Alejandro Mario Fonseca
Leo en el
diario El País en una nota de Manuel Planelles (16/3/ 2019): De Sidney a
Copenhague. De Londres a Berlín. De Roma a Hong Kong. Y, también, de
Madrid a Barcelona pasando por Valencia o Sevilla. La protesta de los
estudiantes contra la inacción de los Gobiernos frente al cambio
climático se ha convertido este viernes en algo tan global como el
calentamiento.
Tanto, que es complicado encontrar en
el mundo una capital en la que no se haya celebrado una manifestación dentro
del movimiento Friday For Future,
que promovía una huelga estudiantil emulando a Greta Thunberg, la joven sueca que en agosto decidió parar
todos los viernes como protesta por la falta de ambición de su país ante el
calentamiento global.
Fridays for Future |
Cientos de miles de estudiantes de
ambos hemisferios piden más esfuerzos para frenar el cambio climático en las
más de 1.000 manifestaciones que se habían convocado.
España, que hasta ahora había
participado tímidamente en la protesta que secundan desde hace semanas
grandes capitales del mundo, también se ha sumado a esta movilización que hasta
comparte los mismos lemas –en inglés–. "No hay un planeta B", claman
los chicos en los cinco continentes.
El Acuerdo
de París
A lo largo y ancho del planeta este
movimiento, que se declara apartidista, tiene una reclamación unívoca: pide a
los Gobiernos que cumplan con lo que se han comprometido a través del
Acuerdo de París.
Ese pacto, que data de 2015 y
empezará a ser efectivo a partir de 2020, tiene objetivos –que el irreversible
aumento de la temperatura se quede dentro de unos límites manejables, entre los
1,5 y los 2 grados– y fija cómo lograrlos –a través de la eliminación de los
gases de efecto invernadero de la economía mundial–.
Pero, a falta de sanciones u otros
instrumentos que obliguen a los países a cumplir el acuerdo, la presión social
es fundamental para empujar a los Gobiernos a recortar con suficiente
intensidad sus emisiones.
Por eso, desde los partidos, organizaciones
y asociaciones que llevan tiempo trabajando en la lucha contra el cambio
climático se celebra la irrupción del movimiento estudiantil como elemento de
presión a los gobernantes.
"Al final, está calando en la
sociedad la lucha. Estos jóvenes empujarán a sus padres", resume Tatiana
Nuño, experta de Greenpeace en
cambio climático.
Los recortes de emisiones a los que
los países se han comprometido hasta ahora en el Acuerdo de París no son
suficientes; llevarán, al menos, a un aumento de la temperatura de 3 grados. Se
necesitan muchos más esfuerzos y el planeta se queda sin tiempo por la gran
acumulación de gases de efecto invernadero expulsados por la actividad del ser
humano.
Científicos
y estudiantes en pie de lucha
Estas advertencias y la denuncia de
que el ritmo de recorte de emisiones no es el adecuado se lanzan desde
hace años desde el ámbito científico, que ha empezado a intentar fraguar una
alianza con este nuevo movimiento estudiantil a través de escritos de apoyo.
"Las redes nos permiten ver lo
qué está ocurriendo. Tenemos acceso a la información, vemos que nuestro futuro
está muy complicado", explicaba este viernes desde la manifestación de
Madrid Sasha Martín, de 18 años y alumna de Grado Superior de Laboratorio.
En la manifestación de Madrid –que
congregó a 4.500 personas, según la policía– los asistentes eran principalmente
alumnos de institutos y de universidades. Chicos y chicas que han nacido en un
planeta en el que las evidencias del cambio climático son ampliamente
conocidas.
"Ni un grado más, ni una especie
menos", gritaban en las manifestaciones de España –en alrededor de 60
ciudades había convocatorias–. "Igual de importante es luchar contra el
cambio climático que por la igualdad", resume Teresa Hernández, estudiante
de Ingeniería Biomédica en Madrid.
Y aquí le paro, si usted quiere saber
más lea la nota de El País. Lo que
yo quiero resaltar es la poca importancia que se le está dando en nuestro país
a este problema global tan acuciante. Y
lo más grave, al parecer el gobierno de la 4 T de AMLO está impulsando
políticas contrarias al Acuerdo de París.
Si no somos nosotros, ¿quién?”: Los
jóvenes de Latinoamérica se unen a la huelga ecologista
Los jóvenes de Latinoamérica también
decidieron manifestarse este 15 de
marzo en contra de la inacción de los gobiernos por frenar el
cambio climático. Ciudad de
México, Buenos Aires, Santiago de Chile, Lima o Guadalajara fueron
algunas de las ciudades en las que se pudo ver a grupos de estudiantes
marchando a favor de un cambio en las políticas que protejan al medio ambiente.
Aunque con menor afluencia que en
otras ciudades de Europa, Estados Unidos o Asia, las capitales
latinoamericanas también estuvieron presentes en el llamado de la joven Greta
Thunberg, que ha iniciado ésta lucha a favor del planeta.
Como ya vimos, con el nombre Fridays for Future (viernes por el
futuro), la frase a favor para salvar la Tierra se convirtió en tendencia
mundial durante todo el día.
En México, aunque la
marcha fue muy débil, los protestantes mandaron un mensaje al presidente Andrés
Manuel López Obrador que mantiene su apuesta al combustible fósil:
"AMLO: queremos energías renovables". Algunas pancartas de la
marcha contra el cambio climático iban dirigidas al presidente mexicano y su
apuesta por los combustibles fósiles. "Estamos un poco confundidos con lo
que está haciendo", dice Shannon Mustri. (Cfr. El país).
“En
50 años estarán muertos, nosotros no” gritaban en París
En México por lo menos el diario Reforma le dedicó media página en su
edición del pasado domingo 17/3/19. Y en la nota de Idafe Martín me enteré del
origen de estas protestas juveniles: me puse a investigar en la prensa europea.
Así que en agosto de 2018 una
jovencita sueca de 16 años se sentó a protestar frente al Parlamento de su país
con un simple cartel. Medio año después se convirtió en el símbolo de una
protesta que se extendió por más de 2 mil ciudades de todo el mundo.
Por su parte en Bélgica, otra jovencita
de 17 años hizo lo propio en Bruselas. Y desde luego que las redes sociales les
han servido de amplificador le han dado fortaleza a sus iniciativas a lo largo
y ancho del mundo.
Insisto, lo más grave de todo esto es
que nuestro Presidente y casi todos los que colaboran y simpatizan con él parecen
hipnotizados con su plan petrolero. Muy probablemente ésta obsesión de AMLO
será su más grave error histórico. Y aunque lo dudo mucho, espero que corrija
pronto.
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