Alejandro Mario Fonseca
La noticia apareció en casi todos los
medios, el Presidente AMLO se equivocó,
¿fue una imprudencia? No lo creo, más bien se trató de un descuido semántico.
Eventualmente comete este tipo de errores porque habla a bote pronto,
improvisa, no prepara sus discursos.
Esta vez la noticia fue aprovechada
pos sus detractores para hacerlo ver como un político ignorante; algunos llegan
incluso a tacharlo de que “ya chochea”, como me comentó un priista resentido.
Nada más alejado de la verdad. Por
fortuna Alejandro Encinas no tardó en aclarar el desaguisado. El tema era la
participación del Estado en los crímenes de Ayotzinapa. Encinas declaró:
AMLO: Yo no digomentiras... |
La desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en
septiembre de 2014, fue un crimen de Estado, confirmó el subsecretario de
Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas Rodríguez,
declaración que contradice la afirmación que hizo el presidente Andrés Manuel
López Obrador.
Encinas,
quien preside la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia en el Caso
Ayotzinapa, creada por decreto presidencial, corrigió la plana a López Obrador
quien ayer de gira en Tlapa de Comonfort, Guerrero, hizo referencia a la
desaparición y homicidio del dirigente del Frente Popular de la Montaña,
Arnulfo Cerón Soriano, y al caso Ayotzinapa.
Entrevistado
al término de la ceremonia de inhumación de los restos de Valentín Campa, en la
Rotonda de las Personas Ilustres, Encinas Rodríguez admitió que la desaparición
de los estudiantes “es un crimen de Estado”, y que “a diferencia del pasado”,
durante la administración de López Obrador se ha asumido “la obligación y el
compromiso de esclarecer”. (Cfr. Proceso.com,
25/11/19).
Libertad
Positiva
¿Qué fue lo
que había declarado AMLO?
“Cuando se trata de crímenes de Estado, siempre se llega a la verdad si
hay voluntad política de la autoridad; cuando son crímenes de Estado, entonces
es muy difícil saber. Pero en el caso de Arnulfo y de los jóvenes de
Ayotzinapa, no se puede hablar de crímenes de Estado, porque el presidente de
la República no va a permitir ninguna injusticia o acto autoritario”, declaró
durante su intervención en un acto con los pueblos mixteco, tlapaneco, amuzgo y
náhuatl. (Cfr. Proceso.com, Op cit.)
Como usted puede notar, se trata de
una declaración muy confusa, de un dislate que al salir de la boca del
Presidente se presta para la más severa crítica. Sin embargo el hecho también
sirve para valorar y reconocer su estilo de gobernar: es directo y sincero.
Para escribir esta nota repasé mis fichas
sobre Teoría del Estado de los principales teóricos y me parece que el
Presidente AMLO resulta muy fiel a las concepciones de John Locke.
Locke
construyó su filosofía política sobre los derechos naturales de todos los
hombres, como Hobbes, pero con una concepción diferente sobre el derecho
natural.
Por
derecho Hobbes entendía ausencia de obligaciones, una libertad para actuar como
uno quisiera (libertad negativa). Locke consideró también la libertad
individual, pero correlativa a las demás personas, ya que también poseían igual
derecho (libertad positiva).
Un Estado para el bien común
Si Dios
decide que los hombres no mueran, la consecuencia es que los hombres tienen la
obligación de no matar a los demás hombres, y correspondientemente, cada hombre
tiene el derecho de reclamar no ser asesinado.
Este es
el derecho natural a la vida, la libertad y la propiedad. La sociedad política
o el Estado tiene la obligación de proteger los derechos naturales.
Para Locke la rebeliones podían
ser justificadas, el distinguía el origen del Estado de la autoridad de un
gobierno. El Estado descansa sobre el contrato social, y el gobierno sobre su
cargo. El gobierno es envestido de poder para que proteja el orden, la vida y la libertad,
si no lo hace, pierde la obediencia de los ciudadanos y puede ser derribado.
Así, la mayoría de los
estudiosos considera que Locke tuvo influencia en la Declaración de los
Derechos de América (cambiando el tercer derecho natural de libertad, por propiedad).
La teoría política de Locke
marca el nacimiento del liberalismo.
Desde entonces, la función negativa del Estado es que puede entrometerse en la
vida privada de los hombres.
Sin embargo, Locke no ofrece
una definición acabada del Estado. Su concepto es muy general, aunque asociado
al bien común: ...Estado...la
comunidad independiente que los latinos llamaban civitas, que es la que mejor corresponde con nuestro vocablo
inglés commonwealth. Riqueza común (libertad positiva).
Pero a todo esto, ¿qué entiende
nuestro Presidente AMLO por Estado? Todo indica que lo conceptualiza de manera
restringida.
No al Estado autoritario
Los teóricos modernos de la
política generalmente definen al Estado como una forma especial de
organización: una asociación que existe deliberadamente como grupo social
organizado.
Se distingue de otras formas de
asociación por sus propósitos,
por los métodos que emplea para
llevar a cabo dichos propósitos, porque tiene límites territoriales, y por su soberanía.
Su primer propósito, es mantener el orden y la seguridad, lo
que significa un sistema de leyes
impuesto por la fuerza. La existencia de su jurisdicción está limitada a un
área geográfica finita, dentro de la cual es soberano, esto es, tiene una
autoridad plena y exclusiva.
En suma, el término Estado se refiere a la organización
política de la sociedad; y tiene dos acepciones: 1. Cuerpo entero de personas
que están políticamente organizadas (acepción general); y 2. Instituciones de
gobierno (es más específica, no comprende a todos los ciudadanos).
Para AMLO el Estado es el
gobierno y él como Presidente de la República es el jefe del Estado. Su último
dislate refleja urgencia por superar el autoritarismo acendrado de los
gobiernos priistas y panistas.
Como ya dije, AMLO es un
Presidente honesto y directo. Él asume su responsabilidad como jefe del Estado
mexicano y sus políticas están supeditadas a los principios del bien común y de
la no violencia.
Su estilo personal de gobernar
le exige el contacto directo y permanente con “el pueblo” y eso lo lleva a
cometer errores. Sin embargo no son graves. Los mexicanos también debemos
aprender a respetarlo y entenderlo; también debemos colaborar con sus
políticas: hacerlas nuestras.
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