Palabra de vecino Por Violeta Muñoz Ramos
Llegue
a vivir a Tlatelolco justamente en 1968, tenía 11 años y disfrute enormemente
mi bicicleta por toda la Unidad. En corto tiempo me he vuelto vieja, y qué
decir de los padres que llegaron en esa época.
Es
esto, lo que hace tiempo me inquieta. Personalmente viví con mi madre
situaciones complicadas a consecuencia de su edad y me encontré sin
alternativas a la mano para aminorar mis preocupaciones por intentar darle una
mejor calidad de vida.
Pensamos
poco en los mayores, y la realidad es que cada día somos más y nuestro barrio
no ofrece alternativas efectivas.
Campamento del Movimiento de los 400 pueblos en Eje Central y Manuel González |
Como
todos sabemos, en las esquinas del Eje Central y Manuel González, tenemos una
buena cantidad de metros cuadrados para pensar seriamente en su recuperación. Actualmente,
ocupadas por tiempo indefinido, por los integrantes del movimiento denominado
400 pueblos que la dejan aún mas desolada.
La
intención no es generar una discusión de corte político, ni valorar si su lucha
es o no válida. Lo que sí es un hecho es que el entorno cercano sufre las
consecuencias con su presencia. Las condiciones en que pernoctan son inhumanas,
defecan y orinan al aire libre, generan torres de basura que nadie recoge y
para añadir otro inconveniente, en esta oportunidad, trajeron vehículos;
grandes camionetas que tomaron los pocos lugares de estacionamiento sobre la
lateral del Edif. 5 de Febrero.
La
propuesta consiste en recuperar estos dos espacios y crear, en ambos, un
"huerto frutal". La
intención es que nuestros adultos mayores y quien desee, se encarguen de darle
vida con la asesoría correspondiente y con la colaboración de las autoridades
que están por llegar, para adecuar el espacio y darle color. La inversión es
mínima y con ello aportaríamos un buen lugar al aire libre, para que convivamos
y retomemos eso que nos ha caracterizado; la buena vecindad y el respeto.
Estar al aire libre, socializar con personas en igual condición, son elementos que nos obligan a tomar medidas. Nuestros viejos tienen mucho que aportar, ayudemos pues para que esto sea una realidad.
Por si acaso, el producto que se obtuviera, podría ser comercializado y añadiríamos como positivo, que los participantes, obtendrían ingresos adicionales. Otro beneficio seria para los cuidadores primarios, tendrían la oportunidad de resolver una parte de su vida laboral o personal con la certeza de que sus padres están realizando actividades propias a su edad y debidamente acompañados.
Desde
luego esto es el principio de algo mucho mayor, una estancia de día que ofrezca
alimentos y atención médica.
No permitamos que los abuelos sean marginados y condenados a
vivir entre 4 paredes y en soledad. ¡Su salud mental es responsabilidad de
todos!
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