La reunión del cuadro MISERABLE, el 20 de julio pasado en el Deportivo 5 de
mayo
El cuadro MISERABLE de la 1era Sección de Tlatelolco Foto de Rogelio Mario Barreiro Pérez |
Jesús Ignacio Navarro Figueroa*
Se acercaba la hora, eran minutos los que
faltaban tan sólo para que el plazo se cumpliera, caía la noche, así como una
lluvia que no evitaría nuestra cita con el tan esperado evento.
La cita estaba programada a las 19:00
horas, sin embargo llegué hasta las 20:30, ya en territorio TLATELOLCA busqué
afanadamente un lugar en donde poder estacionarme, por fin lo encontré, bajé
del carro nervioso -debo decirles- imaginando a quienes vería, pero además
contento por esta oportunidad que se presentaba de estar ahí.
Por fin entre al recinto, un lugar en donde
se concentraban por lo menos dos generaciones de personajes con la marca de la
casa, famosos por sus propias historias, como el JABIBI que por ser cinta negra,
esto lo llevó a escalar los umbrales de las tres unidades, destacando la
gloriosa Primera.
Ahí, un cúmulo de emociones me invadieron,
toda vez que comencé a saludar a mis queridos amigos, la lista muy grande, sería
perder más de una cuartilla de espacio si los nombrara a todos, pero algo sí,
todos muy importantes en mi vida.
Hago una pausa en la redacción de esta
crónica para decirles que conforme escribo me entra la nostalgia de ese día, mi
mente comenzaba a pasar lista cuando vi entrar a la legión extranjera
representada por el buen Aquilex y su bien parecida esposa Tanya, seguidos por
mi diminuto amigo el buen Alu, el verruga y su siempre simpática esposa Bety y
como todo; si algo nos caracteriza a los MISERABLES TLATELOLCAS, es nuestra forma
de ingerir la famosa bebida etílica que de inmediato comenzó a circular entre
todos los asistentes, entre abrazos, saludos, y el salud continuo, la efervescencia
de esta reunión continuó.
No cesaban de llegar personalidades -porque
para mí eso son- a lo lejos cerca del área de cocina platicaba cálidamente con
mi amiga Laura, “la bombón”, pero sin dejar de voltear de reojo a la entrada
del salón para poder ver quienes más arribaban, con la inquietud de saludarlos.
Así trascurren varios minutos, llegada
continua de amigos y sorpresas, cuando al acercarse algunos y entre ellos nos
costaba trabajo reconocernos, panzones, calvos y canosos pero con el corazón
lleno de vida que caracterizó nuestra juventud y generación.
Salud y salud y más salud, entre tanto
decir salud comenzó el bailongo, que como ya se hizo costumbre en estas
reuniones, lo abre siempre mi gran cuate el Roger Barreiro, mientras tanto
crecían mis emociones al ver que en esta ocasión asistieron amigos que no había
visto en las otras reuniones, como mi querida y siempre hermosa amiga Lucy “la
Orata”, Alfredo “el villano”, Elsa (guau) amiga a la que conocíamos como “la Muda”
y que por lo que pude constatar ya no es “la Muda”, bueno sorpresas como ver a
mi amigo, el Platini, mi cuate Rafael Luviano, en fin, no sigo, cuantos años de
historia en cada uno de estos personajes.
El momento nostálgico también hizo su
aparición cuando mi primo “Mundo” por medio del sonido pidió silencio para
entregar unas placas conmemorativas en memoria de los amigos fallecidos -a
quienes desde este espacio les mando un abrazo, un beso y una bendición en
donde quiera que se encuentren- Ricardo, “Rico” y Panchito, su hermano, placas
que fueron recibidas por mis amigas preciosas Edna y Mayte. El turno fue para
recordar al amigo Carreño, y fue, si no me equivoco, su esposa la que lo
recibió, vino entonces el momento para recordar a mi hermano de corazón y amigo
del alma, Héctor “el Cicerón”, tragando saliva nos dejó este momento, y más
cuando Mundo leyó unas frases que el dedicó a estos amigos TLATELOLCAS, del
canta autor argentino Alberto Cortez, “cuando un amigo se va”.
En fin, la fiesta debió continuar, y a
darle duro al diente ya a la movida del bigote comenzaron a servir los tacos,
-muy ricos por cierto-, y un aplauso para mi prima la Meme y su ayudante la
bombón.
Se fueron las horas como agua, hubiéramos
querido más tiempo o que este detuviera, la madrugada nos alcanzó y el momento
más triste llegó, la despedida ya con varias copas encima, nos fuimos poniendo
de acuerdo para seguir la fiesta algunos cuantos como mi cuate el Borja, el
famosísimo Manito, el buen Cesar, la güera María Elena y el siempre respetado
el temerario Dr. Smith.
Antes, los abrazos de despedida de mis
brothersísimos German, Siman y el Aquiles, sin menospreciar a los demás, pues a
todos los considero parte de mi familia y a los ausentes como el Waldo, el
Cuadrado, el Sombra, el Ribel, el Gus(a), el Rudifrudi, el Tony y varios que
en este momento se me escapan de la mente, los extrañamos pero su lugar siempre
será su lugar dentro de esta gran familia TLATELOLCA MISERABLE.
Por último, en nombre de todos quiero dar
un gran reconocimiento para el panzón de mi primo Mundo, por su esmero, ímpetu
y buena organización, como siempre en estos tan deseados encuentros, y a
propósito panzonzote, te encargo uno de los vasos conmemorativos que dejé en el
salón, el mío, bueno hasta pronto y que sea rápido.
*Tlatelolcas, MISERABLES
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