miércoles, 3 de octubre de 2018

AMLO- ADMM: Bofetada con guante blanco

Alejandro Mario Fonseca
Señoras, señores: he venido a este lindo pueblo con el corazón lleno del entusiasmo de hace ciento veinte años, porque yo soy un rebelde a toda opresión y a toda esclavitud.
Hace días, desde la cumbre de uno de estos cerros, vi la Sierra de las Cruces, el camino del padre Hidalgo y de sus gentes. El campo lleno de los recuerdos del gran patriota cuyo grito de libertad es, con el silencio heroico de Cuauhtémoc, nuestra mejor herencia, la riqueza inagotable de nuestro corazón.
El anhelo de la libertad es el más grande fruto que ha cuajado el corazón humano. Porque sólo siendo libres, porque sólo no siendo esclavos, podemos no odiar, no tener rencores, y hacer de nuestra vida sin rencor y sin odio, el acto de justicia que Dios nos ha ordenado.
Para ser justos es necesario ser libres. Los sentimientos de justicia son hijos de la libertad, pues nunca, siendo esclavos, podremos ser justos.

AMLO Ceremonia en EDOMEX 15 DE SEPTIEMBRE 2018. Fotografìa Notimex 

Los malos gobiernos precipitan a los pueblos a la esclavitud

Hace 400 años los mexicanos perdieron su libertad por culpa del mal gobierno del rey Moctezuma. Ese monarca impuso por la fuerza contribuciones injustísimas a los pueblos que formaban el gran Imperio Azteca, y los pueblos, así oprimidos, lo odiaron a muerte y juraron venganza.
Cuando los españoles llegaron a nuestras tierras, encontraron fácil la invasión y la conquista, ofreciendo a los indios oprimidos su apoyo y ayuda para acabar con Moctezuma y su tiranía.
Sabemos de sobra con cuánta perfidia obraron aquellos infames aventureros. Y los pueblos, esclavizados por el tirano, se entregaron a los españoles sólo para saciar su odio contra Moctezuma y vengarse de su gobierno despótico.
Así, por culpa del mal gobierno, perdieron los mexicanos hace 400 años su libertad, y cayeron en la horrible esclavitud de la que los sacó después de tres siglos el sacrificio generoso del cura Hidalgo y de sus compañeros.
Por los malos gobiernos también, treinta y seis años después del fusilamiento del señor Hidalgo, perdimos la mitad de nuestro territorio en una guerra injusta con los Estados Unidos del norte.
Ahora, los norteamericanos han empezado a conquistarnos lentamente, corrompiendo con su dinero a muchos de nosotros, comprando por medio de su actual embajador, el nefasto Mr. Morrow, grandes y ricas extensiones de terreno, y la mayor parte de las plantas de energía eléctrica que hay en nuestro país.


¿Pronto perderemos otra vez nuestra independencia?

¿Preferiremos un falso y relativo bienestar económico, es decir, un poco de dinero yanqui que gastaríamos bien pronto? ¿Preferiríamos eso a nuestra independencia, a nuestra libertad?
Es mil veces preferible llevar una vida modesta o una pobreza misma, antes de llenarse de deudas antes de aceptar el dinero yanqui para ilusionarnos con un traje dominguero, deudas que pagaremos, probablemente, al mismo precio de nuestra independencia, al precio mismo de nuestra libertad.
Es bueno pensar en la vergüenza que será para nosotros, si dentro de algunos años, tal vez pocos, ya esclavos de los yanquis, viniéramos a este mismo lugar, a celebrar esta fecha, en que Hidalgo y sus compañeros se sacrificaron para ser nosotros un pueblo libre.
¿Con qué ánimo vendríamos aquí nosotros, vendidos y cobardes a recordar a Hidalgo y a Morelos, a Mina y a Guerrero? ¿Así corresponderíamos a tan ilustres sacrificios, a sólo la distancia de cien años?
Conciudadanos:
No hay que olvidar que la vida es demasiado corta para que la ensuciemos dejándonos dominar por lo mezquino que hay en cada uno de nosotros. Que todo lo bueno y lo noble que en nosotros hay, nos domine a nosotros mismos.
Que nadie sea indiferente al porvenir de la patria. La indiferencia es tan criminal, como el crimen mismo.

Todos podemos hacer algo por salvar a la nación

La pobreza se cierne sobre nosotros. No gastemos más de lo que ganamos. Más aún, guardemos algo de nuestras pequeñas ganancias, porque tal vez, días peores vendrán a poner a prueba nuestro patriotismo y nuestra honradez.
Mi voz en esta fiesta no trae acentos de alegría. Tampoco soy el mensajero de fatales noticias. He venido sinceramente a traer alerta ante la situación de la república.
Yo no les diría a ustedes: “Alegrémonos ahora, porque mañana estaremos tristes”. Eso me parecería cobarde y ruin. Cuando yo venga a invitarles a la alegría, vendré a decirles: “Hay que alegrarse ahora, porque mañana estaremos más alegres aún, porque mañana seremos más felices que hoy”, y la verdadera alegría exija de la libertad.
Sepamos conservar nuestra libertad ya amenazada por los Estados Unidos. La base de la patria es la libertad. Bendita sea la memoria de los hombres que hoy, hace ciento veinte años, abandonaron familia y tranquilidad, y que dieron la vida misma para dejarnos una nación libre, una verdadera patria.
Que no nos corrompa el dinero yanqui. Prefiramos la muerte antes que volver a ser esclavos.

La influencia de Carlos Pellicer
 Usted acaba de leer el Discurso de Carlos Pellicer en Huixquilucan pronunciado el 16 de Septiembre de 1930. Su lectura fue la participación de Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de AMLO, en el acto conmemorativo de la Independencia, el pasado 16 de septiembre en Ocoyoacac.
 Ahí estuvo presente nada menos que el primo de Peña Nieto, el gobernador Alfredo del Mazo Maza. También estuvo la candidata “perdedora” de MORENA Delfina Gómez. Se trató de una “bofetada con guante blanco”.
Es decir AMLO le devolvió a Peña una agresión (la imposición de su primo en la gubernatura del estado de México) con elegancia, sin necesidad de ser corriente o de bajarse a su nivel. Además le dio a la clase política (incluida la de MORENA) una lección de historia, ética y patriotismo.
Fue precisamente la influencia de Carlos Pellicer la que marcaría a AMLO para el resto de su vida. Él ha reconocido en varias ocasiones su deuda intelectual con el poeta. Y digo que lo marcó para toda la vida porque para Pellicer la política era una “tarea evangelizadora”.
En el núcleo duro de su Proyecto Alternativo de Nación, de AMLO está la revolución de las conciencias, para impedir en el futuro, el predominio del dinero, del engaño y de la corrupción, y la imposición del afán de lucro sobre la dignidad, la moral y el amor al prójimo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario