Fotografía tomada entre los edificios Estado de Hidalgo y Chiapas en Tlatelolco |
Por Ignacio Arelllano Mora*
En
Facebook, “Amigo de Tlatelolco”, publicó este martes 2 de octubre, Flor
Cendriers y Sally Von Der Meden, sus testimonios sobre los acontecimientos del
2 de octubre de 1968.
Al
solicitarles autorización del texto para su publicación, Flor Cendriers
resaltó, “pues me honra usted, ya que mi memoria sobre este acontecimiento no
es propiamente mía, sino de mis familiares, sin embargo, de ninguna manera me
opongo a que usted publique este texto”.
“Era
apenas una pequeña niña de 3 años, cuando 7 estudiantes tocaron a la puerta de
nuestro departamento en el edificio Hidalgo donde nos encontrábamos solos mi
hermano mayor de 11 años, una de mis hermanitas mayores de unos 9 y yo, ya que
mis padres se hallaban en el hospital por razones de salud de una de mis
hermanas”, precisó.
“Dios
y estos jóvenes nos salvaron la vida, a mis hermanos y a mí. Ya que ellos
prontamente nos metieron a un ropero de una de las recamaras y ellos también se
resguardaron en el departamento”, expresó.
Flor
Cendriers agregó que “no sé que haya sido de ellos, pero en ese momento
buscaban protegerse de las balas de los granaderos que sólo buscaban
asesinarlos, sin ton ni son, al igual que a los que les protegieran”.
En
nuestro caso, aclaró, “solo fue esto. No corrimos más riesgo en ese momento”.
Más
adelante, dijo, “mi padre fue a buscarnos más noche aun con el riesgo de su
propia vida en cuanto se entero de lo que estaba sucediendo”.
Mi
memoria sólo evoca pocas cosas, recordó Flor Cendriers, “debido a mi corta edad
en ese tiempo y sólo recupero las pláticas que con el tiempo se han sostenido
sobre este triste evento”.
Durante
todos estos años, comentó, “en los que viví mi juventud y mi edad adulta, han
sido escasas las protestas de los jóvenes”.
“Algo
marcó a todos ellos por esta matanza injusta. Ahora resuena de nuevo el vibrar
de la juventud. Ojala que ya haya sido sanado su espíritu de justicia y
rebeldía y retomen sus puestos y nos den muestras de su fuerza y energía. Y lo
que nos corresponde a nosotros es no dejarlos solos”.
Este
es solo una breve remembranza que les comparto con mucho cariño. 2 de octubre
de 1968, en recuerdo a estos estudiantes, valientes intrépidos, y rebeldes a
las injusticias de la tiranía del Gobierno. ¡¡¡No se olvida!!! Concluyó Flor
Cendriers.
COMENZÓ
A LLORAR, LA HABÍA METIDO EN EL CLOSET!!!
Mientras
tanto, Sally Von Der Meden escribió: “ese día mi mami había salido “en una
carrerita” a la tienda del ISSSTE que estaba en el edificio 10 (frente a donde
yo vivía)”.
“Yo
tenía 6 años, la mayor de 4 hermanos (5, 3 y 1 año). Cuando comencé a oír la
traquicera, metí a mis hermanos abajo de la cama y me escondí con ellos”, dijo.
Mi
mamá estaba en la caja de la tienda, botó la mercancía y corrió a la casa. Nos
encontró escondidos, a mí protegiendo a mis dos hermanos, pero y ¿¿¿la
pequeña??? Después de buscarla y llamarla, comenzó a llorar, la había metido en
el closet!!!
En
mi angustia por protegerla la escondí ahí y ¡¡¡no lo recordaba!!! Mi papá llegó
más tarde, gracias a Dios sin contratiempo. ¡¡¡Y eso que nosotros estábamos al
lado opuesto!!!
Cuántas
experiencias hay de aquel fatídico día, cuántos seres se han diluido a través de
los años…
Plasmemos
y difundamos las experiencias posibles para armar el recuerdo de aquello que no
debe pasar al olvido para poder seguir adelante…
*Periodista
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