jueves, 23 de abril de 2020

Gatopardo y el Covid 19

Gatopardo es una revista de periodismo narrativo, bimestral fundada en Colombia por Miguel Silva y Rafael Molano. Inició como una revista latinoamericana de crónicas y reportajes, bajo la convicción de que hay cronistas en el continente con grandes capacidades y lectores interesados en los temas de toda la región.

A partir del número 70 (julio de 2006) Gatopardo cambió su domicilio de Bogotá a la Ciudad de México, cuando fue adquirida por la editorial mexicana Travesías Media.

Han colaborado con la revista, Ernesto Sábato, Tomás Eloy Martínez, Antonio Tabucchi, Juan Villoro, Carlos Fuentes, Martín Caparrós, Alma Guillermoprieto, entre otros muchos cronistas latinoamericanos. (Cfr. Wikipedia).

El nombre de la revista se basa en el de la novela El gatopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Escrita, entre finales de 1954 y 1957 y publicada póstumamente por la editorial de Giangiacomo Feltrinelli con prólogo de Giorgio Bassani.

En 1959 obtuvo el Premio Strega, y en 1963 Luchino Visconti la adaptó al cine. Yo no he leído la novela pero sí vi la película. Se trata de un largometraje en el que la historia se desarrolla en la época del Risorgimento  italiano. Véala, está muy buena.
Gatopardo y el Covid 19

La Unificación Italiana
El Resurgimiento, la unificación italiana, hará de esta película un gran fresco histórico, pero lo que subyace en todo momento en la cinta es la mirada elegíaca por lo irremediablemente perdido y por un futuro que ya solo depara la espera de la muerte.

En 1860 las tropas garibaldianas llegarán a Sicilia y la aristocracia de la isla, fiel a los Borbones, verá amenazadas sus vidas, sus posesiones y su seguridad. El príncipe de Salina (Burt Lancaster) viajará en plena revuelta con su familia a Donnafugata, su residencia de verano, no sin antes haber dado el visto bueno a que su sobrino Tancredi Falconieri (Alain Delon) se adhiera a la causa revolucionaria.

Este último es un joven impulsivo y ambicioso, sabedor de como es el príncipe  y de la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos y a los nuevos acontecimientos.  En Donnafugata se realizará el plebiscito por la unificación de Italia cuyos votos estarán amañados a favor del rotundo sí, orquestado por el alcalde Calogero Sedara.

El alcalde es un hombre perteneciente al nuevo pueblo que comienza a hacerse con el poder, personas en ocasiones de escasa educación pero con suficiente poder económico, que están claramente relegando a la vieja aristocracia tan elitista como siempre y en su mayoría arruinada.

La belleza de la hija del alcalde, Angélica (Claudia Cardinale), fascinará a Tancredi que ve al mismo tiempo en ella una forma de prosperar económicamente. Auspiciados por el príncipe de Salina y una vez comprometidos, todos asistirán al gran baile que se celebrará en el Palacio Pontoleone de Palermo. (Cfr. Cicutadry.es).

 Allí el príncipe escuchará, observará, se aislará y reflexionará sobre el mundo que tan bien conoce y sobre lo que está por venir; al final  pronunciará la famosa frase cambiar todo para que nada cambie.


Cambiar para seguir igual
En ciencias políticas, el cambiar todo para que nada cambie, es una paradoja que expresa una contradicción aparente: Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie.

Así que regresando a la revista Gatopardo, sus fundadores no podían haber elegido un mejor nombre ya que la línea editorial se enfoca a promover autores críticos del sistema capitalista, pero desconfiando de la alternativa comunista.
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En su último número que anda circulando por las redes de Internet, GATOPARDO.COM comenta el libro de Sofía Viramontes Sopa de Wuhan: apuntes sobre la pandemia (ed. ASPO), una antología digital de textos que importantes filósofos jóvenes publicaron sobre el impacto del coronavirus. Por razones de espacio, solo cito a tres.

Uno de estos filósofos, quizá el más celebrado de la actualidad,  es Slavoj Žižek, que publicó en su columna en Russia Today el pasado 27 de febrero El coronavirus es un golpe al capitalismo al estilo de Kill Bill y podría conducir a la reinvención del comunismo.

 Su conclusión es devastadora: la epidemia de coronavirus es una especie de ataque de la técnica del corazón explosivo de la palma de cinco puntos (vea la película Kill Bill 2) contra el sistema capitalista global, una señal de que no podemos seguir el mismo camino hasta ahora, y de que un cambio radical es necesario.

Otra colaboradora es Judith Butler, una socióloga que rompe con las reglas tradicionales de los estudios sociológicos contemporáneos. Ella también hace una crítica al capitalismo, enfocada a los sistemas de salud que definen a algunos seres humanos como merecedores de cuidados y a otros como menos valiosos, menos desechables.


El capitalismo tiene sus límites
El capitalismo tiene sus límites fue publicado el 19 de marzo en versobooks.com en inglés y después en lavaca.org con la traducción de Anabel Pomar. La editorial ASPO lo agregó a la compilación porque el análisis de Butler sobre la falta de equidad en el acceso a la salud se ha vuelto un elemento esencial para entender la velocidad del contagio y el número de muertos.

Butler recuerda cómo Trump intentó comprar la cura del coronavirus para distribuirla exclusivamente entre los estadounidenses: El virus por sí solo no discrimina, pero los humanos seguramente lo hacemos, modelados como estamos por los poderes entrelazados del nacionalismo, el racismo, la xenofobia y el capitalismo.

Otro colaborador de la antología de Miramontes, es Byung-Chul Han, filósofo coreano, que escribió para El País La emergencia viral y el mundo de mañana. Una nota en la que habla de cómo el control de datos fue la parte importante de lo que Asia hizo para no tener el mismo destino que Europa.

Destaca que para mediados de marzo, en Taiwán se registraban 108 casos, mientras que Alemania ya tenía más de 15 mil confirmados. Narra cómo, desde la política autoritaria, se logró contener el contagio, mientras que en Europa, una sociedad mucho más desobediente, ahora los servicios no se dan abasto.

En suma, Sopa de Wuhan muestra un discurso que quizá desde hace tiempo se antojaba con urgencia: el mundo occidental no lo está haciendo bien y a corazón abierto vemos esa grieta que nadie veía.

En México las autoridades sanitarias están haciendo bien las cosas. Sin embargo los damnificados de la 4T siguen haciendo de las suyas y la incertidumbre crece porque medios masivos como TV Azteca están llamando irresponsablemente a la desobediencia. Ya veremos.

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