Por Alejandro Mario Fonseca
Francia, siempre Francia, a la
vanguardia del humanismo, de la razón y de la democracia; la Francia
revolucionaria, la de la filosofía, la de
la ciencia.
Los humildes trabajadores del campo,
sí del otro campo, del de la cultura, no podíamos estar más felices: tenemos
Presidente. Nótese la “P” mayúscula, y es que hay que diferenciar a Macron de
nuestros presidentitos depredadores e ignorantes, acá en América: Trump, Peña,
Maduro...
Para la desfortuna de los “post
modernos”, de los neoconservadores, pero también de los izquierdistas trasnochados y holgazanes, que
no se quieren poner a estudiar, regresa el liberalismo, en su más “sana”
expresión.
A ver a ver, cómo está eso de ¿sana
expresión? Pues sí, el joven Presidente francés es toda una sorpresa: se trata
de un liberal educado por los jesuitas (la orden católica más exigente y
estudiosa) y bañado y alimentado, es decir “prohijado”, por la social
democracia europea.
¿Y eso es “sano”? pues claro que es
sano, sano y nutritivo para el Humanismo. Nunca hay que olvidar que el Humanismo
estuvo en la raíz, después vinieron el tronco: la Ilustración; las ramas: la razón;
y finalmente las flores y los frutos: la ciencia y la tecnología.
Macron Presidente |
Árbol que
crece torcido
El liberalismo “puro”, o el
neoliberalismo como le llamamos los críticos, es una desviación de la propuesta
original. Es un pecado, para que me entiendan mis amigos católicos y
cristianos: es avaricia, es gula, abuso, corrupción y todo lo demás.
En suma, sin Humanismo el liberalismo
no es más que una coartada ideológica de los depredadores, de los ignorantes
embrutecidos por el consumo desenfrenado.
Con Macron, el proyecto de la
Ilustración sigue vigente. ¡En Marcha! dice Macron, y sí, de eso se trata, de
marchar, de reencausar, de enderezar un árbol que crecía torcido: el árbol de
la Modernidad.
Así que insisto en lo que he dicho ya
en algunos artículos anteriores: el proyecto de modernidad sigue vigente. No
debemos bajar la guardia, no es fácil, pero tampoco es imposible: otra vez, los
franceses están a la vanguardia. Debemos seguir su ejemplo.
Árbol que
crece torcido es una hermosa colección de ensayos publicada por Vuelta de Octavio Paz en 1992. Su autor es Isaiah Berlin, uno de
los principales pensadores liberales del siglo XX.
En esta colección de ensayos Berlin
sostiene que las grandes aberraciones de la historia se han cometido debido a
la necedad del ser humano de perseguir valores absolutos, cosa que se aprecia
en las más diversas atrocidades de la historia: el terror revolucionario, los
regímenes totalitarios, las ejecuciones sumarias, etcétera.
Conciliar la
libertad con la igualdad
La crítica de este filósofo se centra
en la reivindicación del individualismo, del nacionalismo y la eliminación de
lo otro, de lo que es diferente; ideas que se pusieron en práctica con toda
puntualidad por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
El origen de esta crítica está en el
núcleo duro del proyecto de la Ilustración, en Kant: “jamás se hizo nada
derecho con la madera torcida de la humanidad”. Lo que se nos está diciendo es
que debemos “enderezar” la historia de la humanidad desde el pluralismo.
Y eso es lo que nos está proponiendo
el joven filósofo político Emmanuel Macron, el flamante presidente de la
República Francesa. Y para entenderlo a cabalidad, hay que echar un vistazo a
su biografía.
Y es que Macron es el primer
experimento serio de innovación política para el siglo XXI, el de la
conciliación de dos Dioses que se han odiado siempre: la Libertad y la
Igualdad. Su llegada al poder muy probablemente significará un nuevo paradigma
de la forma de hacer política en el mundo entero. Ya veremos.
Sé que suena difícil, sí muy difícil. Pero así
es la historia de la humanidad, y particularmente la historia de Francia.
¿Quién se hubiera imaginado la Revolución y sobre todo su desenlace en tiempos
de Luis XVI?
¿Qué estoy demasiado optimista? Sí,
probablemente lo estoy, pero es que no es para menos, los mexicanos y en
general la mayoría de la humanidad estamos ávidos de optimismo. Necesitamos
mejorar nuestro ánimo y ver las cosas en su aspecto más favorable.
¿Quién es
Emmanuel Macron?
Nacido en Amiens, el 21 de
diciembre de 1977, es un político, funcionario público y especialista
en inversión bancaria. Desde hoy 14 de mayo de 2017 es el vigesimoquinto
Presidente de Francia, copríncipe de Andorra y gran maestre de
la Legión de Honor.
Empleado y asociado del banco
francés Rothschild & Cie, ejerció posteriormente de asesor económico
del presidente de la República François Hollande (2012). El 26 de
agosto de 2014 fue nombrado ministro de Economía, Recuperación
Productiva y Asuntos Digitales. Dimitió el 30 de agosto de 2016 para dedicarse
al movimiento político de centro En Marche! que había lanzado en
abril.
En noviembre de 2016 anunció su
candidatura para las elecciones presidenciales de Francia en abril de 2017,
cuya primera vuelta ganó con una votación cercana al 24%. El 7 de mayo de 2017
obtuvo la victoria en la segunda vuelta, frente a la líder del Frente
Nacional, Marine Le Pen. Macron se impuso con el 66,1% de los votos sobre
Le Pen, quien alcanzó el 33,9% de los sufragios.
A los 39 años, se convierte en el
presidente más joven de la historia francesa y el jefe de Estado francés más
joven desde Napoleón Bonaparte.
Esto es lo que más o menos todos
sabemos, pero lo más interesante es su educación, plural y universal, que
contrasta con la súper especialización de nuestros días. Y a este último
aspecto debemos prestar especial atención.
(Continuará).
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