Alejandro Mario Fonseca
El día de hoy (2/7/19) escuché las
noticias de Imagen Radio (en Puebla
por el 105.1 de FM). En esta columna ya he hecho comentarios sobre el programa
matutino de Pascal Beltrán y que está dirigido principalmente a empresarios y
al sector financiero.
Es un noticiero que escucho a manera
de “compensación”, para equilibrar la información que tomo principalmente de
las redes de Internet (Sin embargo, Aristegui, Proceso, entre otros): lo que intento es comprender el “otro punto
de vista”, el de los “damnificados del tsunami morenista”.
La fiesta, las lecciones y el populismo |
También leo el diario Reforma, que muchos tachan de fifi, Incluido el propio AMLO. Yo no sé
por qué si a mí me parece, sí bastante duro y crítico, pero también equilibrado
y objetivo. Así lo fue con los panistas Fox y Calderón y con Peña Nieto; ahora
lo es con AMLO.
Pero al grano, lo que hoy quiero
comentar es parte del noticiero de Pascal Beltrán. Después de la nota sobre el aniversario de la elección presidencial de
AMLO en una multitudinaria “fiesta” en el Zócalo de la Ciudad de México;
entrevistó a Tatiana Clouthier, a Romero Hicks y a Dulce María Sauri.
Tatiana, en
contraste con el triunfalismo desbordado de AMLO, se mostró moderada, yo diría
que hasta preocupada por lo difícil que está resultando la transición hacia la
Cuarta Transformación. Bien por la hija del “Maquío”.
El PRI y el PAN en decadencia
En cambio
los líderes del PRI, Sauri y del PAN, Romero Hicks, resultaron francamente
decepcionantes. Se fueron por la crítica fácil, descalificaciones infundadas,
ningún análisis, mucho menos un posicionamiento partidista serio y responsable.
Me resultó triste, no tanto por el
PRI, para el que claramente se aproxima su extinción; sobre todo porque se rumora que
AMLO está moviendo sus influencias para imponerles a un “máximo” dirigente a
fin a sus políticas.
Y sí, triste por el PAN que a todas
luces está sufriendo una de sus peores crisis. ¿Dónde quedaron sus ideólogos?
¿Dónde quedó la Doctrina Social Cristiana? Ojalá se recupere, México necesita
un partido conservador serio, fuerte, capaz de equilibrar los excesos de un
presidente carismático, “populista” y hasta “iluminado”.
Pero lo que sí me resultó de risa,
fue la entrevista que Beltrán le hace todas las mañanas a uno de sus
patrocinadores: Manuel Somoza, presidente de CI Banco, una institución que agrupa a todas las casas de bolsa que operan en
México con la finalidad de “promover el crecimiento y consolidación de su
gremio”.
Y es que Somoza hoy resultó ridículo,
ya que después de criticar despiadadamente las políticas económicas de AMLO;
pasó a presumir que a ellos, al gremio de los hombres de las finanzas, les ha
ido muy bien, requeté bien: “el peso fuerte, y sus casas de bolsa dando enormes
dividendos para todos sus clientes”.
¿Cómo explicar esta enorme
contradicción? Bueno, como dirían los que sí saben hacer negocios: “no es nada
personal (contra AMLO), negocios son negocios”. Se trata de meter miedo para
que el dinero este seguro, para que no corra riesgos. ¿Cómo? Llámeles ellos le
dicen cómo.
Siguen
viendo moros con tranchete
Pero además, no se trata de otra cosa
más que del miedo infundado que Felipe Calderón les metió desde su campaña en
el 2005: miedo al supuesto populismo de AMLO, a un populismo ramplón, ignorante
e irresponsable, como el de los militares venezolanos.
Cuando alguien ve peligro donde no lo
hay, tiene la sospecha de que lo están espiando o cree que hay una conspiración
en su contra se dice que ve “moros con tranchete” o en su defecto suele usar el
clásico ¿no hay moros en la costa?
La frase se originó en la península
ibérica a raíz de las constantes invasiones de los pueblos árabes, pues llegó
un momento en el que la paranoia se apoderaba de la gente y por todos lados veían
a estos moros con tranchete creyendo que los iban a atacar.
Por eso y con el paso del tiempo, ver
o creer ver moros con tranchetes, se dice cuando tenemos la sospecha de
peligro. Y aunque la paranoia parece tomar vuelo de nueva cuenta, no todos son
como Manuel Somoza.
En la fiesta de AMLO el pasado lunes,
destacaron como invitados especiales, nada menos que Carlos Slim y Emilio
Azcárraga. Empresarios colmilludos que saben muy bien que el “populismo” de
AMLO puede resultar modernizador.
La austeridad republicana combinada
con el apoyo a jóvenes con ganas de estudiar y trabajar (los hay muchos), puede
convertirse en un círculo virtuoso de expansión, sí capitalista pero con
bienestar social: lo que la mayoría de los mexicanos estamos esperando.
Y la fiesta de AMLO, aunque con
acarreados, resultó muy reconfortante. Lo que más me gustó es que acertadamente
nos hizo ver que vivimos en un ambiente inusitado de esperanza, de felicidad.
Además, como
siempre, nos dio algunas lecciones
Al día siguiente de la fiesta, ayer
lunes, en entrevista para la revista Proceso
dijo que los datos económicos dados a conocer
en el mensaje, fueron dirigidos a los expertos, corredurías y calificadoras que
“a diario” hablan de la perspectiva de crecimiento a la baja:
Ayer fue para decirle a los expertos: tengan para que aprendan. Porque no
se daba toda la información o se daba desarticulada, por ejemplo, lo del
crecimiento, hablar de que se caen las perspectivas de crecimiento y todos los
días aparece un pronóstico siempre a la baja”.
“Dimos a conocer información que no la inventamos. Es información
oficial. Y es otro el panorama”, añadió el mandatario quien consideró, por
ejemplo, que la apreciación del peso con el mejor indicador mundial, no ocurría
quizás desde la época del desarrollo estabilizador.
En otras palabras, la apreciación del peso mexicano que, en efecto, es la
moneda más fortalecida en el mundo en lo que va de 2019, fue uno de los datos
que López Obrador considera no son tomados en cuenta por las calificadoras.
Además habló de la reducción de la inflación, el crecimiento en la
inversión extranjera directa, y el aumento en las reservas internacionales,
todos estos, indicadores dados a conocer ayer en el mensaje.
Está bien,
el Presidente tiene que ser optimista y contagiar al pueblo de México. Sin
optimismo no hay futuro. Sin embargo yo pienso como Tatiana Clouthier: hay que
ver el panorama con mayor cautela.
No hay que
echar las campanas al vuelo, hay que mantener una actitud crítica, pero
informada y responsable: el plan petrolero y la estrategia de seguridad siguen
sin convencerme.
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