Trabajos en la temporada de Campo 2011 Foto: INAH |
Tras la búsqueda de elementos arqueológicos de la primera etapa de construcción de Tlatelolco que permitan corroborar la fecha de su fundación, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) descubrieron en el Templo Mayor de la Zona Arqueológica de Tlatelolco, las escalinatas que daban acceso a un adoratorio de la etapa arquitectónica más antigua del sitio, así como un piso estucado cuya antigüedad podría ser de los inicios del período posclásico (950 a 1200 d.C.).
La Etapa II del Templo Mayor de Tlatelolco fue estudiada hacia adentro de sí misma, partiendo de un corte realizado en época prehispánica que se detectó en las escalinatas de la Etapa Ia del lado Norte. Este corte se convirtió en un túnel que corre transversal por dentro de la estructura.
Entre los años 1992 y 1993, durante las excavaciones a cargo del arqueólogo Salvador Guilliem encontraron lo que se denominó Etapa Ia: una escalinata completa en el lado sur de la fachada occidental y una interrumpida en el sector Norte de la misma fachada, donde se inició la exploración en forma de túnel. Posteriormente, en el año 2007 se retomó dicha excavación localizándose una nueva escalinata igualmente rota a la que pusieron IB.
Finalmente, en 2009, se realizó una exploración desde la parte superior de la Etapa II y se encontraron a 7.5 metros de profundidad un piso de estuco y una pilastra (pequeña columna) con restos de pintura de colores rojo, negro y azul, así como fragmentos de braseros policromos sobre el piso.
Entre febrero y junio de 2011, continuando con el túnel transversal, a 12.5 metros hacia el interior, y a un metro de profundidad desde el desplante visible, se descubrió la continuación del piso localizado en 2009 en una superficie que termina hacia el lado oeste de la estructura. Todos los elementos mencionados corresponderían a la fundación de la ciudad y, de acuerdo con las fuentes etnohistóricas, estarían ubicados tentativamente alrededor del año 1337, aunque podrían ser más antiguos, de 1000 a 1200 d.C., según informó la jefa del departamento de la zona, Lucía Sánchez de Bustamante.
“Con los nuevos descubrimientos tenemos más elementos para interpretar la primera edificación de Tlatelolco; por ejemplo, encontramos el límite oeste del edificio más antiguo, cuya medida es de cinco metros de acuerdo a lo que se ha podido descubrir del piso de estuco hasta el momento”.
Pero lo que la especialista considera más relevante para la arqueología y para la historia de Tlatelolco, será el resultado que arrojen una serie de análisis a los que son sometidas muestras de pisos, rellenos y cerámica localizadas en las etapas Ia, Ib y Ic, para determinar su fecha y con ello corroborar en que momento fue construido el edificio y a su vez fundada la antigua ciudad.
Añade que según fuentes etnohistóricas, como las crónicas oficiales de Fray Diego de Durán y del Padre Acosta, la fundación de Tlatelolco ocurrió en 1337, mientras que la de Tenochtitlan en 1325. Sin embargo, otras fuentes como la "Historia Tolteca-Chichimeca" y el "Mapa de Sigüenza" señalan que Tlatelolco se creó antes que Tenochtitlan o de manera simultánea.
Lucía Sánchez dijo que también se realiza un análisis del estilo de arquitectura, para comprobar si las tres estructuras - Ia, Ib y Ic, corresponden a etapas constructivas distintas o si sólo son ampliaciones de un mismo basamento; es decir, sólo un añadido al templo pero no una construcción completa encima de la anterior, como acostumbran edificar los mexicas. También –dijo– estos análisis nos permitirán establecer correspondencias con los estilos constructivos conocidos, tales como el tolteca o el mexica.
Para obtener información precisa y complementaria a los datos de la excavación, estamos realizando diferentes estudios a los materiales obtenidos, tales como carbón, cerámica y concha, con la colaboración de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH y el Laboratorio de Paleomagnetismo del Instituto de Investigaciones Geofísicas de la UNAM. Algunas de los procesos desarrollados implicarán fechamientos de carbono 14, así como de termoluminiscencia y arqueomagnetismo, los dos últimos, métodos que sirven para determinar la antigüedad de una pieza de cerámica y de los pisos de estuco, explicó la arqueóloga.
Los resultados que se obtengan nos permitirán, de acuerdo con los objetivos del Proyecto Tlatelolco propuesto por el Dr. Eduardo Matos en 1987 y actualmente dirigido por el arqueólogo Salvador Guilliem, establecer las comparaciones entre las ciudades de Tenochtitlán, Tenayuca y Tlatelolco en sus etapas más antiguas.
La arqueóloga especificó que podría tratarse de una estructura construida a inicios del período posclásico (950 a 1200 d.C), “pero aún no se puede tener una conclusión porque los análisis están en proceso”.
Además de los elementos arquitectónicos, los arqueólogos encontraron cerámica, obsidiana –principalmente navajillas-, piedras trabajadas para usarlas como material constructivo y otras de relleno para edificar templos y huesos de animales pequeños, posiblemente roedores. Todo el material se encontró como relleno de la construcción. Además, entre la tierra identificaron pequeñas conchas de moluscos propios del lecho de lago, lo cual indica a los arqueólogos que la tierra para rellenar fue tomada del lago.
Las investigaciones en el Templo Mayor de Tlatelolco forman parte de un proyecto arqueológico iniciado en 1987 y que se ha desarrollado de manera ininterrumpida hasta el año 2011 con el apoyo del Emb. Alfonso de Maria y Campos, Director General del INAH, y bajo la coordinación del arqueólogo Salvador Guilliem Arroyo, con quien han colaborado también los investigadores Patricia Ledesma, Alejandro Rivera, Claudia Nicolás, María de Jesús Alvizar y Lucía Sánchez de Bustamante.
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