domingo, 18 de diciembre de 2011

¿Gato por Liebre? La obra pública en Tlatelolco

                                                                                  Por Aurelio Cuevas (sociólogo)
¿Cambiar adoquines por cemento?


Hace varias semanas comenzaron los trabajos de sustitución del adoquín desgastado sobre el pasillo que comunica la parte norte del Edificio Chihuahua con el estacionamiento Reforma y el Club “Antonio Caso” (donde se ubica la Subdelegación). En lugar del material citado se colocó una plataforma de cemento decorada con líneas que asemejan a simple vista tabiques de ladrillo rojo (dado que sobre el concreto se aplicó una tintura del mismo color). 


En una reunión celebrada hacia el tercero o cuarto mes de este año entre residentes de la Unidad y autoridades delegacionales - la cual se efectuó en el puente ubicado bajo el Eje Central-, se abordó el asunto del mejoramiento barrial y el presupuesto participativo en esta zona de la ciudad; el proyecto que destacaron las autoridades fue el relativo a la sustitución por “adoquín ecológico” del adoquín usado que se encuentra en los andadores techados, pasillos de jardines y otros espacios abiertos de Tlatelolco.

Se arguyó que el nuevo empedrado permitiría que trasminara de modo vertical el agua de lluvia hacia la tierra evitando todo tipo de encharcamientos, además de que ayudaría al realce estético de las áreas donde fuera colocado. Por último se dijo que las obras relacionadas con este proyecto se realizarían de modo paulatino en todo el conjunto urbano, pero que una parte de las mismas comenzarían en el curso del 2011. Las ventajas de esta obra parecían innegables y solo era cosa de esperar hacia fines del mes de mayo que se aprobara oficialmente su realización.

Cuando observé el desarrollo de los trabajos ya mencionados me percaté de la distancia entre lo dicho y lo hecho. ¿El cálculo presupuestal resultó elevado para cambiar el pavimento de la Unidad con “adoquín ecológico”? O si no era este el caso ¿Por qué no manifestaron desde un principio los encargados del “Plan de Mejoramiento Barrial” en este conjunto habitacional que se colocaría cemento simple en donde se desplazara la losa vieja? ¿Qué motivó a hacer la faramalla de promover algo que no pensaba llevarse a cabo?

A final de cuentas lo que se realizó fue algo de un costo y calidad muy inferiores a lo proyectado o platicado. Pero también –y esto no es menos importante- la durabilidad en buenas condiciones de tal obra será muy corta, ya que el concreto irá partiéndose al paso del tiempo, creando inseguridad para el tránsito de gente y reproduciendo otra vez el problema de encharcamientos en temporada de lluvias.

Puede decirse que a causa de la “falta de recursos” el gobierno defeño está restringiendo el presupuesto de las delegaciones, pero las declaraciones oficiales van en sentido opuesto. Así, el diputado perredista en la Asamblea Legislativa del D.F., Alejandro Sánchez C., declaró a fines de noviembre: “Si es una luminaria, si es el agua, si es la banqueta, si es la poda de árboles, entonces no vamos a descuidar a las delegaciones, vamos a garantizar que tengan un presupuesto digno, sobre todo porque implica un impacto poblacional hacia los habitantes” (El Universal, 30/ 11/ 2011, Sección D.F. Las cursivas en negro que aparecen en el texto son mías).

Estamos ante la ausencia de una visión de largo plazo en las obras públicas de distinta índole, y la justificación de las medidas gubernamentales haya o no participación social o vecinal. ¿Qué más se puede concluir de todo esto?



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