martes, 28 de abril de 2020

¿Qué hay después de la muerte?

Alejandro Mario Fonseca
Como usted ya debe haberse dado cuenta, estoy leyendo a H. P. Lovecraft. Sí, al genio del miedo, uno de los grandes maestros del terror. Sucede que un poco antes (un mes quizás) del confinamiento al que estamos obligados, compré una oferta.

Una oferta, otra vez irresistible, consistente en la obra completa de Lovecraft y que ahora forma parte de mí pequeño tesoro literario. Son cuatro tomos, ya estoy empezando el tercero. Hay quien me crítica, por ejemplo mi hermano Antonio me dice “pero cómo, si estamos viviendo en el terror y tú lo alimentas”.

No, no lo alimento, lo que intento es adaptarme al terror y vivirlo de la mejor manera, más cultural. Y es que es ineludible, vaya usted a conseguir alimentos al mercado y choque con la realidad de un pueblo ignorante: muchos no respetan el protocolo de seguridad ante la pandemia, algo tenemos que hacer.

Bueno si, vivimos la cruda realidad del fracaso del experimento neoliberal que condenó a la mayoría a vivir en la pobreza y la ignorancia. Además (como resultado), en la desnutrición, la diabetes, la obesidad y la hipertensión, que son las enfermedades crónicas que acompañan el nuevo terror del covid-19.

Entonces lo que he intentado en mis últimas colaboraciones, en lo que va de este terrible año, es reflexionar si, sobre aquello que estamos haciendo mal, pero también sobre lo que sí hacemos bien, al menos sobre lo que podemos y debemos hacer.

Y una de las alternativas, la más difícil pero también la más reconfortante es aprovechar el confinamiento para alimentar nuestro espíritu y fortalecerlo mediante actividades culturales. Gracias al Internet, se han vuelto accesibles para la mayoría.
¿Qué hay después de la muerte? Será el panteón o habrá algo más..

viernes, 24 de abril de 2020

¿La globalización del miedo?

Alejandro Mario Fonseca
¿Usted ha sentido miedo alguna vez? Se trata de una pregunta muy delicada para un “país de machos”. Y es que los mexicanos estamos educados para no sentir miedo: contamos con una herencia violenta, que a lo largo de varios siglos nos ha ido “inmunizando” contra ese terrible sentimiento de desasosiego.

¿De verdad? ¿Así de insensibles nos ha ido volviendo nuestra historia, nuestra experiencia cotidiana? No lo creo, se trata de una paradoja: el machismo mexicano, no es otra cosa más que un  reflejo de un profundo miedo educado, heredado.

En otras palabras, el más macho es el que más miedo tiene. Por eso es muy macho, porque en lo más profundo de su corazón le tiene un inmenso miedo a todo. Los machos violentos (y las “machas” también) no conocen el cariño, las buenas maneras: fueron “educados” en el abandono, en un ambiente hostil.

Quise escribir otra vez sobre el tema del miedo, porque  poco a poco ha ido penetrando nuestra vida cotidiana, ya llegó a nuestras colonias, a nuestros hogares. Primero fue la guerra contra el narco, las agresiones, los robos y los asaltos que ya se volvieron cotidianos.

Y luego, desde enero los mexicanos somos víctimas de otro miedo: el terror mundial a un enemigo invisible que nos tiene encerrados  en nuestras casas porque no queremos morir.
Covid 19: La pandemia del miedo

jueves, 23 de abril de 2020

Gatopardo y el Covid 19

Gatopardo es una revista de periodismo narrativo, bimestral fundada en Colombia por Miguel Silva y Rafael Molano. Inició como una revista latinoamericana de crónicas y reportajes, bajo la convicción de que hay cronistas en el continente con grandes capacidades y lectores interesados en los temas de toda la región.

A partir del número 70 (julio de 2006) Gatopardo cambió su domicilio de Bogotá a la Ciudad de México, cuando fue adquirida por la editorial mexicana Travesías Media.

Han colaborado con la revista, Ernesto Sábato, Tomás Eloy Martínez, Antonio Tabucchi, Juan Villoro, Carlos Fuentes, Martín Caparrós, Alma Guillermoprieto, entre otros muchos cronistas latinoamericanos. (Cfr. Wikipedia).

El nombre de la revista se basa en el de la novela El gatopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Escrita, entre finales de 1954 y 1957 y publicada póstumamente por la editorial de Giangiacomo Feltrinelli con prólogo de Giorgio Bassani.

En 1959 obtuvo el Premio Strega, y en 1963 Luchino Visconti la adaptó al cine. Yo no he leído la novela pero sí vi la película. Se trata de un largometraje en el que la historia se desarrolla en la época del Risorgimento  italiano. Véala, está muy buena.
Gatopardo y el Covid 19

jueves, 16 de abril de 2020

Tiempos de reflexión

Alejandro Mario Fonseca
Suena bien, muy bien: Fraternidad Universal. Lo dijo nuestro líder AMLO, y a no pocos les suena a cuento, sin embargo, nadie en su sano juicio puede oponerse a este proyecto. De eso se trata, para que la vida valga la pena hay que hacerla valiosa, más humana.

Los humanistas del Renacimiento lo prefiguraron y los pensadores de la Ilustración lo plasmaron en un ambicioso proyecto: la Modernidad, el triunfo de la razón humana.

El Proyecto de Modernidad sigue siendo válido: el ser humano en su máximo potencial científico, ético y estético; en suma, el hombre culto.

Atrás, muy atrás en el tiempo está la idea de progreso, la idea de que el ser humano es perfectible. Se trata de una idea judeocristiana que concibe la historia de la humanidad de manera lineal en la que las sucesivas etapas van perfeccionando no sólo al individuo humano, sino a la sociedad en su conjunto.

Desde luego que a primera vista todo esto suena de locos, basta tan sólo con abrir el diario, o el internet, o las noticias televisivas y constatar que la barbarie parece estar ganándole la batalla a la cultura.

La corrupción, la violencia, la pobreza  y todo lo demás son el pan de cada día. Incluso el mismísimo nefasto expresidente Peña Nieto (que vergüenza citarlo) argumentaba “la corrupción es cultural”, como diciéndonos “háganle como quieran”.
André Comte-Sponville; pequeño tratado de grandes virtudes; Paidós; Barcelona; 2005.

miércoles, 15 de abril de 2020

El coronavirus y la nutrición

Alejandro Mario Fonseca
En parte lo que sigue lo escribí hace dos años, cuando AMLO ya se perfilaba claramente para ganar las elecciones. Lo reproduzco actualizado, por su relación con las muertes por corona virus.

Lo que pasa es que en su arribo a México la pandemia Covid-19 está coincidiendo con una epidemia de obesidad y diabetes que ya arrebata 300 mil vidas al año. Comemos chatarra, grasa y azúcar indiscriminadamente y eso nos hace muy vulnerables.

Justamente eso se llama sindemia: la sinergia entre un mal infeccioso y enfermedades crónicas. (Cfr. Dr. Simón Barquera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud; Reforma; 12/4/2020).

A mí me gusta comer bien. Y cuando digo comer bien, me refiero a la comida mexicana, un buen molito, acompañado de frijolitos y de tortillas hechas a mano. Y es que nuestra comida es deliciosa, es de las mejores del mundo. 

Mala alimentación aumenta el riesgo de complicaciones por Covid 19