Por Santiago Jordá Salazar*
Momentos después del temblor del 18 de abril frente al edificio Guillermo Prieto. Foto: Antonio Fonseca |
En esta ocasión y después de mandarles un afectuoso saludo quiero tratar el
tema de moda en la Unidad debido a los tres eventos sísmicos que tuvimos en un
periodo muy breve del 18 de abril (7.2 grados) 8 de mayo (6.1 grados) y el 10
de mayo (5.6 grados) y esto es “nuestra preocupación por el edificio que
habito”.
Estos eventos no los podemos
determinar ni en sus recurrencia ni en su magnitud, tampoco en su duración,
simplemente se presentan y los daños que ocasionan dependen de las pocas o
muchas previsiones que hayamos tomado al construir las estructuras en las que
habitamos, en el caso de nuestra Unidad estas fueron las máximas con los
conocimientos con los que se contaba al momento de su construcción después de
los sismos de 1985.
Como verán no podemos hacer nada
para evitar estos eventos pero si podemos hacer mucho para aminorar sus efectos y esto es dándole seguimiento al comportamiento de
la estructura, dándole un buen mantenimiento para aminorar los daños
posterior a futuro ¿y cómo hacer esto me preguntaran? Pues haciendo un buen
estudio de lo que requiere el edificio pues sin un buen mantenimiento la
estructura se irá degradando hasta su destrucción.
En este punto es donde nosotros
si podemos intervenir para conservar en buen estado y por más tiempo nuestro
edificio que al final de cuentas es nuestro patrimonio y el que le vamos a
dejar a nuestros hijos.
Si ya tenemos o hacemos el
estudio de los requerimientos de nuestro edificio, tenemos que cuantificarlo y
dividirlo entre los condóminos para solventarlos y estos es la cuota de
mantenimiento que debemos parar
mensualmente y supervisar constantemente al administrador que la ocupe en los
rubros a que ha sido destinada.
Despues del temblor del 18 de abril enfrente de la Clínica 27 del IMSS en Tlatelolco. Foto: Antonio Fonseca |
Si todos cumplimos con la parte
que nos toca, viviremos mejor y entre todos hacer entender que nos que no
cubren sus cuotas, no solo afectan en su seguridad, sino las de todos.
Después de los antes expresado
espero que nos quede claro que nosotros somos los únicos propietarios de
nuestro inmuebles y responsables de los
mismos no la delegación o el gobierno del Distrito Federal ni el gobierno
federal a ellos les competen otras funciones que tampoco cumplen
satisfactoriamente. Habrá que seguirles exigiendo ya sea individualmente o en
grupos organizados como la CRT o Unidos por Tlatelolco.
Espero que los sismos no solo
muevan edificios sino también nuestras conciencias para atender los
desperfectos que se generen y así nuestros edificios nos duren más. Hagamos que
nuestra Unidad recobre su esplendor, ya que es la mejor de México pero está muy
descuidada.
Esa es la razón por la que la
revista está invitando a todos ustedes a formar parte de del foro de
administradores de edificios para analizar en forma conjunta la forma de
conservar nuestros edificios. Estén pendientes para cuando se anuncien los
trabajos del foro a través del Comité 50 años y para despedirme a mi manera
después de agradecerles su atención a estas líneas recuerden que: “Al ojo del
amo engorda el caballo” y “A la
supervisión de los administradores mejora el edificio”
*Arquitecto
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