Por Alejandro Mario Fonseca
Este periódico, El Quetzal, tiene un lema central: “verdad sin compromiso”. Con
ello Don Epigmenio Rojas, el director quiere subrayar, resaltar, hacer énfasis
en un compromiso ético con sus lectores. ¿Por qué se ve obligado a hacer ese
énfasis? Porque el mundo moderno está en crisis, ya no sabe uno a quién
creerle.
Solo hay que ver la recta final de
las campañas electorales en los Estados Unidos. Trump se emplea a fondo,
miente, insulta y amenaza a tambor
batiente; y esto nos pone a temblar y confunde a muchos.
Clinton VS Trump |
La
revolución de la imprenta
Hoy en día estamos viviendo la
revolución del Internet. Se trata de una herramienta tecnológica con la cual el
almacenaje y la distribución de información se realiza de una manera tan rápida
y abrumadora, que está transformando dramáticamente nuestra vida. Ya hablaba yo
en mi artículo anterior de la nueva generación del milenio.
Pues bien, hace ya casi 6 siglos
sucedió algo muy parecido con la invención de la imprenta. En 1436 Johannes
Gutenberg, un artesano alemán inventó la imprenta de tipos móviles.
Muy pronto en las principales
ciudades europeas surgieron talleres que imprimían libros escritos en las
principales lenguas. El impacto que tuvo la imprenta en la recopilación,
almacenaje y la distribución de información fue tan grande como el que estamos
viviendo hoy en día con el Internet.
La Reforma
Protestante
Conviene estudiar con cierto detalle
lo que significó en su momento la aparición de la imprenta. El primer cambio
importante fue el de la alfabetización masiva. Para finales del siglo XVI la mitad de la población en las ciudades
europeas sabía leer y escribir.
Otro impacto no menos importante fue
el que se dio en la esfera de la
religión. Lutero aprovechó la imprenta para dar a conocer su ruptura con la
Iglesia Católica: entre 1517 y 1520 publicó alrededor de 30 textos con 300 mil
copias.
En el núcleo duro de la Reforma
Protestante está la desarticulación de la corrupción del alto clero de la
Iglesia Católica que detentaba el monopolio de la “verdad sagrada”.
La producción en masa de biblias fue
la clave. Con la Biblia en la mano todo hombre o mujer, todo creyente
verdadero, tenía la responsabilidad de interpretar la palabra de Dios sin intermediarios:
la autoridad religiosa se democratizaría al menos parcialmente.
Para la Iglesia Católica la salvación
era, y todavía lo es, una idea sencilla. Bastaba con aceptar a Cristo como
salvador, confesarse y comulgar para recibir la absolución antes de la muerte.
Lutero, en cambio, sostenía que cada
persona ya estaba predestinada a la salvación o a la condena eterna desde su
propio nacimiento.
La ética
protestante y el espíritu del capitalismo
Pero había un problema ¿cómo saber si
uno estaba entre los elegidos? Entonces vino Juan Calvino, quien profundizó la
Reforma al sostener que hay señales que nos pueden dar una idea de lo que nos
espera, entre ellas la más importante es el éxito en la vida.
A Max Weber, el primer sociólogo de
la modernidad le debemos la más clara explicación del impacto del calvinismo
sobre el mundo moderno. En su tesis doctoral La ética protestante y el espíritu del capitalismo escribió
hermosas páginas que nos ayudan a la comprensión del fenómeno.
Los seguidores de Calvino se radicalizaron.
Para alcanzar la salvación había que seguir una vida rigurosamente ética. No
existía el perdón de los pecados y en combinación con la búsqueda del éxito, surgió
un comportamiento incuestionablemente austero, frugal, humilde, en suma,
virtuoso: tenían que vivir en la verdad.
Esta revolución de las conciencias se
combinó con la Primera Revolución Industrial y así surgieron los primeros
empresarios capitalistas. Al menos en sus orígenes el capitalismo tuvo una base
ética, de allí su tremendo éxito.
¿A quién le
creemos, a Hillary o a Trump?
Decía yo al principio de este escrito
que en el mundo moderno que nos tocó vivir no es fácil vivir en la verdad. Y no
es fácil porque el capitalismo poco a poco se fue distanciando de sus orígenes,
de su base ética: está en crisis.
Donald Trump es el mejor ejemplo del
capitalista salvaje y depredador que miente e insulta a diestra y siniestra con
tal de salirse con la suya. El problema es que aún en la sociedad
norteamericana hay muchos que le creen: no cuentan con la suficiente
preparación intelectual.
Ya veremos qué sucede el próximo 8 de
noviembre, yo le sigo teniendo fe al voto razonado, al voto de la juventud del
milenio, al voto de los hispanos y al voto de las mujeres.
Bibliografía: Rifkin, Jeremy; La civilización empática; Paidós;
España; 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario