Alejandro
Mario Fonseca
Felices fiestas navideñas! Las “buenas
conciencias” de lo más granado de la sociedad tradicional poblana pueden dormir
a gusto y disfrutar de sus privilegios: el morenovallismo sigue vivito y
coleando.
Lástima, muchos teníamos la esperanza
de que el conflicto poselectoral fuera
aprovechado por los verdaderos panistas poblanos para sacudirse de las viejas
mañas priistas que han tenido a su partido secuestrado los últimos 8 años.
Hoy domingo 9/12/18 amanecimos con la
noticia de que la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF) declaró, por mayoría de votos, la validez de la
elección de la gubernatura de Puebla, celebrada el pasado 1 de julio.
Después de una sesuda sesión los jueces
determinaron que las irregularidades acreditadas no se tradujeron en una
afectación determinante a los principios constitucionales ni al resultado de la
elección.
Resulta muy significativo que esta
excepción al giro político hacia la izquierda que está viviendo nuestro país,
se dé precisamente en Puebla, una ciudad y un estado que históricamente se ha
mantenido políticamente fieles a la tradición y al conservadurismo.
Rafael Moreno Valle y esposa |
Las buenas
conciencias
¿Se acuerda usted de Aura, aquella novela de Carlos fuentes
que el secretario de gobernación de Fox, Carlos Abascal Carranza, censuró
en abril de 2001?
Lo que sucedió fue que una una
maestra de su hija Luz del Carmen, Georgina Rábago, le había encomendado leer
la novela. Tiempo después, ya con Calderón como presidente, Fuentes evocó el
hecho: “Hace poco tiempo un libro mío fue objeto de un acto de censura mínimo
pero, como todo acto de censura, fue ominoso”.
Aura, dijo Fuentes en
presencia de Calderón, es “una simple historia de amor que no le faltaba al
respeto a la vida privada ni de nada ni perturbaba la paz pública, aunque sí,
lo admito, podría perturbar la moral de las buenas conciencias”.
Por su parte, Las buenas conciencias es un
relato que describe, tristemente, una realidad que no pasa de moda en México:
la doble moral de la sociedad. Se trata de una sociedad tradicional que todavía
sigue vigente en Puebla, Guanajuato, Guadalajara,…etcétera.
Jaime Ceballos está al final de su
adolescencia; pronto deberá decidir el rumbo que tomará su vida. Por lo pronto,
su percepción del mundo es que no tiene lugar definido en él. Quiere ser puro,
pero su sangre hierve.
Se debate entre la moral cristiana y
los impulsos físicos de su ardiente juventud; entre la jerarquía familiar y sus
ansias de independencia; entre su pequeño mundo de pueblo chico y el horizonte
infinito que vislumbra; entre el pecado y la salvación.
La vida, entonces, pone a Jaime ante
verdades desnudas que lo harán cambiar radicalmente. Eso sucede cuando se encuentra
a su tío ebrio en un burdel.
Una difícil
transición hacia la justicia y la legalidad
Bueno, usted me dirá que en Puebla y
en gran parte del país ya no dominan las “buenas conciencias”. Y así es, usted
tiene razón. Pero eso no obsta para que la aportación literaria de Fuentes nos
ofrezca una explicación de la pervivencia del morenovallismo en Puebla.
Y es que desde las campañas
electorales por la gubernatura de Puebla, fueron precisamente los sectores más
tradicionales de las “buenas familias”,
los que defendieron la candidatura, a todas luces impuesta, de la esposa del ex
gobernador.
Y mi comentario de ninguna manera es
misógino: Martha Érika Alonso es licenciada en Diseño Gráfico egresada
de la Universidad Iberoamericana y tiene además una maestría en
Comunicación Pública en la Universidad de las Américas Puebla.
Pero el sólo hecho de ser mujer y
profesionista no le da la experiencia ni la capacidad necesarias para ser
gobernadora. Su meteórica carrera política es muy pobre. Así que sus cartas
credenciales se reducen a que es la mujer de un político poderoso que logró la
difícil alianza de priistas, panistas y allegados. Alianza encabezada, como ya
dije por las “buenas conciencias”.
Contrajo matrimonio con Rafael Moreno
Valle en 2004 cuando éste se desempeñaba como diputado federal. Es
militante del PAN desde 2009 y de 2011 a 2017, cuando
su esposo se desempeñaba como gobernador de Puebla, Martha Érika ocupó la
presidencia del DIF de Puebla. En 2015 fue nombrada Secretaria
General del comité estatal del PAN. Ahora será gobernadora.
¿Qué fue lo
que paso?
Y así será, finalmente el resolutivo
del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF) resolvió la validez de la elección de la gubernatura y el triunfo
de la coalición Por Puebla al Frente, al considerar que los resultados
electorales son el “fiel reflejo de la auténtica voluntad popular”.
La validez de la elección fue
impugnada por el partido político Morena y por Miguel Barbosa, su candidato a
la gubernatura de Puebla, quienes denunciaron que el tribunal local valoró
incorrectamente las pruebas que aportaron para acreditar las anomalías durante
la jornada electoral del 1 de julio.
El principal argumento de los
morenistas era que se suscitaron hechos de violencia que afectaron de forma
generalizada la elección de gobernador, así como la violación al principio de
certeza respecto de los resultados electorales.
En cuanto a la violencia ocurrida
durante la jornada electoral, la Sala Superior determinó que, si bien esta es,
en todo caso, reprobable, demerita a la democracia y debe ser sancionada, su
presencia en la jornada electoral en Puebla fue marginal.
“De la evidencia aportada por las partes se
concluyó que los hechos de violencia ocurrieron en 59 casillas: en 51 casos
existió robo, quema y/o destrucción de materiales electorales, y en 8 casillas
se suspendió la recepción de la votación de forma temporal o definitiva por
riesgo de violencia”.
“Estas 59 casillas representan
solamente el 0.78% de las 7,546 casillas instaladas en la entidad, por lo que
no se puede considerar que los hechos de violencia fueron generalizados y
determinantes para el resultado de la elección. Tampoco impidieron que la
ciudadanía votara”. Y algo parecido argumentaron con relación al principio de
certeza. Etcétera.
En suma, en Puebla ya tenemos
gobernadora electa. Todo esto se da en medio de una crisis de incremento en la
violencia generada por el narco, el huachicol y los asaltos al transporte
público.
Y para rematar con broche de oro, las
“buenas conciencias”, de los empresarios poblanos se apresuraron en hacer un
llamado a la inclusión a la flamante
gobernadora de Puebla.
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