Palabras silenciadas que se convierten en una
lucha diaria
“Nos revelamos a la intención de
ponernos una mordaza.
Estamos aquí porque decidimos luchar
contra el silencio”.
#Prensa
No Disparen
Concentración D.F
del colectivo “Prensa No disparen”. Febrero 2014.
Foto por Nayeli
Valencia.
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Jueves 8 de mayo 2014.
Por Anabel Lugo, Nayeli Valencia y
Mónica Vázquez.
México es uno de los países, donde la
violencia contra el gremio periodístico sigue presente. A pesar de que
organizaciones y asociaciones defensoras han hecho diversos llamados al
gobierno, este problema aún no cesa. De acuerdo con Artículo 19, durante el 2014 disminuyeron un 80% los homicidios y las
desapariciones a periodistas, pero aumentaron en un 43% los ataques, amenazas y
violencia física, situación que nos habla sobre la incuria del Estado mexicano
para salvaguardar la actividad periodística.
Al respecto, Víctor Ruíz, integrante
de la Casa de los Derechos de los Periodistas A.C., fundada en agosto del 2010
por un grupo de 4 abogados y 12 periodistas, comentó que “lesiones, asesinatos,
desapariciones forzadas, daño a propiedad privada, robo de equipo de trabajo y atentado
a instalaciones de medios de comunicación son las denuncias mayormente
recibidas”, sin olvidar el desplazamiento interno, el cual es muy grave en
México, pero lamentablemente no ha recibido atención ni por la sociedad, ni por
el gobierno.
Desde hace más de 20 años la violencia
ha mermado el ejercicio de periodistas,
comunicadoras y comunicadores. Evidentemente, ningún caso responde a los
mismos patrones, lo cual permitió que la asociación efectúe protocolos de
seguridad específicos.
La labor de la Casa de los Derechos de los Periodistas se
basa en sus seis objetivos principales: protección y acompañamiento a
periodistas; estudios, monitoreo de medios y propuestas legislativas;
capacitación a integrantes para la elaboración de protocolos; enlace con
organismos e instituciones, enfoque
hacia le denuncia de género y la transparencia en la coordinación de
actividades.
Diariamente, la asociación realiza un monitoreo
de medios que arrojan datos sobre agresiones contra periodistas. Cuando se
detecta algún caso, se da seguimiento y piden a sus enlaces (integrantes
ubicados en los estados de la República) informar con mayor detalle sobre lo
sucedido para apoyar a la víctima.
“Primero se recurre a la familia para
cuestionarle de las decisiones de seguridad que se tomarán. Posteriormente nos
asesoramos con abogados y organizaciones de Derechos Humanos”, explicó Víctor
Ruiz.
De acuerdo con la organización antes
mencionada, la mayoría de las agresiones registradas son contra hombres. Sin
embargo, la Agencia de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) publicó
en abril del 2014 que la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la
Organización de Estados Americanos (OEA) reconoció un sesgo de género respecto
a la violencia contra mujeres periodistas, la cual, se basa en las construcciones
sociales de género: asesinatos, violencia sexual, acoso sexual, intimidación,
abuso de poder y amenazas.
Del mismo modo, la Red Nacional de
Defensoras de Derechos Humanos en México documentó 41 agresiones contra 25
defensoras y mujeres periodistas de enero a marzo del 2014.
Fuente Cimac. 8 de marzo 2014 |
“La violencia a periodistas nos llegó
de repente, no estábamos preparados. La primera reacción fue lo práctico, aunque
nos falta teorizar protocolos de seguridad. En México no contamos con alguno, Artículo 19 y el Centro Nacional de Comunicación Social
(CENCOS) formularon uno, basado en asociaciones colombianas y argentinas”,
opinó Víctor Ruíz.
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