Por Alejandro Mario Fonseca
Hace ya año y medio, cuando empecé a
colaborar en El Quetzal Cholula y en
Vivir en Tlatelolco, convine con mi
amigo Epigmenio Rojas y con mi hermano Antonio Fonseca, que me comprometía a escribir
la verdad siempre y cuando aceptaran íntegramente mis puntos de vista, aun
cuando no fueran de su agrado.
Y así ha sido. Llevo ya alrededor de
200 artículos en los que he procurado apegarme lo más posible a la verdad. No
ha sido fácil, la verdad es un “bien”, escaso en nuestros días. Y es que la
verdad periodística requiere de distanciamiento del punto de vista propio, es
decir de objetividad.
A esto es a lo que los estudiosos llaman
“libertad de prensa”. Y la libertad de prensa, al igual que la democracia, en
nuestro país está en pañales. México pasó súbitamente de un férreo control
gubernamental sobre la opinión pública,
a una apertura “total”, en gran medida
obligada y matizada por Internet.Excélesior: Vicente Leñero y Julio Scherer |
Pongo total entre comillas, porque los gobiernos, con excepciones, siguen presionando a la prensa crítica para que se alinee a sus intereses. Y los instrumentos que utilizan son, como en el porfiriato, “pan o palo”. Si el periodista no acepta el “chayote” (el sobre con dinero por debajo de la mesa) entonces vienen las amenazas, el acoso, e incluso si no se somete, puede venir hasta la muerte.
El Excélsior:
¿prototipo del periodismo mexicano?
Hace 10 años el Grupo Imagen compró
el Excélsior, un diario que muy pocos leían. Se modernizó y ahora está ligado a
Internet, a la radio y a la televisión. Es curioso observar cómo sus
actuales dueños, evitan hablar de Julio Scherer García como lo que realmente
fue: uno de los más grandes periodistas y paladines de la libertad de prensa en
nuestro país.
Leo en el artículo de conmemoración
de Andrés Becerril: Desde el 18 de marzo
de 1917, este diario escribe y retrata la crónica de México y el
mundo. Símbolo del periodismo mexicano, este rotativo renació cuando lo
retomó Grupo Imagen, en enero de 2006. A cien años de su fundación, El
Periódico de la Vida Nacional ahora converge con plataformas digitales.
Becerril
hace tabla rasa de la historia del diario: Rodrigo de
Llano convirtió a Excélsior en
referente mundial de la prensa mexicana. El Periódico fue cuna de los más famosos
e influyentes periodistas como Julio Scherer García y Manuel Becerra-Acosta,
quienes emigraron en 1976 de Reforma 18 para fundar otros medios, que
vitalizaron la competencia; a su vez esos periodistas fueron maestros de otros,
como el actual director editorial de Excélsior,
Pascal Beltrán del Río, y Gerardo Galarza, director adjunto del diario.
Desde enero
de 2006, Grupo Imagen, al
que pertenece Excélsior,
hizo posible que el diario, uno de los símbolos del periodismo mexicano,
renaciera. Rescató para sus lectores la fuerza de la noticia oportuna, fresca;
modernizó su formato para agilizar la lectura, sin perder la presencia de
plumas plurales, característica del diario, con el sello de un periodismo sin
estridencias.
Don Julio
Scherer García
Los auto guayabazos de Becerril no
mencionan que fue durante la dirección de Don Julio Scherer cuando el diario
vivió sus mejores tiempos. Scherer, tras varios años de ser reportero fue
designado por la cooperativa, (porque Excelsior era una cooperativa) como director
general en 1968. Desde ahí desarrolló una línea crítica, hacia los gobiernos
de los presidentes Díaz Ordaz y Echeverría,
línea que molestaría a las autoridades gubernamentales pero que consolidaba al
diario Excélsior como una empresa editorial fuerte e independiente.
En julio de 1976 agentes del
presidente Echeverría lograrían la
realización de una asamblea en la cual se designaría al frente del diario al
periodista Regino Díaz Redondo, quien ocupó dicho cargo 24 años. Becerril no
menciona nada de esto, vaya, ni siquiera habla de que el diario fue una
cooperativa y que funcionó muy bien hasta el golpe de Echeverría.
Antes de consumarse el cambio,
Scherer junto con colaboradores suyos (entre ellos Miguel Ángel
Granados Chapa y Francisco Ortiz
Pinchetti) abandonaron Excélsior. El diario se vino abajo, Echeverría o mejor
dicho, sus agentes dentro de la cooperativa utilizaron como excusa la
ocupación, por parte de un grupo de ejidatarios, de terrenos propiedad del periódico.
De la crisis que siguió se derivó el cambio de director y de línea editorial.
Del
periodismo crítico al post-periodismo
Meses después, en noviembre de 1976,
Scherer fundó con sus antiguos colaboradores de Excélsior, la
revista Proceso, que
saldría a la venta el mes de noviembre a pesar de diversas dificultades que se
les presentaron, las cuales nos cuenta Vicente Leñero en su libro Los periodistas.
Scherer dirigió la revista hasta
1996, 20 años en los que mantuvo una línea crítica con el gobierno federal y
sus diferentes encargados. La revista Proceso logró
consolidarse como un semanario político importante de México, siempre con una
línea crítica hacia el gobierno en los 40 años que lleva de vida.
Además vendrían los diarios Uno más uno y La Jornada,
que aunque de izquierda, en diferentes
grados continuarían con la línea crítica de Don Julio. Por último el diario Reforma más intelectual y cargado a la opinión liberal,
también debe su origen al grupo de Scherer en el Excelsior y se mantiene como
uno de los pocos medios objetivos y confiables.
Con información de la Wikipedia. (Continuará).
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