicados.
El informe con más detalles se publicó el 5 de abril 2017.
http://vivirtlatelolco.blogspot.mx/2017/04/informe-del-comite-vecinal-tlatelolco.html 

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