Alejandro Mario Fonseca
“¿Por qué
debería vivir?” le preguntó una estudiante a Steven Pinker. Planteaba la
dificultad de encontrar un significado y un propósito en la vida, “dado que
nuestra mejor ciencia debilita las creencias religiosas tradicionales acerca
del alma inmortal”.
Pinker
respondió de forma más o menos breve entonces y al final del libro concluye:
“Cuando se aprecian en su justa medida, los ideales de la Ilustración son
inspiradores, nobles, una razón por la que vivir”. En
defensa de la Ilustración (Paidós 2018), su obra más
reciente, está dedicado a argumentar esa respuesta.
No es una
lectura para descreídos que buscan una fe en la que sustentarse, sino un largo
romance que merece ser, y nunca fue, cantado. Se trata de un recorrido desde lo
particular del individuo –sus defectos y debilidades, pero también sus ventajas
y dones– hasta los logros que obtiene cuando se aplica a la tarea del
florecimiento de la humanidad.
Usted acaba de leer los primeros
párrafos del ensayo de Elena Alfaro Steven
Pinker y la gran novela del progreso, recién publicado por la revista Letra Libres. Quise iniciar este
escrito con esta cita, porque da en el clavo: los individuos (nadie se escapa)
tenemos defectos y debilidades, pero también virtudes.
Trueque en San Pedro Cholula |
En defensa
de la Ilustración
Por eso es que a los que nos
interesan los problemas económicos políticos y sociales, debemos ser muy
prudentes y pacientes, debemos aprender a clasificarlos y a jerarquizarlos; y
además debemos reconocer con humildad su
complejidad.
“Una de las
ideas más hermosas y estimulantes de En defensa de la Ilustración es
que la visión negativa y catastrofista que nos formamos de la situación en el
mundo es en realidad una señal de nuestro progreso moral, de cómo los umbrales
de sensibilidad al sufrimiento se han afinado: sabemos más y nos importa más”.
Ya no le cuento más sobre el ensayo
de Elena Alfaro para que usted lo lea (está en la red de Internet gratis). Lo
que quiero es apoyarme en estas ideas tan frescas y reveladoras, para insistir
en la necesidad de, a pesar de todas las calamidades, ver el futuro con
optimismo.
Pero no con un optimismo ciego, no
con la fe del ignorante, sino con un optimismo ilustrado y cauteloso. Hoy más
que nunca es importante para los mexicanos no dejarnos engañar por las falsas
noticias ni por las exageraciones.
Tenemos que aprender a observar los
vertiginosos cambios que estamos viviendo en su justa realidad, sin caer en las
trampas de los vividores de siempre, de los políticos oportunistas, de los
chayoteros y demás.
El último
“escándalo de los verdes”
Por ejemplo, la noticia del día de
hoy (6/09/2018) fue el escándalo del “trueque” que hicieron los dueños del
Partido Verde Ecologista de México con MORENA el partido del Peje: 5 diputados
a cambio de “apoyar programas para niños enfermos”.
Arturo Escobar, el eterno operador
del “niño verde” declaró cínicamente que Mario Delgado (coordinador de MORENA)
le pidió que analizara la posibilidad de que algunos diputados se integraran a
MORENA; y que después de platicarlo con “su gente” estuvieron de acuerdo.
Y ¿qué obtuvieron a cambio los del Verde?
Pues parece de risa loca, pero así lo declararon: “que se atienda el problema
del cáncer infantil, que se reduzca el número de niños muertos por cáncer” ya
que se trata de una “propuesta de campaña”.
Y Escobar todavía remata “si esto se
convierte en realidad, es baratísimo lo que hicimos el día de ayer”. Ah, pero
la cosa está todavía peor, porque los de MORENA, en la voz de Mario Delgado
dice que fueron los del verde los que se ofrecieron.
Y jocosamente los medios ya les
llaman a esos cinco diputados del Verde que saltaron a MORENA los “manuelitos”,
porque curiosamente ese mismo día Manuel Velasco, el gobernador Verde de
Chiapas, “salvó su licencia como gobernador” gracias a los votos de MORENA.
No hay
porque escandalizarse
En resumen, lo que realmente sucedió
fue que con los cinco diputados que se pasan del Verde a MORENA, éste último
logra la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. Y a cambio MORENA modifica
una votación ya realizada en la Cámara de Senadores para concederle a Velasco
regresar de gobernador a Chiapas.
Ante todo esto el Peje calla sobre el
trueque y en una reunión con los diputados de su partido, incluidos los nuevos
del Verde, los llama a “no marearse con el poder, ni avasallar con su mayoría a
los oponentes”.
Y mientras que Ricardo Monreal niega
haber pactado el cambalache, la Polevnsky más sensata justifica la adhesión:
“así vamos a poder hacer los cambios con mayor facilidad”.
Y la prensa, pues unos “indignados” y
otros apanicados. Ahí están los columnistas más sabiondos escandalizados por el
“priismo” del Peje; y de entre todos los más virulentos son los chayoteros de
siempre que están más que asustados, porque todo apunta a que la austeridad va
en serio y el chayote se va acabar.
Mientras tanto AMLO (le digo Peje de
cariño) feliz de la vida, sigue cosechando apoyos, la “cargada” continúa. Nadie
quiere quedar fuera del presupuesto, aunque se adelgace, “de algo hay que
vivir” como me decía un amigo priista que se acaba de pasar a MORENA.
Insisto en lo que ya he dicho en mis
recientes escritos, los límites a la Cuarta Transformación de México que
pretende el Peje no van a ser políticos ni sociales, sino económicos.
El Trueque
en Cholula
La política así es, los seres humanos
somos buenos y malos, hay que procurar superar nuestros defectos y debilidades,
el Peje simplemente es mañoso y se quiere salir con la suya a toda costa: yo le
sigo teniendo fe, ya veremos.
Mientras tanto, estimado lector, lo
invito a que disfrutemos del otro trueque, el Trueque de Cholula. Esa fiesta
que año con año se realiza como preámbulo a la Fiesta Mayor, la fiesta de la
fertilidad, la de la devoción a la Virgen Tonanzin de los Remedios.
La fe en la modernidad no significa
renunciar a las tradiciones de nuestros pueblos milenarios, sino entenderlas,
respetar sus creencias y valores; y lo más importante contribuir a su
dignificación, llevándolas a niveles estéticos cada vez más avanzados.
El Trueque de Cholula, aunque simbólico,
resulta ser el núcleo duro de la Fiesta Mayor de Cholula porque nos recuerda
que los mexicanos contamos con una gran riqueza cultural que será la base de un
futuro florecimiento humanista, que se antoja difícil pero no imposible.
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