Por Héctor Márquez Zermeño
Policía montada en Tlatelolco |
Ø Consideramos
de fundamental importancia el impulsar proyectos encaminados a lograr una mejor
convivencia entre los residentes de los diferentes edificios.
Ø Se utilizó por
un periodo breve y sólo en la tercera sección de la Unidad a la policía federal
preventiva con la que se obtuvieron buenos resultados y –algo inédito- logró
ganarse la confianza de los vecinos.
Amigos lectores, quienes tenemos tiempo de vivir
en esta unidad habitacional, registramos en la memoria diferentes formas y
métodos que las anteriores administraciones intentaron para mejorar la calidad
de la vigilancia, ya que este siempre ha sido un asunto que ha preocupado a la
mayor parte de los tlatelolcas, que siempre han cuestionado y polemizado sobre
el origen de la delincuencia.
Cuando en los edificios que cuentan o
contaban con cuartos de servicio, se decía que era ahí donde se concentraban
algunas bandas delictivas que operaban por su conocimiento al interior de la
unidad y que cometían diversos delitos como robo a casa habitación, lesiones, violaciones,
etc.
También los asaltos a transeúntes o de
autopartes se decía y/o se dice que son ejecutados por vecinos de las colonias
aledañas únicamente, sin embargo, aunque es difícil reconocerlo, dentro de
Tlatelolco también ha existido gente amiga de lo ajeno. La cual si no
intervenía de manera directa lo hacía indirectamente observando a la mayor
parte de los residentes ubicando a qué hora salen o regresan, si solo van de
compras, etc., esto último conocido dentro del argot delincuencial como
“campaneo”.
El problema de inseguridad aquí en Tlatelolco
debe ser atacado de manera integral, en donde los vecinos de manera organizada
contribuyan a evitar y controlar al máximo este lastre social, con ello no
queremos decir que los residentes deben tomar y aplicar la justicia por su
propia mano, eso sería un gran error, lo que necesitamos es crear al interior
de los edificios mecanismos de coordinación que establezcan contacto con los
cuerpos de seguridad de la Secretaría de Seguridad Pública y de otras
instancias.
En este tenor, sentimos que la
organización de los vecinos es fundamental en la constitución de redes
vecinales que permitan contar con una supervisión permanente del trabajo que
desarrollan los efectivos de la SSP y de otras instancias, los ciudadanos se deben
convertir en los ojos y oídos para detectar a los malos elementos que no
cumplan con su deber y señalar los puntos de incidencia delictiva.
Policía montada en Tlatelolco |
Consideramos de fundamental
importancia el impulsar proyectos encaminados a lograr una mejor convivencia
entre los residentes de los diferentes edificios, con el propósito de evitar
problemas que van desde la morosidad hasta la nula cooperación cuando ocurre
algún ilícito en nuestro medio social.
Los primeros pobladores de Tlatelolco
comentan que en un principio el ejército mexicano resguardaba la seguridad de
los residentes, posteriormente fueron relevados por “tecos o tecolotes” los
cuales vestían uniforme color caqui y que se dice ofrecían un servicio muy
deficiente. A propósito de la citada evaluación, nos comenta un asiduo
parroquiano de la cafetería “Dary Queen” ubicada hace varios años en el
edificio Miguel Hidalgo de la primera sección que para pertenecer a la
palomilla los aspirantes tenían que arrebatarle su placa a un “teco” ¿qué les
parece?
Ya por los años 90’s se intentó atacar a la
delincuencia utilizando perros rottweiler y/o pastor alemán entrenados –a los
que se les crearon jaulas en la parte inferior de los módulos de vigilancia-
los que en un principio funcionaron pero posteriormente empezaron a tener
problemas con los perros de los tlatelolcas además de que quienes los portaban
no contaban con una adecuada instrucción.
Más adelante se empleó a la policía montada,
la cual impresionaba e inhibia la comisión de algún delito en su presencia sin
embargo presentaba varias inconveniencias debido a que los gallardos jinetes con
dificultad cabalgaban con los caballos por los andadores, tenían problemas al saltar
la herrería cuando perseguían a algún delincuente, además de que las heces de
estos ejemplares era demasiada y no se consideró como en la Alameda Central
(años atrás) un compostero para el tratamiento de los mencionados desechos.
Se utilizó por un periodo breve y sólo en la
tercera sección de la Unidad a la policía federal preventiva con la que se
obtuvieron buenos resultados y –algo inédito- logró ganarse la confianza de los
vecinos toda vez que sus estrategias fueron bien estudiadas y planteadas, esto
es, no llegaron a improvisar en cuanto a vigilancia se refiere.
El mobiliario y la imagen urbana de
Tlatelolco dificultan el acceso de patrullas al interior de las áreas en donde
se cometen ilícitos, motivo por el cual se han buscado varios medios para
eficientar la vigilancia. Una de ellas –entre otras que se han empleado- es
dividir este conjunto urbano en “cuadrantes, micro zonas, etc.” (zona
delimitada por cuatro vértices en donde circulan en rondines “células”
compuestas por una pareja de policías) que garantizan el mayor aprovechamiento
de los efectivos, siempre y cuando se garantice su presencia.
Fue en el periodo de Alejandro Gertz Manero
como secretario de seguridad, cuando se retira el servicio de la policía auxiliar
en todas las unidades habitacionales del Distrito Federal y ello, obviamente
afectó a Tlatelolco.
Posteriormente y como se ha comentado por la
dificultad de circular por los pasillos y andadores de Tlatelolco la policía
preventiva utilizó cuatrimotos, que funcionaron de manera eficiente sin embargo
no se contempló el mantenimiento de las mismas y los jefes de sector entrantes
poco a poco las fueron dejando de lado dentro de sus estrategias de operación
hasta que desaparecieron.
Más tarde se han venido implementando
diferentes programas que no han dejado satisfecha a gran parte de la comunidad.
Hoy en día, sentimos que para contribuir a mejorar
el clima de inseguridad que vivimos, la tarea de los vecinos vigilantes y
solidarios es conveniente que se canalice al interior de los edificios,
estableciendo estrategias y mecanismos,
así como la elaboración de mensajes en donde se refleje la organización
y respeto que debe existir entre los residentes, pues ello ayudará a constituir
un escudo contra la delincuencia que al observar unión entre los vecinos, la
pensará dos veces para cometer sus fechorías.
Hasta la próxima y resistamos civilizada y
pacíficamente nuestra existencia
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