Por Graciela Hernández Robles
Edificio Miguel Hidalgo, Tlatelolco
Se registra hoy en nuestra Unidad Habitacional, más que obra pública, una destrucción que empezó por Flores Magón: entraron trascabos, camiones de volteo, materialistas con miles de tabiques, grava, sacos de cemento; y como –lógico- no había entrada para este tipo de animalazos, la constructora se “dio sus mañas” para introducirlos: dañó banquetas, andadores, perforó el piso para quitar protecciones de riel, que poco antes habían colocado para proteger al peatón. Así pasó en la esquina de Guerrero y Manuel González, y cabecera del edificio Miguel Hidalgo. Anexo fotos.
Asimismo, los levantamientos del adoquín de andadores completos, que fue remplazado por planchas de cemento, mediocremente terminadas.
¿Y, no contarán estos contratistas, con información o croquis de la obra hidráulica que realizan, supuestamente para cambiar tubería, pero además para colocar válvulas, que reducirán la dotación de agua a la Unidad, por considerarnos “privilegiados”?
Aquí no hay dónde quejarse, ni a quién preguntar; ¿cuánto vamos a aguantar sitiados por zanjas abiertas, montones de tierra y escombro, arena regada, y áreas verdes destrozadas, que originan peligro e incomodidad a nuestra población, sobre todo la más desvalida? (Será que nuestros ingresos están trabajando…)
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