Miguel Angel Márez Tapia (antropólogo)
Zona Arqueológica de Tlatelolco Foto: Miguel Ángel Márez Tapia |
Retomo brevemente otro aspecto de la investigación de grado que realicé el año pasado bajo el título Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco. Memoria y apropiación del espacio urbano, donde exploré la propuesta del antropólogo francés David Le Bretón sobre los usos sociales de los sentidos (olfato, gusto, oído, tacto, vista).
El mundo es una emanación de sentidos que penetra al cuerpo del ser humano, la percepción de ellos es otro elemento que la conforma, donde se abre un escenario lleno de sensaciones que evocan momentos y son parte fundamental de la memoria de aquellos que lo presencian, donde “un sonido, un sabor, un rostro, un paisaje, un perfume, un contacto corporal despliegan la sensación de la presencia y avivan una conciencia”, escribió el autor en su libro Sabor del mundo. Una antropología de los sentidos.
La identidad está nutrida de éstas percepciones que se encuentran en la vida cotidiana y el cuerpo sirve de filtro para ser receptáculo sensorial de ellas, el mundo se construye a partir de ellas, les da significado, crea límites en el espacio que recorremos, es ante todo una orientación cultural, “el hombre ve, escucha, huele, gusta, toca, experimenta la temperatura ambiente, percibe el rumor interior de su cuerpo, y al hacerlo hace del mundo una medida de su experiencia, lo que vuelve comunicable para los demás, inmersos, como él, en el seno del sistema de referencias sociales y culturales”, reitera el antropólogo.
En la muestra que utilicé en el estudio se analizó la percepción de algunos sentidos, entre los resultados más representativos encontramos: ¿De qué color ves Tlatelolco? Gris 33%, Verde 22%, Rojo 15%, el color gris fue asociado al deterioro de los edificios en sus fachadas, el comportamiento de sus habitantes, la basura, esta opción fue preferentemente contestada por usuarios y algunos comerciantes de la unidad, mientras el color verde tiene referencia a las áreas verdes respondido generalmente por residentes con varios años habitando el conjunto, por último, el color rojo tenía que ver con la sangre derramada con los acontecimientos de 1968 y 1985. Al momento de preguntarles de que color pintarían Tlatelolco, las principales respuestas fueron el color azul y el verde, el primero hacía referencia al cielo, mientras que el segundo deseaba hacer combinación con las amplias áreas verdes, así como recurrentemente se deseaba pintar de manera multicolor, intentando así quitar la monotonía visual que muchos personas ven en la unidad.
Otro pregunta fue: ¿A qué huele Tlatelolco?, las respuestas más representativas fueron las Heces de perro 23%, Arboles y tierra mojada 19%, Basura 16%, Mariguana 8%, los datos indican la relevancia que le dan muchas personas a la problemática, como se pudo constatar en sus dichos, a la falta de cultura en los dueños de las mascotas que cotidianamente recorren Tlatelolco, por otro lado, el olor de las distintas jardineras fue relevante para los residentes que han vivido en la unidad por más de 15 años, la basura preferentemente fue retomada por las zonas en donde se encuentran los principales centros de comercios, en particular la zona del metro Tlatelolco, por último, un dato interesante fue la queja de habitantes de la tercera edad en la Primera Sección por el olor a mariguana, coincidiendo con datos oficiales al momento del estudio en donde la Procuraduría General de la República y la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal situaba a Tlatelolco como uno de los principales puntos de venta de droga en la Delegación Cuauhtémoc.
Por último, se preguntó: ¿Qué sonidos hay en Tlatelolco?, contestando Aves en los árboles 26%, Trafico, automóviles y motocicletas 24% y Voces de personas 24%, los “pajaritos” son un sonido agradable muy escuchado por la mayoría de habitantes y una parte de usuarios, las voces de personas estaba localizada en las zonas más transitadas o la salida de los niños y jóvenes al salir de sus respectivos colegios, mientras que las personas que viven en límites de avenidas o caminan por los extremos de Tlatelolco preferentemente escuchan ruido del tráfico de autos y motos.
El desplazamiento cotidiano o trayectorias a pie de las personas fue determinante para los resultados que se mostraron con anterioridad, esto permite reflexionar sobre la continua percepción que acontece en la interacción con el ambiente y como de ella emana en el constante contacto con cada uno de nosotros, esto permite plantear la idea que esta percepción también está nutrida de elementos no exclusivos de Tlatelolco, algunos datos no son diferentes a otros estudios realizados a nivel metropolitano, por lo que puede observarse un reflejo de lo que se percibe en la ciudad y posibilita explorar otras dimensiones que permean estos datos, como son las emociones que se producen en ese proceso, por ejemplo, el miedo a apropiarse de los distintos espacios que existen en Tlatelolco, un tema que podremos abordar más adelante.
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