sábado, 11 de abril de 2020

¿Vamos hacia una nueva era de tinieblas?

Alejandro Mario Fonseca
En mi opinión, lo más merecedor de misericordia en el mundo es la incapacidad de la mente humana de correlacionar todos los contenidos. Vivimos en una plácida isla de ignorancia en medio de los negros mares del infinito y hemos viajado tan lejos sin intención de hacerlo.

Las ciencias, con su empeño de llevarse el agua a su molino, nos han perjudicado poco hasta ahora; pero un día, las piezas desunidas del conocimiento disperso serán colocadas y darán lugar a tan terrorífica visión de la realidad, y del espacio lleno de amenazas que ocupamos, que o bien nos volveremos locos ante tal revelación o bien tendremos que huir de la mortífera luz hacia la paz y seguridad de una nueva era de tinieblas.

Usted acaba de leer los primeros párrafos de La llamada de Cthulhu. Se trata de un cuento de H.P. Lovecraft, publicado por primera vez en la revista Weird Tales en 1928.

Un hombre descubre las notas de su difunto tío y se ve envuelto en una conspiración que involucra a un antiguo dios oceánico y sus violentos seguidores.

La historia es la plataforma de lanzamiento de lo que se conoce como la trama de terror general de Cthulhu Mythos-Lovecraft, que involucra a las criaturas y dioses que poblaron la Tierra mucho antes de que la humanidad naciera; explorando temas de locura, histeria religiosa y horror cósmico. La llamada de Cthulhu es ahora una de las obras más representativas de la estética del terror de Lovecraft.
La llamada de Cthulhu. Salvador Sanz

Resumen (tomado de resumiendo.com)
Francis Wayland Thurston, el narrador, relata su descubrimiento de las notas dejadas por su tío, el profesor de lingüística de la Universidad Brown George Gammell Angell, que murió el invierno anterior. En medio de las notas hay una pequeña escultura en bajorrelieve de una criatura inquietante y escamosa, que Thurston describe como si le diera imágenes simultáneas de un pulpo, un dragón y una retorcida caricatura de un humano.

Thurston ha aprendido de las notas que el escultor, Henry Anthony Wilcox, un estudiante de arte de Rhode Island, que hizo la estatua mientras tenía sueños delirantes de misteriosas ciudades gigantes hechas de bloques y monolitos de tamaño natural que llegaban al cielo. Los documentos hacen referencias frecuente a seres conocidos como Cthulhu y R’lyeh, e informa sobre incidentes de histeria que ocurren en todo el mundo.

Mirando con más detenimiento las notas, Thurston se entera de una reunión de 1908 de una sociedad arqueológica, donde el oficial de policía de Nueva Orleans John Raymond Legrasse muestra a los que asisten una estatuilla de piedra negro verdosa con un parecido dramático con la escultura de Wilcox. Legrasse revela que el año anterior, él y un grupo de oficiales encontraron a un grupo de mujeres y niños siendo utilizados en un ritual por un culto exclusivamente masculino.

Cinco sectarios fueron asesinados y cuarenta y siete fueron arrestados; Legrasse se enteró de que eran adoradores de los Grandes Antiguos, específicamente de un ser monstruoso llamado Cthulhu, representado en la estatuilla. Uno de los académicos en la reunión, el profesor de Princeton William Channing Webb, dice que se ha encontrado con un grupo de nativos de Alaska con creencias y prácticas similares.


Investigación, mitología y terror
Ahondando más en las notas, Thurston descubre un artículo de 1925 de un periódico australiano que habla del descubrimiento de un barco naufragado, el Emma. El único sobreviviente es el segundo oficial, Gustaf Johansen. Johansen informa que su barco fue atacado por el Alert, un yate fuertemente armado y agresivo. Aunque los miembros de la tripulación del Emma mataron a los que estaban a bordo del Alert, su propio barco sufrió daños graves en la batalla.

Pudieron requisar la nave rival antes de que su nave se hundiera, guiándola hacia una isla inexplorada en el Pacífico sur. Aunque la tripulación pudo llegar a la isla de manera segura, todos excepto Johansen y otro hombre murieron en la isla. Johansen no revela cómo murieron.

Thurston viaja a Australia para investigar más a fondo y encuentra una estatua recuperada del Alert que es inquietantemente similar a las otras dos. Rastreando a Johansen en Noruega, Thurston descubre que el marinero murió repentinamente después de ser atacado por dos marineros indios. Sin embargo, él obtiene el manuscrito del marinero de la viuda de Thurston, leyendo los detalles de la isla en la que se encontró Thurston. 

El manuscrito describe una ciudad de cadáveres de pesadilla llamada R’lyeh, que condujo a la gente que encontró la isla loca. La ciudad se describe como una geometría surrealista que no puede ser comprendida por las mentes humanas.

Su vagabundeo confuso condujo a la liberación de Cthulhu, lo que provocó su muerte. Johansen y su compañero de tripulación sobreviviente huyeron a bordo del Alert, perseguidos implacablemente por el antiguo ser maligno. 


Cthulhu y el Corona Virus
Finalmente Johansen clavó el yate en la cabeza de la criatura, pero rápidamente se regeneró, y su compañero de tripulación resultó fatalmente herido en el intento. Johansen escapa a bordo del Alert. Cuando termina el manuscrito, Thurston se da cuenta de cuántas personas han muerto cuando se acercaron demasiado a la verdad y se da cuenta de que ahora se convertirá en un objetivo de los seguidores de Cthulhu.

Lovecraft escribió el cuento en 1926 y no deja de sorprenderme su enorme actualidad. La metáfora es inquietante: Cthulhu es el Corona Virus de nuestros días. A pesar de los avances científicos y tecnológicos, los mitos, la arrogancia y la ignorancia se imponen.

El urgente llamado a la fraternidad universal de nuestro Presidente López Obrador da justo en el blanco: el capitalismo salvaje está en crisis terminal. No podemos seguir viviendo en un mundo sumido en la desigualdad, la pobreza y la ignorancia; que ahora se traducen en muertes masivas.

No es que la  técnica, la ciencia y la tecnología hayan fracasado, sino que han sido mal utilizadas. El modelo neoliberal ha llegado a su fin. Es evidente: el estado de bienestar construido con muchas dificultades durante más de un siglo, fue desmantelado súbitamente en las tres últimas décadas.

Lo que hoy vivimos es un mundo asolado por el hambre, la desnutrición y por servicios de salud acaparados por las élites acaudaladas, por eso el corona virus está desatado; y lo peor: esto muy bien pudiera traducirse en una nueva era de tinieblas.
Sin caer en el pesimismo, aprovechemos la contingencia convirtiéndola en un área de oportunidad: como siempre le recomiendo que lea el cuento y si no, por lo menos vea la película, hay varias versiones en línea. Hay que aprovechar la cuarentena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario